Autónomos

21 Ene
Ilustración de Xarly Rodríguez. Ilustrediario.com

Soy Roberto López, soy periodista y soy autónomo. Ahora me gustaría que, como en un corifeo griego o una reunión de Alcohólicos Anónimos, me dijeseis todos: “te queremos, Roberto”. Me animaría mucho. Soy autónomo, como 3,2 millones de españoles, y solo ruego en mis desvelos que consiga llegar al siguiente trimestre y no caer por el precipicio de la desesperanza. Sí, soy autónomo y yo también estoy cabreado, por no decir bien jodido, con la última propuesta del Gobierno de España que puede ser una estocada hasta la bola para muchos de nosotros. Al lío.

El Ministerio de Seguridad Social ha presentado la reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, que es un navajazo sobre las cotizaciones por ingresos para autónomos a través de tramos y con cuotas de hasta 1.266 euros. Un nuevo sistema que deberá aprobarse antes de que concluya el primer semestre con el objeto de poder cumplir con lo prometido a Bruselas en el Plan de Recuperación.

Me dice Fernando Cubillo, al que llamo cariñosamente Mr. Dato y que ha dialogado con todo Dios desde la parte sindical, que es lo normal, que es solo una propuesta para comenzar la partida de la negociación y que será una ronda larga. Le doy la razón, sí, pero me temo que en esta partida habrá muchos juguetes rotos y que no es el momento de rondas ni de largas y que ya está bien.

No, no es el momento. En medio de una pandemia histórica, histérica y letal, dos tercios del colectivo de autónomos no ha recuperado el nivel de actividad que tenía antes de aparecer la Covid-19; seis de cada diez dicen padecer una caída de la facturación superior al 50%; y muchos tendrán que devolver en breve los préstamos ICO. ¿Alguien por Moncloa ha pensado en la de gente que no puede más? Creo que no terminamos, o no terminan, de ver con nitidez la profundidad de la caída y el brutal estruendo de un hombre que se derrumba en soledad.

Desde Ibai Llanos, streamer, hasta Lorenzo Amor, presidente de ATA, la Asociación de Trabajadores Autónomos, lo han denunciado. Amor lo explicaba muy claro, esta semana, en Twitter: “El Gobierno quiere que un autónomo que facture 2.300€/ mes y no tenga gastos pague en 2031 el doble de cotización que ahora o que un periodista autónomo, por ejemplo, que facture 3.000 € pague a el triple dentro de 3 años”, y concluye con rabia, “esto es una locura, no tienen ni idea de lo que es ser autónomo”. Echando cuentas, un trabajador que tenga un rendimiento neto superior a 1.125€/mes puede pagar el año que viene, atención, hasta 700€ más en cotizaciones.

La indignación está formando una ola que podría convertirse en tsunami. Veo que se forman grupos en redes. Autónomos dispuestos a movilizarse por esta nueva injusticia, por el hartazgo, por el ninguneo, porque muchos tienen poco ingresos o flujos de trabajo irregulares y también quieren prosperar, porque necesitan ser escuchados frente a las instituciones y los medios. Trabajadores que, como en Lucha Autónoma, quieren manifestarse y se están organizando. No, es verdad, estos gobernantes no tienen ni idea de lo que supone ser autónomo.

Lo explicaré claro porque no se han enterado de nada: ser autónomo en España es llorar, ser autónomo es desvelarte y no dormir, ser autónomo es ser un paria, el más castigado por la crisis y el más perseguido por Hacienda, ser autónomo es apostar a negro y no tener apenas remuneración en caso de baja, ni pensión, ni paro, darte de alta para un trabajo que dure unas horas, ser autónomo es volar libre frente a un huracán y soportar una lluvia torrencial que no cesa… Seamos claros. Lo que se quiere es recaudar gracias a otro hachazo a los autónomos.

Los gobiernos de Alemania, Italia o Portugal han apostado por bajar impuestos a familias, autónomos y pymes. El de España, en cambio, sigue subiéndolos. El conjunto de autónomos y pymes representa el 95% de las industrias y generan la mitad de los puestos de trabajo privados. Este continuo maltrato y menosprecio a un sector que lleva años luchando por derechos fundamentales, como es una política fiscal justa, que fomente el progreso y el desarrollo económico, es intolerable y debe ocurrir algo.

Se está enciendo la mecha: creativos, gestores, artistas, desarrolladores, entrenadores personales, hosteleros, peluqueros, fontaneros, taxistas, colegiados, societarios, colaboradores, agrarios… La ola sigue creciendo. La indignación, que es un fuego invisible, se expande por España. Un fuego que, para muchos, puede ser una luz de esperanza o suponer una gigantesca explosión nacional. Veremos.

Intento darle la vuelta, tomar distancia, reírme. Recuerdo una noticia de El Mundo Today que decía: ” ser autónomo será constitutivo de delito a partir de 2023″. Sí, amigos, soy Roberto López, yo también soy autónomo, soy uno de los vuestros, de los nuestros, y creo que ya está bien, que solo deseamos trabajar, prosperar, vivir… Ahora, otra vez, todos: “te queremos, Roberto”.

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