Un añadido para llorar, y no precisamente de alegría
A un edificio de Baena Gómez de 1920 de la calle Alcazabilla le ha crecido una protuberancia acristalada de las que sólo se autorizan en ciudades como esta Era demasiada tentación contar con una calle Alcazabilla libre de coches y … Leer más »