El azar, el Empire State Building y la madre que los parió

13 Ene
Panorámica desde la antena del Empire State Building
Panorámica desde la antena del Empire State Building

Estar en la última planta del Empire State Building, NYC, que es la planta 102, junto a tu chica, el ocho de septiembre de 1998, justo el día en que me enteré de que Carlos Moyá había sido coronado número 1 del mundo de la ATP, a más de 380 metros de altura, tan lejos de todo, en la capital del mundo…, no te hace estar más cerca del cielo.

El cielo es una pista de padel que mira al mar, me decía ayer un amigo. La libertad no hace mejores a los hombres, los hace sencillamente hombres.

Tengo entendido que desde la inauguración del Empire State Building, más de treinta personas se han suicidado desde la parte superior del edificio. No hay paz para los malditos, ni edificio suficientemente bajo. Los hombres siempre queremos más, es nuestra capacidad evolutiva: desde Atapuerca a Google Drive. Somos insaciables e imprevisibles.

A veces, la vida se vuelve azarosa, es verdad, pero el azar es el orden del espacio y del tiempo. Aunque pensemos otra cosa, nuestras vidas se moldean más por el azar del parchís que por la lógica mecánica de las leyes del ajedrez.

En 1979, una joven negra, miope, Elvita Adams, víctima de un cuadro depresivo saltó desde el piso 86 del Empire State Building. Su idea era el suicidio. Sin embargo, una fuerte racha de viento, cuyo origen quizás fue el aleteo de una mariposa en la Bahía de Algeciras -¿quién sabe?-, cambió su suerte, y la llevó de nuevo al interior del edificio en el piso 85. Sobrevivió sólo con una fractura de cadera.

Todos los principios son finales…, finales disfrazados de oportunidades!!

Como decía el anuncio de Aquarius: “la vida es extraña y maravillosa, y cada uno sueña lo que le da la gana”. Sin duda, el ser humano es imprevisible. Ahí está el azar, el Empire State Building y la madre que los parió. El resto depende de ti. Ánimo.

Nota: Por cierto, la antena, que corona el Empire State Building de Nueva York, nació con la utilidad de amarrar zeppelines en lugar de soportar antenas de radio y televisión. No me digan… Nada es del todo lo que parece.

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