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El ‘Erasmus español’, en auge en la UMA

SUSANA FERNÁNDEZ

SICUE, el Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles, despierta de nuevo un gran interés pese a la desaparición de la beca Séneca y este curso lo han realizado casi 400 alumnos, entre los que se han marchado a otros campus y los que Málaga ha recibido

A los estudiantes de la Universidad de Málaga les gusta hacer las maletas, aunque en ellas lleven incluidos los libros de texto y los apuntes. En un mundo globalizado ya por completo, estudiar en más de una universidad es lo más habitual y los campus son hoy una mezcla de estudiantes locales y foráneos. Aunque la reina de las movilidades continúa siendo Erasmus, son muchos los que apuestan por cursar parte de su grado o incluso por hacer las prácticas en una universidad española distinta a la de origen. Una opción que es posible gracias al Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles (SICUE).

Aunque la desaparición de la beca Séneca en el curso 2013/14 provocó una caída de las solicitudes durante un par de años seguidos, el interés por esta movilidad ha resurgido con fuerza y cada vez son más tanto los alumnos de la UMA que optan a irse como los que eligen como destino alguna de las facultades y escuelas de los campus malagueños. Así, 395 alumnos en total han participado en esta movilidad este curso, entre los enviados y los recibidos, casi medio centenar más que el año anterior. Para el próximo curso, la UMA ha registrado 457 solicitudes inicialmente, lo que certifica el creciente interés por esta movilidad.

Pero, ¿qué lleva a un alumno a querer cursar parte de sus estudios en otra universidad española? Beatriz Lacomba, directora de Secretariado de Acceso y Admisión de Estudiantes de la UMA, afirma que SICUE es una movilidad en la que la cuestión académica prima más que en Erasmus. «Yo recomiendo a los alumnos hacer las movilidades a partir de 3º o 4º y que busquen asignaturas que completen su currículum», explica. Este es uno de los motivos y el primer paso que los estudiantes deben dar para hacer esta movilidad debe ser precisamente analizar qué ofertan las universidades con acuerdos con la UMA. Una tarea en la que es fundamental el papel de los coordinadores SICUE como Lourdes Rey, de la Facultad de Económicas, que apunta que el procedimiento no es nada complicado y que desvela otro motivo que lleva a los estudiantes a decantarse por esta movilidad frente a la Erasmus. «Si no sabes idiomas, es una forma de ampliar horizontes igualmente y luego consta en tu expediente».

Y es que la experiencia de vivir fuera de casa también aporta un aprendizaje básico y complementario al académico, como admite Laura Avellaneda, estudiante malagueña de 4º de Economía que ha hecho el primer cuatrimestre de este curso en la Universidad de Alcalá de Henares. «Me daba mucho miedo irme fuera pero ahora, también a través de la universidad, me voy a Guatemala dos meses como cooperante. SICUE me ha servido para abrirme», reconoce Laura, que además descartó la Erasmus por el tema del idioma.

Lourdes Rey, coordinadora SICUE en Económicas, y la alumna Laura Avellaneda. L. O.

Sin embargo, la beca Erasmus es una fuerte competencia, además de por el mayor conocimiento que los estudiantes tienen de ella, por la parte económica. La desaparición de la beca Séneca que daba el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte –una ayuda mensual de 500 euros más 120 euros por desplazamiento–, dejó SICUE sin financiación aunque el esfuerzo de la Universidad de Málaga ha permitido que se dé de nuevo una beca que se otorga en función del expediente académico. «La universidad de Málaga decidió ayudar a financiar esta movilidad con una partida propia. Empezó en 45.000 euros y actualmente es de 60.000, 165 euros por cada mes de estancia», detalla Beatriz Lacomba, que subraya el esfuerzo de la UMA para que los estudiantes tengan este complemento económico en su estancia fuera de Málaga.

En cuanto al perfil de estudiante que elige esta movilidad nacional, la directora de Secretariado no cree que tenga unas características determinadas, aunque debido a los requisitos del programa son alumnos de los últimos cursos, ya que deben tener un mínimo de 45 créditos aprobados en la universidad de origen y estar matriculados en 30 créditos más.

«Creo que hay un perfil de estudiante básico, el que está dispuesto a aprovechar las movilidades de la universidad, ese es el que hace todo: Erasmus, SICUE, la movilidad de Iberoamérica, la de Asia… Ese perfil existe, aunque son los menos», puntualiza Beatriz Lacomba. «Siempre les digo a los estudiantes que si aprovechan académicamente y socialmente el semestre de movilidad, no es un semestre perdido», añade.

«Hay alumnos que eligen la SICUE porque quieren irse a otra universidad a cursar unas asignaturas concretas que imparte un profesor particular. Cursan optativas que no las tienen aquí. Este tipo de estudiantes sí miran más eso. Igual el perfil no tiene que ver con el estudiante y sí con el tipo de movilidad».

Los alumnos cada vez tienen más claro que viajar durante la etapa universitaria es una oportunidad que no hay que desaprovechar y Málaga es un destino muy apetecible. «Es una universidad muy demandada en términos de movilidad, tanto nacional como internacional. Ofrece grados muy buenos pero también vende mucho por la ciudad, las comunicaciones, el clima, la cultura…». Así, como apunta Lourdes Rey, son muchos los alumnos del norte de España que vienen a Málaga con el programa SICUE, aunque también los hay por ejemplo de Canarias. «Habitualmente quieren irse lo más lejos posible de su universidad de origen», destaca.

Las opciones son muchas, tantas como acuerdos tiene la UMA con otras universidades y con numerosos grados. Sólo es cuestión de elegir destino y estar dispuesto a vivir una nueva experiencia.