La noche malagueña

24 Abr

Un joven de 22 años se encuentra en estado de muerte cerebral a la hora en que estoy escribiendo este artículo. Según leo, fue golpeado en una de las calles más transitadas en la noche del Centro, frente a varios locales que se encuentran abarrotados y con cola para entrar. La congregación humana en ese entramado de callejones alrededor de Plaza Mitjana, o Marqués del Vado, llega a ser asfixiante. Del mismo modo, a partir de las 3 de la madrugada más o menos, una buena parte de esa marea humana, que se niega a marchar aún hacia sus dormitorios sin un alma, o aventura que echarse a la boca, se dirige a unos pocos puntos concentrados en C/ Gómez Payete, Plaza San Francisco, o hacia los locales que quedan alrededor de Plaza Marqués del Vado o de Uncibay. Estas concentraciones dibujan el mapa de un pueblecito. Un pequeño perímetro que amurallado no iría mucho más allá del recinto de nuestra Alcazaba. No comprendo que una superficie tan pequeña no pueda ser controlada de modo exhaustivo por las diferentes policías que la transitan, e ignoro la razón de que aún no estén sometidas a una videovigilancia como sucede con el inmenso centro de Londres, por ejemplo. Incluso, estaría bien que alguna vez innováramos algo desde Málaga y, dado que disponemos hasta de parque tecnológico y todo, quizás entre tanto ingeniero alguien pudiera montar un sistema de comunicación cerrado entre los muchos porteros de locales nocturnos y la policía. Nada de ciencia ficción ni futurismos de película. El caso es que una noticia tan triste como esta que nos narra cómo un chico sale de casa de sus mayores para ir a divertirse y regresa sólo su cadáver, es impropia de cualquier ciudad que pretenda exhibirse como un callejero civilizado. La seguridad exige prevención. Aunque detengan a los asesinos nadie dispone de una máquina del tiempo con la que enmendar desgracias.

La falta de seguridad en la noche malagueña es producto de la política errática por la que nuestra ciudad navega bajo la mano de nuestro Consistorio desde ya hace décadas. Málaga se ha convertido en una ciudad grande sin la infraestructura de una gran ciudad. De la Torre, en vez de repoblar el Centro y concentrar los distritos, prefirió expandir el mapa hacia Teatinos, La Misericordia, e incluso más allá de las circunvalaciones, por varios motivos. En primer lugar, entraba más dinero y más rápido en las arcas municipales mediante la concesión de nuevas urbanizaciones. Aún así, Málaga es una de las ciudades más endeudadas de España. En segundo, esa política respondía a sus planes de exterminio del vecindario del Centro para la construcción del escenario soñado por la hostelería y otros grupos de presión capitalista urbana. El resultado es que ni Málaga dispone de suficientes patrullas policiales para abarcar su hoy exagerado perímetro, ni los diferentes mandos policiales saben hacia dónde encaminar sus pasos. Me sucedió que charlaba yo junto a una amiga de 40 años que se estaba fumando un porro, con una edad que considero más que adecuada para cometer tal delito. Dos policías de paisano nos pidieron toda la documentación sin mayores consecuencias. La cocaína y las anfetas se consumen en los retretes y evita tales escándalos públicos aunque las consecuencias por exceso de nervios se cuadren después en broncas y agresiones. La policía municipal cruza con lentitud azul para vigilar la hora de cierre de los locales nocturnos, pero yo he contemplado una pelea en Plaza San Francisco entre un montón de criaturitas ultrapasadas del to, y eché de menos la misma policía que se encuentra acuartelada a pocos metros de allí. La inmensa mayoría de la fauna noctámbula pretende divertirse sin más y es muy pacífica. Gracias a ello no tenemos que lamentar más sucesos luctuosos como el que hoy ocupa estas líneas y que me obliga por desgracia a dar mi pésame a una familia. Nuestra Málaga ha sido planificada según iluminaciones místicas y golpes de ideas aportados por grupos con intereses concretos ajenos a los de una urbe bien cimentada. Demasiados titulares de alerta en breves días. Ya digo, una ciudad grande que no es una gran ciudad sostenible.

7 respuestas a «La noche malagueña»

  1. Perfectamente explicado….es una pena y me encantaría q lo que le quede por vivir, por decir algo, a los q cometieron esa barbaridad, sea ayudando a personas con discapacidad en centros especializados….ya q es la única forma q podrán aportar algo a esta sociedad…

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