La UMA quiere soterrar la alta tensión para evitar radiaciones

Ha pedido eliminar lastorres de la superficie para sortear posibles efectos electromagnéticos y por estética

La Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga ha pedido al Rectorado de la Universidad un estudio en profundidad sobre el efecto electromagnético de unas torres de alta tensión en el campus de Teatinos. La petición se debe a que en los últimos años ha habido cerca de una decena de casos constatados de personas con problemas de tiroides de los que la UMA sospecha que pueden tener que ver con dichas radiaciones, si bien es cierto que varios estudios han evidenciado que las radiaciones están por debajo de los niveles máximos permitidos.Corría el curso 2007/2008 cuando el profesor Demetrio Brisset supo de la existencia de hasta cinco alteraciones de tiroides y tumores, algunos de ellos malignos.

Por ello, el docente decidió poner en conocimiento del decanato la coincidencia de estos casos, aunque Brisset siempre pensó que podían deberse al tendido eléctrico o a un generador eléctrico ubicado en las inmediaciones.

Dada la situación, el decano de la Facultad, Juan Antonio García Galindo, solicitó un estudio para determinar si existían o no dichas radiaciones. Un estudio elaborado por el perito Pedro Cores determinaba que los valores eran elevados aunque no sobrepasaban los límites legales establecidos. Por este motivo, la Universidad de Málaga decidió encargar nuevas mediciones a especialistas de la UMA, que indicaron que los resultados no eran concluyentes.

Las mediciones del perito privado mostraron valores que disminuían al alejarse de las líneas de alta tensión. En otra parte del centro había otro campo electromagnético producido según el técnico por el transformador, por lo que determinó que la facultad padecía «el síndrome del edificio enfermo».

En este sentido, el profesor asegura que se pidieron los datos de las bajas de los profesores para saber en qué medida podían haber tenido que ver con problemas de tiroides, aunque no se facilitó dicha información a causa de la ley de Protección de Datos.

La preocupación revive ahora con la construcción de un nuevo aulario junto a una torre de alta tensión. «Me parece una imprudencia, hemos tenido miles de alumnos y no podemos saber cuántos afectados, pero habría que hacer un estudio epidemiológico y nunca construir ahí», señaló a este periódico.

Por su parte, el decano de la Facultad explicó que dadas las circunstancias, desde el centro se ha pedido que se soterren dichas torres, extremos tenido en cuenta por parte del Rectorado de la Universidad, en conversaciones con Iberdrola para este asunto. Galindo insiste en que no se puede establecer una relación causa-efecto. «Para nosotros siempre ha supuesto una preocupación, pero los técnicos decidieron que las radiaciones no sobrepasaban el umbral. Aún así, hemos pedido otro estudio y que se desvíe o soterre el tendido».

El vicerrector de Comunicación, Pedro Farias, explicó ayer que la UMA ha encargado hasta tres informes que han indicado que los valores son los normales. «No podemos dejar de construir un aulario, hemos hecho todo lo posible, y una vez que hemos sabido que no existe riesgo de radiación hemos seguido adelante con los proyectos del campus», dijo. Y es que Farias asegura que las torres de alta tensión, que cruzan Teatinos desde el Puerto de la Torre, ocupan la superficie de todo el campus, no sólo de la facultad de Ciencias de la Comunicación, y que no se han dado situaciones similares en otros centros, por lo que descartan radiaciones electromagnéticas.

En este sentido, el oncólogo del Hospital Quirón de Málaga José Miguel Jurado asegura que la radiación de las torres, en función de la exposición y la intensidad, puede provocar distintos tipos de cáncer, pero no el de tiroides.

«Las radiaciones no ionizantes tienen que ver con tumores de otros cánceres, pero las responsables del de tiroides son las no ionizantes, que surgen en centrales nucleares o por exposiciones a rayos X», relata el doctor.

Según Jurado, los estudios a nivel mundial sobre las radiaciones producidas por la alta tensión señalan que las causas pueden ser las variables intensidad y frecuencia, pero siempre por encima de los límites que la Unión Europea estipuló en el Código contra el Cáncer.

«En los casos que yo he tratado no hay una relación directa entre los casos de cáncer de tiroides y la radiación de los tendidos eléctricos», sentencia.

MARINA FERNÁNDEZ