La UMA lidera un estudio internacional sobre frutos de baya y cambio climático
La profesora de la Universidad de Málaga Sonia Osorio liderará durante los próximos cuatro años el proyecto «Goodberry», un consorcio de 19 grupos de investigación y empresas de 10 países que tendrá el reto de buscar nuevas herramientas para la mejor sostenibilidad de cultivos de frutos de baya ante el cambio climático.
«Goodberry» es una convocatoria europea del programa marco Horizonte 2020, dotado con una financiación de 4,9 millones de euros. La investigadora explicó que lo que se persigue es obtener nuevos útiles biotecnológicos para mejorar el sabor y el aroma tanto de fresas, como de frambuesas y grosellas negras, así como aumentar la calidad de la postcosecha, es decir, la duración del fruto en venta tras su recolección. «Es un trabajo que involucra desde a agricultores hasta a empresas comercializadoras. Lo que se pretende es que el conocimiento no quede en el laboratorio, sino que se transfiera y aplique», agregó.
Así, aunque no será hasta marzo cuando el proyecto empiece a desarrollarse oficialmente, la profesora de la UMA ya cuenta con un bagaje investigador de alto nivel en este terrero, detalló la institución en un comunicado.
Licenciada en Química por la UMA, realizó la tesis tras obtener una beca FPU en el año 2006. En sus primeros años como investigadora, sus trabajos se centraron en la búsqueda de frutos de alta calidad y en concreto, en «la caracterización de frutos transgénicos de fresas modificados por un enzima de pared celular».
Tras un año como postdoctoral en el Instituto Csic-Ibmcp de Valencia, en que colaboró en la secuenciación del genoma de tomate, se trasladó a Alemania, al Instituto Max Planck de Biología Molecular de Plantas. Su investigación fue focalizada en el entendimiento del desarrollo y maduración de frutos para la mejora vegetal.
De vuelta en Málaga, Osorio centra de nuevo su línea de investigación en el estudio genético y metabolómico de la fresa, para una mejora de su cultivo y postcosecha. Asimismo, se incorpora como Ramón y Cajal en la UMA obteniendo fondos del Ministerio de Economía y Competitividad.