El Gobierno se enroca e insiste en que mantendrá el 5,5 como nota de acceso a la ayuda
La controvertida medida escenifica un nuevo enfrentamiento con los rectores, que anuncian un informe en contra
El Gobierno no dará marcha atrás en su política de ayudas. Ni la protesta de las universidades ni el malestar de los alumnos ha alterado en lo más mínimo las tesis del ministerio, que ayer escenificó de nuevo su desencuentro con los rectores. Especialmente, a propósito del famoso 5,5, la nota que se exige como requisito mínimo a los estudiantes que, por sus necesidades económicas, necesiten optar al sistema de becas.
Tras reunirse durante cerca de dos horas en el Consejo de Universidades, la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, afirmó que la exigencia académico «de ninguna forma atenta contra el principio de igualdad de oportunidades» como, por el contrario, sostiene el presidente de la Conferencia Universitaria de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Manuel López.
Para Gomendio, no existe falta de equidad, como tampoco la hay, indicó, cuando se piden notas diferentes para acceder a las distintas carreras universitarias. La número dos de Educación valoró además que ese requisito y otros fijados desde este curso hayan dado como resultado que los alumnos «se hayan esforzado más» y elevado la nota media del 6,8 al 7,4.
«Quiero manifestar mi enhorabuena a todos los estudiantes», dijo Gomendio, que reconoció que en su departamento están «sorprendidos» por cómo han mejorado los resultados en un solo curso académico. La representante ministerial explicó que en el curso 2011-12, sin exigencias académicas, el 40 por ciento de los alumnos obtenían la beca, el 37,3 la perdían al año siguiente y el 20 abandonaban los estudios, con lo que unos 50.000 estudiantes con beca en un año la perdían y no continuaban sus estudios.
De acuerdo con Gomendio, en este curso 2013-14 ha crecido un 10,7 por ciento el número de becarios universitarios, al mismo tiempo que el porcentaje de becas denegadas por rendimiento académico -por no cumplir las notas o los créditos mínimos exigidos- ha descendido del 21,20 por cien al 16,48.
El presidente de los rectores, sin embargo, ironizó diciendo que con un 8 de nota mejoraría aún más ese rendimiento. López también expresó «la alta preocupación» que tienen los rectores por la situación de los estudiantes. Asimismo, anunció un informe desfavorable al decreto de becas del próximo curso por mantener el 5,5 para acceder a una beca de acceso a la universidad. « Las universidades estamos haciendo un esfuerzo suplementario en becas, interviniendo para aliviar los problemas sobrevenidos en algunos estudiantes con dificultades económicas, lo hacemos con presupuestos propios», añadió.
Según el representante de la CRUE, la universidad española tiene «un defecto estructural» porque la inversión por ayudas al estudiante en función del PIB está «muy por debajo» de la media de la OCDE.
Gomendio, que recordó que los presupuestos para becas este curso han contado con 250 millones más (un total de más de 1.400 millones), no quiso profundizar sobre esta crítica concreta, pero aseveró que en España las becas son «a fondo perdido», es decir, el estudiante no las tiene que devolver. En este sentido, resaltó que en la mayor parte de los países europeos y de la OCDE se ha optado por un sistema de préstamos. No obstante, matizó: «Entiendo que los parámetros no son comparables en absoluto». La secretaria de Estado de Educación avanzó también que el presupuesto ejecutado de las partidas para becas y ayudas al estudio ha rondado en los últimos años el 99,9 por ciento.