Las circunstancias del yo

20 Oct

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Se ha citado hasta la saciedad el certero pensamiento de José Ortega y Gasset “yo soy yo y mi circunstancia”. A eso voy en estas líneas. A recalcar el peso que tiene en nuestra forma de actuar la influencia de las circunstancias en las que estamos inmersos. Por eso es tan importante conseguir un buen contexto, un situación propicia, un marco apropiado para la buena acción.
Somos lo que es nuestra identidad, claro está. Pero esa identidad no existe en el vacío sino que se sitúa y se concreta y se encarna y se desarrolla y actúa en una circunstancia determinada. Y esa circunstancia resulta decisiva para actuar de la forma que actuamos.
Una excelente alumna mía cita en un reciente trabajo que acabo de leer la siguiente historia que recogió, según dice, del programa televisivo “Redes”, dirigido por Eduardo Punset. Al parecer no era muy precisa la fuente que lo citaba pero, de cualquier modo, me sirve para lo que deseo plantear aquí.

Nos encontramos en un Seminario Diocesano. Allí estudian los futuros sacerdotes. Todos ellos han recibido ya suficiente formación como para incluir entre sus actividades habituales la impartición de conferencias y de cursos. Dividen a los seminaristas en tres grupos. A cada miembro del primer grupo, le dice el rector que tiene que ir a dar una conferencia pero que no queda mucho tiempo, que probablemente llegará tarde porque no ha podido avisarle antes, que se apresure porque lo están esperando, que salga corriendo para llegar lo antes posible, aunque es casi seguro que no va a llegar a la hora. Los seminaristas de este grupo salen corriendo.
A los miembros del segundo grupo se les dice que tienen el tiempo justo, que si salen en ese momento llegarán, aunque apurados.,. El rector le despide sin más comentarios para no entretenerlos.. Los seminaristas de este segundo grupo salen de inmediato.
El rector les dice a los integrantes del tercer grupo que tiene una hora para ir a dar una conferencia a un lugar al que se tarda diez minutos en llegar. Tienen tiempo más que suficiente, pero se les insiste en que sean puntuales. Cada uno de ellos sale, con más o menos prisa, hacia el lugar indicado.
Todos ellos van a encontrar por el camino a una persona que precisa auxilio, tirada en el suelo, con algo de sangre en diversas partes del cuerpo.
Del primer grupo nadie se para a socorrerla, aunque algunos dan excusas como “lo siento, no puedo detenerme”, “me gustaría ayudarle, pero me es imposible entretenerme”… Del segundo grupo se detiene la mitad de los seminaristas para socorrer a la persona accidentada. Y del tercer grupo se detienen todos.
La totalidad de las personas que se encuentran al necesitado tendido en el camino van a ser sacerdotes. El tema de la conferencia era “El buen samaritano”.
Vemos en esta historia que no todo depende de la identidad. Todos los seminaristas tenían la identidad bien definida respecto a la esfera de los valores. Es más, el tema de la conferencia tenía que ver directamente con la situación que se encontraron. Vemos que las diferencias individuales no afectan tanto al comportamiento como los condicionantes externos que facilitan, dificultan o hacen inviable un modo de proceder solidario.
En un contexto presidido por el anonimato, por el individualismo, por la competitividad, por el eficientismo, por el olvido de los valores, por la indiferencia, por la injusticia, por la crueldad, se diluyen las mejores actitudes hacia los demás. En un contexto duro y cruel, la compasión y la ternura se desvanecen.
No creo en el determinismo, ni sociológico ni psicológico. Existe la libertad y la responsabilidad individual. Sólo a los peces muertos les arrastra la corriente. Por eso, en un contexto neoliberal asfixiante existe el pacifismo, el feminismo, el ecologismo, el voluntariado, la antiglobalización, la bondad y la ternura. Pero los condicionantes que impone el contexto son innegables.
Si el contexto en el que se actúa es bueno, será más difícil el comportamiento malo. Si el contexto es malo será más problemático el buen comportamiento. Por eso es tan importante, a mi juicio, que en la familia, en la escuela y en la sociedad se generen condiciones propicias para el buen hacer. Hay escuelas en las que hacer una propuesta innovadora es correr riesgo de exclusión y otras en las que quien queda en evidencia es quien no quiere hacer nada.
Le he oído decir a Humberto Maturana: “Tenemos que enseñar los valores porque aquello que enseñamos no lo estamos viviendo. Yo creo que ese es el verdadero problema con los valores”.
Así sucede con las acciones de mayor trascendencia y con las de menor importancia. Fácilmente se puede comprobar que se tiran menos papeles en un lugar limpio que en uno lleno de suciedad. A nadie he visto arrojar un lata o una bolsa de plástico en la Terminal 4 de Barajas, nueva y reluciente, siempre inmaculada. He visto, por contra, a muchas personas arrojar servilletas, restos de gambas o huesos de aceituna en un bar cuyo suelo parece un estercolero o en una playa llena de suciedad.
Por eso es tan importante tener contextos idóneos, situaciones propicias para el buen comportamiento. Por eso resulta tan importante conocer las circunstancias en las que vivimos y en las que actuamos para comprender la naturaleza de nuestros comportamientos y las influencias que los promueven.

13 respuestas a «Las circunstancias del yo»

  1. Es verdad que las circunstancias influyen, pero la última palabra -y quizás también la primera- corresponde a cada ser humano libre…

    No creo que fueran muy propicias las circunstancias de Juan Pablo II cuando resultó herido de gravedad, el 13-05-1981, por los disparos de Alí Agca. Sin embargo, lo perdonó públicamente. Es más, aproximadamente un año y medio después del atentado fue a visitarlo a la cárcel…

    El propio Jesucristo, que también derramó sangre injustamente, que fue maltratado, humillado y asesinado (estos hechos son historia, la Resurrección
    es ya cuestión de fe…), tenía unas circunstancias nada propicias para decir: “Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen”.

    Conozco a un sacerdote que, a pesar de sus circunstancias, está muy por encima de ellas. A pesar de tener más de 70 años de edad, de haber sido maestro durante más de 40 y de haber celebrado no hace mucho sus 50 años de ordenación, sigue entregándose día a día. Sí, día a día. Y lleva más de 2 años durmiendo en un incomodísimo sofá cama de su salón porque un vecino, circunstancialmente, decide encender la televisión hasta la hora que le parece oportuna, además de emitir todo el ruido que puede…

    Sí, el presbítero podría denunciarlo. Y también insonorizar su habitación en vez de trasladarse al salón… A lo mejor resulta que si su situación fuera idónea -que pudiese mudarse a una residencia para sacerdotes digna, por ejemplo- su vida sería más fácil. Pero sus circunstancias son las que son. y, desde luego, creo firmemente que nadie puede ponerse en el lugar de nadie. Está por encima de sus circunstancias y es coherente con su fe, al igual que Juan Pablo II. Y al igual que Jesucristo…

    Quizá esa excelente alumna suya -con todo el respeto- debería precisar más sus fuentes. Creo que lo que aquí expreso es real. Sin embargo, mis limitaciones me impiden entender cómo los tres grupos de seminaristas se encuentran con la misma situación. Desconozco si se trata de un cuento o si los tres grupos iban en un mismo autobús para el mismo lugar… No, tampoco acaba de encajarme…

    En cualquier caso, muchas gracias nuevamente por brindarnos su experiencia.

  2. No creo que el tema a debatir en este articulo tenga nada que ver con el aspecto religioso, eso no es más que la “guarnición”.

    El verdadero tema a tratar es el contexto y como este mismo influye en nuestras conductas creo yo.

    Muy de acuerdo con usted señor Santos Guerra, como siempre es un placer leerle.

    Un abrazo

  3. El cuento de los tres grupos de seminaristas, si no fuera tan extenso, parecería sacado de los libros de Antonio de Mello, S.I. Pero no creo que proceda de ahí, sino de algún tipo de relato preparado para ilustrar algún tipo de enseñanza, en este caso, el problema del valor que de hecho se le suele dar a lo que llamamos -a veces pomposamente- “valores”. La exposición y reflexión de Santos Guerra, como la mayoría de lo que trae ante los lectores, me parece interesante. Y aun cuando su alumna no tenga clara o no exprese con certeza su fuente, la referencia a un programa de E. Punset ya me parece de por sí bastante fiable: pocas cosas conozco de Punset que no tengan rigor, además de amenidad. Otra cosa es que comparta la totalidad de los planteamientos que tanto él mismo (E.P.) como la propia Ciencia actual proponen. Ahí, me reservo mis creencias, pero sólo en este sentido: estamos siempre ante el umbral de nuevos y más novedosos descubrimientos, cada vez que se alcanza un horizonte vemos otro en lontananza, y el crecimiento del saber científico lo veo, imaginativamente, como el un globo que se hincha: el aire o gas contenido adentro, es lo que sabemos, y las lindes esféricas del globo, lo que ignoramos. A mayor magnitud del globo, mayores serán también sus límites con lo desconocido…
    Y en cuanto a lo que dice y expresa Juan Miguel Ramírez, pues qué quieren que les diga: es algo incontestable, toda vez que pone sobre el tapete un caso real, y como el mismo Punset dice, “lo que vale para una clase no necesariamente define a todos y cada uno de los individuos de esa clase”, más o menos, que mi cita no es literal. Entiéndase “clase” por especie, grupo humano definido, etc. Pero sí que quiero puntualizar esto: 1) que lo que decimos de la libertad de cada ser humano, no es nunca un absoluto: está limitada, como el propio ser humano lo está; y 2), que la tan repetida afirmación de Ortega del “yo soy yo y…etc,” me ha parecido siempre un tanto “lateralizada”, y así, prefiero decir más bien: “yo soy yo a pesar de mis circunstancias” . ¿Acaso eso no salva más y mejor lo de la libertad, y a la vez permite un más firme “encaje” en las posibles variantes observables en los grupos de seminaristas? Porque es el caso que imagino seminaristas de los tres grupos deteniéndose ante el necesitado, pasando de largo, haciendo burla de él, compadeciéndole…etc. O sea: que la realidad no es nunca su relato, sino lo que ha sido(:la realidad), más lo que decimos que ha sido(:el relato que de ella hacemos), más lo que ignoramos de la una y del otro, la realidad y su relato: lo incognitum.
    Gracias, si me han aguantado ustedes hasta aquí. Y un cordial saludo a todos, así como mi enhorabuena al autor del blog y a sus lectores: todo buen magisterio es algo que deberemos seimre a nuestros maestros.

  4. Creo que estamos viviendo en um mundo egoista muy individualista y que nos olvidamos que todos nosostros y cada un de nosotros tenemos una funcion en esta vida, cada cual con su merito su importancia e su valor proprio, y que nadien puede vivir solo en su mundo individualista, necesitamos unos del otros, ex: maestros para serem maestros necesitan de sus alumnos, medicos de sus enfermos, madres de sus hijos e hijos de sus madres, enfin un ciclo donde todos necesitamos de todos sin darnos cuenta, en este mundo egoista.
    Y ai pensamos si el hace yo lo hare, pero pena que la mayoria de las veces eso sea para las cosas de poco valor moral, las cosas de verdadero valor moral, que son las pequeñas, no la hacemos como correr um papel del suelo o una lata de refresco en el parque enfin, no la cojemos, pero si la tiramos se vemos muchas e ai pensamos se já ai una otra mas no hará diferencia. Es ai donde veo los valores perdidos e muy necesarios, en las pequeñas cosas, así sí conseguiriamos cambiar y dar exemplo de valores, estamos en la calle se cae un chupachus de tu hijo al suelo, tu le diz: No cojas nada del suelo para comer, pero no le diz que se tire en la papelera mas proxima.Esta parte la estamos olvidandonos todos de enseñar a nuestros pequeños y es en las pequeñas cosas que estan los grandes exemplos, y tiene que venir la enseñanza desde chicos.
    Com pequeñas cosas se consiguen grandes retos, si cada uno hiciera su parte portará su granito de arena el mundo seguramente estaria mejor.
    Todavia estamos a tiempo pues nunca es tarde para empezar.
    Hay un refran de Chico Xavier un grande hombre brasileño que diz así.
    “Aun que nadien pudo volver atras para hacer un nuevo comienzo, qualquier uno puede empezar ahora para hacer un nuevo final.
    Con esto termino mi comentario, pido perdon a todos mis fallos de ortografia, y decir a todos y principalmente a ti Miguel Ángel Santos Guerra, que desde que tuve el placer de presenciar una jornada vuestra en mi pueblo, soy una gran admiradora de vuestras lecturas, que Dios te conseda muchos años para que podamos seguir disfrutando con vuestras lecturas semanales.
    ¡¡ENHORABUENA!! FELICIDADES….
    HASTA SIEMPRE AMIGO…
    Dayce Aviles.

  5. Creo que las circunstancias ponen a prueba nuestros valores y nuestras más firmes convicciones. Pero la última palabra la tiene el ser humano libre,nos dice Juan Miguel Ramírez en su comentario.
    Juan Pablo II perdonó a su agresor “públicamente”. Yo creo además que lo perdonó de corazón. Pero ¿tenía la opción de decir públicamente “castigadlo”? Su perdón no eximía al agresor del peso de la justicia y sin su perdón no podría seguir siendo el ejemplo para los cristianos.
    ¿Jesucristo habría podido optar por “fulmínalos” o algo semejante? Sus circunstancias, su papel entre los hombres, era otro. No es comparable. Por otra parte, decir que es historia puede ser y ha sido cuestionado seriamente. La fé debe pasar por ásperos crisoles.

    Y conocí a un sacerdote que es la persona que más he admirado, y no tenía casa. Pero creo que él habría denunciado a un vecino como al que se refiere Juan Miguel, aunque no lo sé, sólo lo creo.

    Lamento que lo que prime sea la imprecisión de la fuente, es mi culpa. El relato de los seminaristas procede del programa Redes, de uno de los programas recopilatorios que emitieron en agosto. En el índice de RTVE no constan los programas emitidos en este mes, puesto que se componen de fragmentos de programas anteriores. El hecho lo contaba un sociólogo al que entrevistó Punset, y era un hecho real, según decía ese señor que aparecía en la tele, pero no me acuerdo de su nombre. Debo reconocer que no me importó demasiado su nombre, sólo me interesó la idea global del programa. El caso era una ilustración para otro planteamiento más personal, pero esa es otra circunstancia que no viene a cuento.
    En la misma emisión, y sobre el mismo tema, mostraron el experimento que se realizó entre un grupo de universitarios en Argentina en el que accedían a dar descargas eléctricas a compañeros que no respondían correctamente a las preguntas que les hacían(este fragmento correspondía al programa 393, Lavado de cerebro,emitido el 4 de abril de 2006). Los ejemplos fueron más, y más duros. Me impactaron profundamente. Se trataba en algún caso de tratar de comprender el comportamiento de soldados en circunstancias de guerra, en comprobar cómo podemos ser condicionados para llevar a cabo acciones que implican crueldad o impiedad. Quizá había alguna buena persona entre los soldados que cumplían órdenes en los campos de concentración, quizá alguno de ellos tenía sus propios valores, quizá.

    Los seminaristas estaban entrenados para el bien, pero las circunstancias no eran las adecuadas para ponerlo en práctica. En el programa de Punset se planteaba desde otro punto de vista: cumplir las órdenes de un superior. Esto nos lleva a planteamientos aún más preocupantes. Al cumplir una orden, podemos pensar que quedamos eximidos de responsabilidad, no hay que ejercer la libertad positiva, con lo que nos convertimos en otros seres diferentes a lo que habíamos planeado ser.
    En el caso de los seminaristas, no se le daba importancia al hecho religioso, sino a la elección entre cumplir la orden y hacer el bien.¿No eran seres humanos libres?
    A veces la realidad, como dice Manuel, consta de una gran parte que ignoramos, pero no por ello deja de ser la realidad que relatamos.

    Soy sólo la alumna. Lo de “excelente” me lo regala el maestro, que es generoso. Pero estoy segura de que es generoso con todos los demás alumnos y alumnas. Y no iba a decir “la pésima alumna”, en estas circunstancias…
    Mi maestro me tiene acostumbrada a que todos los relatos se pueden abrir ante nuestros ojos y mostrarnos una idea que nos toca, que nos enseña; en todos ellos hay un tesoro que encontrar. Yo no tengo la habilidad de crearlos, pero sí puedo leerlos o escucharlos y tratar de hacerlos míos y buscar su tesoro. Creo que lo que aprendí es muy valioso.
    Gracias, querido maestro.
    Y gracias a vosotros, que hacéis que encuentre más. Un cordial saludo de una alumna imprecisa.

  6. Creo que las circunstancias ponen a prueba nuestros valores y nuestras más firmes convicciones. Pero la última palabra la tiene el ser humano libre,nos dice Juan Miguel Ramírez en su comentario.
    Juan Pablo II perdonó a su agresor “públicamente”. Yo creo además que lo perdonó de corazón. Pero ¿tenía la opción de decir públicamente “castigadlo”? Su perdón no eximía al agresor del peso de la justicia y sin su perdón no podría seguir siendo el ejemplo para los cristianos.
    ¿Jesucristo habría podido optar por “fulmínalos” o algo semejante? Sus circunstancias, su papel entre los hombres, era otro. No es comparable. Por otra parte, decir que es historia puede ser y ha sido cuestionado seriamente. La fé debe pasar por ásperos crisoles.

    Y conocí a un sacerdote que es la persona que más he admirado, y no tenía casa.

    El relato de los seminaristas procede del programa Redes, de uno de los programas recopilatorios que emitieron en agosto. En el índice de RTVE no constan los programas emitidos en este mes, puesto que se componen de fragmentos de programas anteriores. El hecho lo contaba un sociólogo al que entrevistó Punset, y era un hecho real, según decía ese señor que aparecía en la tele, pero no me acuerdo de su nombre. Debo reconocer que no me importó demasiado su nombre, sólo me interesó la idea global del programa. El caso era una ilustración para otro planteamiento más personal, pero esa es otra circunstancia que no viene a cuento. Lamento que la imprecisión sea lo que prime. Es mi culpa.
    En la misma emisión, y sobre el mismo tema, mostraron el experimento que se realizó entre un grupo de universitarios en Argentina en el que accedían a dar descargas eléctricas a compañeros que no respondían correctamente a las preguntas que les hacían(este fragmento correspondía al programa 393, Lavado de cerebro,emitido el 4 de abril de 2006). Los ejemplos fueron más, y más duros. Me impactaron profundamente. Se trataba en algún caso de tratar de comprender el comportamiento de soldados en circunstancias de guerra, en comprobar cómo podemos ser condicionados para llevar a cabo acciones que implican crueldad o impiedad. Quizá había alguna buena persona entre los soldados que cumplían órdenes en los campos de concentración, quizá alguno de ellos tenía sus propios valores, quizá.

    En el caso de los seminaristas, no se le daba importancia al hecho religioso, sino a la elección entre cumplir la orden y hacer el bien.¿No eran seres humanos libres?
    A veces la realidad, como dice Manuel, consta de una gran parte que ignoramos, pero no por ello deja de ser la realidad que relatamos.

    Soy sólo la alumna. Lo de “excelente” me lo regala el maestro, que es generoso. Pero estoy segura de que es generoso con todos los demás alumnos y alumnas. Y no iba a decir “la pésima alumna”, en estas circunstancias…
    Mi maestro me tiene acostumbrada a que todos los relatos se pueden abrir ante nuestros ojos y mostrarnos una idea que nos toca, que nos enseña; en todos ellos hay un tesoro que encontrar. Yo no tengo la habilidad de crearlos, pero sí puedo leerlos o escucharlos y tratar de hacerlos míos y buscar su tesoro. Creo que lo que aprendí es muy valioso.
    Gracias, querido maestro.
    Y gracias a vosotros, que hacéis que encuentre más. Un cordial saludo de una alumna imprecisa.

  7. Otra vez estoy aquí,querido Miguel Ángel. Me ha hecho sonreír la imagen que has elegido para ilustrar el artículo.El dilema de Matrix: Elegir entre la pastilla roja y la pastilla azul. Elegir. Elegir lo que queremos saber de nosotros mismos, y afrontarlo. Sin vuelta atrás. ¿Qué podemos encontrar en las raíces de nuestro ser? ¿Qué quedará de ello cuando actuémos inmersos en nuestras circunstancias?
    No dejas ni un detalle escapar, en todo nos invitas a una reflexión, a detenernos en una idea. Es de agradecer. Se agradece. Gracias.

  8. Creo que las circunstancias ponen a prueba nuestros valores y nuestras más firmes convicciones. Pero la última palabra la tiene el ser humano libre, nos dice Juan Miguel Ramírez en su comentario.
    Juan Pablo II perdonó a su agresor “públicamente”. Yo creo además que lo perdonó de corazón. Pero ¿tenía la opción de decir públicamente “castigadlo”? Su perdón no eximía al agresor del peso de la justicia y sin su perdón no podría seguir siendo el ejemplo para los cristianos.
    ¿Jesucristo habría podido optar por “fulmínalos” o algo semejante? Sus circunstancias, su papel entre los hombres, era otro.No es comparable. Por otra parte, decir que es historia, puede ser y ha sido cuestionado seriamente. La fe debe pasar por ásperos crisoles.

    El relato de los seminaristas procede del programa Redes, de uno de los programas recopilatorios que emitieron en agosto. En el índice de RTVE no constan los programas emitidos en este mes, puesto que se componen de fragmentos de programas anteriores. El hecho lo contaba un sociólogo al que entrevistó Punset, y era un hecho real, según decía este profesor. Debo reconocer que no me importó demasiado su nombre, sólo me interesó la idea global del programa. En la misma emisión, y sobre el mismo tema, mostraron el experimento que se realizó entre un grupo de universitarios en Argentina en el que accedían a dar descargas eléctricas a compañeros que no respondían correctamente a las preguntas que les hacían(fragmento del programa 393, Lavado de cerebro, emitido el 4 de abril de 2006). Los ejemplos fueron más, y más duros. Me impactaron profundamente. Se trataba de tratar de comprender el comportamiento de soldados en circunstancias de guerra, por ejemplo, en comprobar cómo podemos ser condicionados para llevar a cabo acciones que implican crueldad o impiedad.

    En el caso de los seminaristas, no se le daba importancia al hecho religioso, sino a la elección entre cumplir la orden y hacer el bien.¿No eran seres humanos libres? Lamento que ante la reflexión prime la imprecisión de la fuente, es mi culpa.

    Soy sólo la alumna. Lo de “excelente” me lo regala el maestro, que es generoso. Pero estoy segura de que es generoso con todos los demás alumnos y alumnas. Y no iba a decir “la pésima alumna”, en estas circunstancias…
    Mi maestro me tiene acostumbrada a que todos los relatos se pueden abrir ante nuestros ojos y mostrarnos una idea que nos toca, que nos enseña; en todos ellos hay un tesoro que encontrar. Yo no tengo la habilidad de crearlos, pero sí puedo leerlos o escucharlos y tratar de hacerlos míos y buscar su tesoro. Creo que lo que aprendí es muy valioso.
    Gracias, querido maestro.
    Y gracias a vosotros, que hacéis que encuentre más. Un cordial saludo de una alumna imprecisa.

  9. No me parece un relato que muestre que uno es según la circustancia. Por prisa, por apurado, por cumplir una orden, ningún seminarista puede pasar de largo. Está implicito en su elección de vida. El prógimo, el próximo, es lo primero. Es una elección de vida equivocada entonces.
    Somos de determinadas maneras según las circuntancias, pero también somos hacedores de las circunstancias…
    La alumna, excelente, que puede dejar tan claramente explicado lo que quizo decir. Sin ninguna duda sus circustancias estudiantiles son muy buenas…

  10. Excelente, el texto, no debe ser tomado al pie de la letra, sino como un ejemplo para poder interpretar la realidad. Así lo hacía Jesucristo, y de hecho en la Biblia existen muchas enseñanzas narradas en este estilo. Así como fueron elegidos seminaristas, el mismo relato podía tener como protagonistas a médicos, o enformeros. Busquemos el contenido, y lo provechoso que resulta para descubrir que muchas veces, sin darnos cuenta somos manipulados por la sociedad y lo que está nos impone.

  11. Hola a todos\ as

    Me parece muy enriquecedor el artículo de Miguel Ángel, así como las opiniones de los compañeros\ as expresadas, considero que las circunstancias, condicionan la actuación y la educación de cada ser humano y la justifican, ya este mal o bien, a juicio del que observe la situación- con sus circunstancias-, pienso que toda actuación del ser humano, tiene detrás un por qué, es decir una respuesta a porqué actuó de esa manera. A todas las personas, nos cuesta decidir ante cualquier decisión y, la experiencia, con el tiempo, nos confirmará si esa decisión fue buena o mala para uno mismo\ a, no para el que está observando la situación, sino para uno mismo\ a, a medida que va pasando el tiempo, en nuestras vidas, nuestro cerebro se va llenando de “respuestas tipo”, de forma que cuando se nos plantea de nuevo una situación ya vivida o parecida a la que vivimos, buscamos esa “respuesta segura”, que no implica riesgo y que nos hará sentirnos seguros,porque la conocemos y, pedirle a alguien, que cambie su forma de actuar, que siempre ha sido la misma (porque nuestra visión de la situación es diferente),es muy difícil y, es difícil, porque simplemente las circunstancias en las que vive esa persona, seguro que son muy diferentes a las que vives tu, por eso tu lo ves diferente. De todas formas, esto no impide que se establezca un diálogo, desde el respeto de ambas partes y se intercambien opiniones que siempre te harán reflexionar e incorporar nuevas perspectivas en tu forma de vivir, pensar,… independientemente de que te arriesgues a tomarlas o no, es decir, te arriegues, como dijo el compañero “sss”, a dejar de ser tu, hasta este momento, o no. En conclusión, pienso que la decisión de actuar de una u otra forma, está en uno mismo\ a, en unos\ as más condicionadas por el ambiente (aquellos que siempre se mueven por el mismo contexto) y en otros\ as, menos condicionados por el mismo (aquellos que se mueven por diversos contextos, sus visiones de vida, son más amplias y ricas, a la hora de decidir cualquier aspecto de la misma).

  12. Lo que mas me llega del profesor Guerra es aquello de que valores que no se viven no se pueden enseñar con efectividad.
    Hoy en dia se impone enseñar con el ejemplo .¿como puedo limitar el alcohol a mis hijos adolescentes si en casa hay copitas y botellas por doquier ? Que si el vino e mesa .que si el cointreau que si el dulce marie.brizard

  13. “…Existe la libertad y la responsabilidad individual. Sólo a los peces muertos les arrastra la corriente. Por eso, en un contexto neoliberal asfixiante existe el pacifismo, el feminismo, el ecologismo, el voluntariado, la antiglobalización, la bondad y la ternura. Pero los condicionantes que impone el contexto son innegables…”
    Cada uno ve lo que quiere ver, el tema, el temazo, es el individualismo asfixiante en que estamos inmersos, en Chile se comenta mucho este tema, la derrota cultural que sufrimos el 11 sep 1973,es tan radical, que mostramos documentales del perído anterior y cuesta creer que la solidadridad estaba adherida a nuestra piel.
    Felicitaciones Miguel Angel

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