Los tres candidatos a rector de la UMA muestran que tienen más cosas en común de las que dicen

El de Comunicación fue quien mejor supo entender el debate y lo animó con sus críticas.

­Hubo debate a tres. Y el debate existió. Costó, pero finalmente los candidatos a rector de la Universidad de Málaga se sentaron juntos para confrontar sus propuestas, aceptando la invitación del Consejo de Estudiantes de la UMA. O más bien dejando en evidencia que son más las cosas que tienen en común de las que dicen. El diagnóstico puede decirse que es común. Los matices a la hora de resolver los problemas es lo que les puede separar.

Por primera vez en la historia, haciendo más democrática, o al menos más dialogada, esta carrera que culminará el 26 de noviembre, en su primera etapa. José Ángel Narváez, Miguel de Aguilera y Ernesto Pimentel se sentaron juntos en el salón de actos de Industriales, ante un auditorio lleno de estudiantes, pero también de colaboradores, cuyos comentarios, por lo bajini, también animaron el acto.

Todo medido. Todo pactado. Actuó de moderador el periodista Javier Martínez, que concedió un primer turno de cinco minutos para que cada candidato expusiera las líneas básicas de sus programas. Aquí Narváez habló de forma más general y Aguilera fue bastante más concreto. Los tres se excedieron en los agradecimientos y apenas tuvieron tiempo para profundizar. Narváez lo primero que hizo es insistir en su experiencia y conocimiento como principal aval, poniéndole sin querer en bandeja el ataque a los otros dos candidatos, que no lo desaprovecharon. Tanto Aguilera como Pimentel le reprocharon que compagine el cargo de rector en funciones con el rol de candidato. El catedrático de Comunicación Audiovisual fue a más y le recordó que lleva 21 años en tareas de gobierno, y que en sus planes está convocar al claustro para que reforme los estatutos y recupere la limitación de dos mandatos para cualquier cargo electo.

Aquí Narváez supo defenderse a medias, porque no quitó la razón a sus compañeros, pero convirtió la crítica en virtud, al destacar el doble trabajo que tenía que llevar a cabo al compaginar ambas actividades, «sin que el gobierno de la UMA se resienta». Tuvo aplausos de sus incondicionales. El rector en funciones fue quizás el más directo en sus propuestas. También el que más interactuaba con el público. Pimentel también se dirigía a los espectadores mientras que Aguilera más bien mantenía un diálogo con el moderador.

Sin embargo, fue sin duda quién más animó el debate, con sus réplicas y contrarréplicas. Las hubo e interesantemente polémicas. Como cuando, en el bloque de transparencia y gestión económica Aguilera acusó a Narváez de hacer derroche de recursos, aludiendo a «equipamientos millonarios aún embalados en los sótanos del Cima» o unos edificios prefabricados y que aún no tienen uso, a lo que Narváez reconoció que no pueden utilizarse porque estos contenedores fueron levantados en «suelo verde», aunque eludió responsabilidades «dado que ya no era vicerrector de Infraestructuras», pero sí de Ordenación Académica. Aquí los aplausos fueron para Aguilera.

Pimentel, que está actuando como el gran tapado de estas elecciones, se desentendió con buen criterio de esta disputa. Incluso cuando Aguilera le achacó que hablaba solo de metodología técnica y científica, «sin conocer otros ámbitos» al plasmar sus propuestas para mejorar la calidad de la docencia. El director de la Escuela de Informática lamentó que «30 años después los estudiantes sigan sufriendo las mismas situaciones que yo sufrí». Por eso quiere modernizar y actualizar las prácticas educativas no solo para formar profesionales, «sino también ciudadanos de forma transversal».

Todos quieren eliminar la precariedad del profesorado, apoyando la carrera docente de forma sólida y repartiendo más equitativamente la carga docente y de investigación. Aguilera también garantiza que las bajas se cubrirán a las 48 horas de producirse.

Al hablar de infraestructuras, Narváez reconoció que el metro ha partido el campus en dos y que va a exigir una compensación que podría ser un billete gratuito para moverse por el campus. Todos quieren fomentar el uso del transporte público y reducir el vehículo privado, mejorar el carril bici y renovar equipamientos. Aguilera se marca como prioridades los edificios de Psicología, el nuevo rectorado y la facultad de Turismo en la ampliación de Teatinos. Pimentel quiere acabar con el aislamiento de esta zona y Narváez propone descentralizar los presupuestos y que cada centro responda a sus necesidades de obras, una propuesta de cuya eficacia dudó Pimentel.

Sobre los estudiantes, todos persiguen una mayor implicación y participación de este sector que da sentido a la propia Universidad.