Las patentes de la UMA crecen un 200%
Proteger el resultado de una investigación ya tiene el mismo mérito académico que publicar en una revista científica
Las patentes solicitadas por las universidades españolas no ha dejado de crecer desde 2005, cuando fueron 353, y el año pasado se solicitaron 584. Las universidades de la Comunidad de Madrid registraron en 2009 un total de 152 patentes, frente a las 85 de las catalanas, según datos facilitados por la Agencia de la Propiedad Industrial e Intelectual J. Isern. La UMA, aunque en menor medida en cuanto a número, ha crecido a un ritmo porcentual disparado y en el último año las patentes malagueñas han crecido un 200%, con 24 documentos registradas.
Según los datos de J. Isern, ninguna universidad española está entre las 73 primeras del mundo en contratación de licencias de sus propias patentes. Su director, Pepe Isern, considera que para que las universidades españolas mejoren su capacidad innovadora «hay que tomar la firme decisión de querer innovar, proteger la innovación y moverla tanto legal, comercial e industrialmente para rentabilizar el esfuerzo económico y potenciar los departamentos de I+D+i de las universidades».
Servicios
La UMA parece dispuesta a cambiar la tendencia, aunque 24 sea aún una cifra menor. La OTRI (Oficina de Transferencia de los Resultados de la Investigación) gestiona la propiedad industrial de la Universidad de Málaga que se deriva de los resultados de investigación generados por su personal investigador en el ámbito de sus funciones docente e investigadora. Presta asesoramiento a los investigadores en materia de propiedad industrial e intelectual, negocia, redacta y revisa los acuerdos de cotitularidad de patentes, los contratos de licencia de explotación y las cláusulas referidas a propiedad industrial e intelectual en contratos de colaboración Universidad-Empresa y proyectos de investigación internacionales, como de la UE. Del mismo modo, prepara, tramita y hace un seguimiento de las solicitudes de patentes en las que la Universidad de Málaga figura como titular o cotitular.
Adolfo Linares, técnico de patentes de la OTRI, explica que la Universidad no ha realizado ninguna actividad específica dirigida a los investigadores para que patenten el resultado de sus trabajos. Atribuye este aumento a la mayor sensibilidad de los profesores, que han descubierto que la patente tiene el mismo reconocimiento académico que la publicación en revistas científicas, sobre todo a la hora de pedir financiación. «Hasta hace poco era al revés, ya que se consideraba que los artículos en revistas especializadas tenían más mérito académico, pero infringían uno de los requisitos básicos de las patentes: que no se divulgara el resultado de la investigación antes de tramitar la protección. Sin embargo, cuando un investigador registra una patente, posteriormente sí que puede publicar. Es como un dos por uno y los beneficios son mayores», explicó Linares.
Del mismo modo, a la hora de que ese conocimiento llegue a la sociedad, según Linares, es mejor que exista una patente, ya que las empresas están más dispuestas a asumir el riesgo de invertir si se garantizan que van a poder explotar el producto en exclusiva. «Se evitan así la competencia e invierten en ese grupo para que desarrolle sus investigaciones, sufragando también así los costes de la patente», señala.
Costes
Estos costes pueden ir desde los 750 euros hasta los 45.000 euros, si se solicita una patente a nivel europeo. Según Linares, en la UMA ya hay tramitadas algunas patentes a nivel de la UE y también en Estados Unidos, «y ya incluso tenemos concedidas licencias», añade. Y este dinero lo aporta la UMA, con la condición de que, si el investigador logra vender su producto a una empresa, la mitad de los ingresos es para el equipo, un 25% para la Universidad, en concepto de ingresos para investigación y otro 25% para el departamento o instituto que haya participado en la realización de patentes, también en concepto de ingresos para investigación.
De las 24 patentes registradas durante el pasado año 2010 a través de la UMA en la Oficina Española de Patentes y Marcas, la mayoría están relacionadas con los campos de las telecomunicaciones, la electrónica, las ingenierías, la biotecnología, la nanotecnología y la salud. También hay proyectos relacionados con el biodiésel, según dijo Linares, que no puede ser más preciso para no violar el grado de protección que precisamente proporciona la patente a estas investigaciones.
Se trata de investigaciones que han obtenido resultados concretos y cuyos autores se han puesto en contacto con al OTRI para que la oficina evalúe las opciones de protección, transferencia y explotación.