¿Quo vadis?

26 Feb

Aparte de la decepción de la Copa del Rey, estaba claro que este parón le venía fatal al Unicaja. Recordando a mi amigo José María Martín Urbano, el estado de ánimo del equipo está en el que le ha conferido el último partido. Así pues, ni Pérez Pérez ni el Real Madrid ni Jordi Bertomeu apagando fuegos con gasolina, remontar el vuelo ha de ser obligatorio para los de Los Guindos. Se puede poner uno en modo «sí se puede», animando para seguir adelante y aguantar hasta que los lesionados vuelvan, ser pragmático y hablar del cierre del mercado en la Eurocup, que no permite fichar y que además el play off ACB está lejos.
Todo esto no es sino algo repetido y conocido. Diría incluso que esperado. Algo que aún sin haber aparecido las lesiones nos hemos acostumbrado a oír, disfrazado tras el mantra «el mercado está muy difícil», alterar la plantilla durante la temporada es algo que da tanto miedo que no hay quien lo asuma. Es más, cuando se hace, la autoría es un secreto que, en la línea de todo lo que rodea al club, nunca se desvela. No es sino la enésima muestra del ADN del club, que aún teniendo el mejor propietario y el mejor patrocinador que se pudiera haber pensado, no sé qué camino quiere tomar.
¿Alguien lo sabe? Si es así, que me digan el objetivo real del club. ¿Volver a la Euroliga?, recuerdo haber oído a todos los presidentes desde la gloriosa época de Ángel Fernández Noriega hasta el actual Eduardo García apostar por estar arriba en todas las competiciones, pero la situación del club entre ambos dirigentes ha cambiado sustancialmente en presupuesto, objetivos, estatus y situación. Al presidente García sí que le reconozco la autoría de decir que «se acabó la época en la que el entrenador mandaba en el club», pero, como ocurrió tantas veces, si el entrenador ha sido interviniente activo en la confección de plantilla y la estructura del club ha sido cuando los éxitos han llegado a Málaga.
Sé de sobra que el experimento del director general en la figura de Berdi Pérez no salió como se esperaba, pero lo que no sé es qué se pretendía. Que este club, que se supone pretende pelear y codearse otra vez con los mejores del continente, tenga tan poca gente profesional del baloncesto en su organigrama es digno de estudio. Enfrentarse a los demás equipos en los despachos limitando el conocimiento del entorno deportivo sólo a Carlos Jiménez y al entrenador que toque me parece una oportunidad muy alta de caer en las garras del agente de turno. Aunque en España tenemos cosas como el portal de transparencia de varias administraciones públicas, en el Club Baloncesto Málaga la política de comunicación es una asignatura aún pendiente.
Se supone que el portavoz del club es Carlos Jiménez, pero sus declaraciones habituales prácticamente se saben de antemano. El mutismo es tan habitual que lo que se sabe del club no son sino conjeturas filtradas a los medios más o menos afines -a veces desde dentro, a veces por parte de los implicados-, pero lo cierto es que el portavoz del club, más que anunciar, lo que hace es confirmar cosas que la prensa o la radio publican.
En las categorías inferiores, tras haber pasado por épocas con proliferación de extranjeros, y con un equipo vinculado a punto de jugar el ascenso a la ACB, se ha pasado a que pese autonombrarse un «club de cantera», los chicos ven mejor marcharse a EEUU, y aquí hay un abismo mayor aún que en los tiempos de ganar la ACB o jugar la Final a Cuatro de la Euroliga. Hace no mucho, el expediente Euroliga se dominaba de una forma notable, aún sin estar entre los mejores, pero en el recuerdo se palpaba cierto hartazgo, como si el premio de estar ahí arriba fuera más un castigo que una recompensa. Además al resolverse digna de un guión de Walt Disney, se hace creer en la práctica que es mejor jugar en la Eurocup para ganarla cada vez que se juegue y así conseguir la Euroliga, porque sólo jugar y competir en la Euroliga parece que sabe a poco.
La realidad dice que en la época moderna sólo resisten los dos equipos futboleros y el Baskonia. Los vascos han unido a su fiscalidad la fusión más o menos cierta del Deportivo Alavés, y ya se sabe todo lo que mueve el fútbol. De hecho, los otros dos equipos de Licencia A en Europa no tienen problema alguno en generar déficits gigantescos sin problema alguno. Es más, con las últimas declaraciones del «encargao» (lo de CEO es un esnobismo más) parece que la competición va a seguir adaptándose a lo que le pidan los grandes. El problema está en que no sólo no se ha acortado la distancia con los tres mencionados de arriba, sino que los demás se han acercado y yo diría que alguno ha superado al club malagueño y ocupa el lugar que antaño se ocupaba casi de forma obligatoria.
Todo ello es conocido, pero sigo oyendo el mismo mensaje que había cuando se peleaban y conseguían fichajes como Jorge Garbajosa o Marcus Brown, y ahora se nos hace creer que el objetivo es similar, cuando en realidad si viene un equipo de Euroliga se lleva a cualquier jugador del equipo. Si fuera algo similar, habría muchos incumplimientos año a año. Salvo el milagro Eurocup, y creo que si la situación ha cambiado, tendría que haberse modificado el mensaje y expresar el deseo real. Y así verbalizar hacia dónde se quiere ir.

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