Una tesis de la UMA analiza la comunicación de la Casa Real

El trabajo, defendido por Daniel Barredo en Ciencias de la Comunicación, estudia por primera vez este aspecto

Daniel Barredo Ibáñez acaba de conseguir el título de doctor por la Universidad de Málaga, después de lograr la máxima calificación con su tesis El tabú de la expresividad real, el primer trabajo de investigación en España que analiza las herramientas comunicacionales de la monarquía española. El trabajo doctoral, que ha sido dirigido por Bernardo Díaz Nosty y María Bella Palomo Torres, profesores del departamento de Periodismo de la UMA, ha analizado casi cuatro mil contenidos alusivos al jefe del Estado publicados en abc.es y elpaís.com entre 2009 y 2011.

La tesis analiza los mensajes que hacen referencia al Rey con tres tipos de análisis: manual, informatizado y cualitativo y se inserta dentro de la necesidad de la Casa del Rey de adaptar su comunicación a los tiempos actuales. Unos tiempos que se caracterizan por la aparición de nuevos soportes informativos, fundamentalmente en internet, que no comparten el consenso de los medios tradicionales para salvaguardar la imagen del Rey. «La aparición de estos medios coincide con una generación de ciudadanos nativos de la democracia, para quienes don Juan Carlos no tiene ya ese aura mítica como garante de la libertad», explicó la UMA en un comunicado.

Por último, España se inserta en realidades transnacionales, como la UE, por lo cual se vuelve cada vez más difícil mantener la «sobreprotección» jurídica alrededor del Rey, «la cual ha sido criticada incluso por el Tribunal de Derechos Humanos». Todas estas situaciones han llevado a que en 2011, dos meses antes del estallido del llamado caso Urdangarin, la monarquía suspendiera por primera vez en la historia de la democracia en la encuesta sobre la valoración social del CIS (barómetro de octubre, 2011). «Ese suspenso evidenciaba una comunicación hasta cierto punto obsoleta, basada en criterios más diplomáticos que mediáticos».

El pacto entre los principales partidos políticos y la aceptación del «juancarlismo» como una garantía de paz y de estabilidad democrática, junto a los elevados índices de popularidad de la institución, no hacía necesario desarrollar una política concreta de comunicar sus actuaciones.