La gran demanda agota todas las plazas en la UMA

Las escasas o nulas perspectivas por entrar en el mercado laboral que tienen los jóvenes, que sufren un 40% de tasa de paro en la provincia de Málaga, provoca que muchos se refugien en la Universidad, donde pueden ampliar sus conocimientos y formación de cara a competir con más garantías por un puesto de trabajo el día de mañana. La demanda por estudiar en la UMA crece cada curso y este año se han cubierto todas las plazas hasta en grados como el de Filología Clásica, en los que de forma tradicional quedaban puestos libres.

El vicerrector de Estudiantes de la institución académica malagueña, Juan Antonio Perles, no pudo ser más elocuente a la hora de referirse al avance de las matriculaciones registradas, unas 1.700 más que el año pasado, hasta llegar a los 35.309 inscritos para este curso 2011/12. «Y todavía no se ha terminado el proceso, así que podríamos hablar de un par de centenares más», admitió. «Filología Clásica, por ejemplo, nunca se llenaba, en todos mis años en la Universidad, y este, sin embargo, ha cubierto los números clausus», explicó.

Del total de universitarios, 9.156 son alumnos de nuevo ingreso, de los que 7.770 se han apuntado en alguno de los grados que componen el catálogo de titulaciones que oferta la UMA. 423 se han apuntado en el segundo ciclo de titulaciones que aún se rigen por el plan antiguo (es el último año que podrá hacerse, tras la entrada en vigor del proceso de Bolonia) y 963 harán másteres. En todos los casos, las mujeres son mayoría.

El mensaje por aumentar la inserción laboral de los egresados universitarios parece que cada vez cala más en la sociedad. La UMA se convierte en una opción real. Pero además de por la difícil situación económica, por qué la UMA tiene cada vez más alumnos, cuando hasta hace poco las matriculaciones parecían caer en picado. Perles considera que está siendo muy acertada la apuesta de la institución por acercar la Universidad a los institutos, a través del programa Destino UMA, en el que se enmarcan jornadas de puertas abiertas y los escolares conocen más detalles de las carreras que les interesan. Pero no sólo eso.

Causas del aumento

El vicerrector de Estudiantes sostiene que cada vez tiene más sentido la filosofía emprendida hace años por el equipo de gobierno de Adelaida de la Calle, que defiende que es necesaria la formación para toda la vida. «De hecho admitimos a alumnos de más de 45 años», concreta Juan Antonio Perles. Del mismo modo, destaca que es fundamental la creación de la figura del estudiante a tiempo parcial, que facilita a quienes tienen un trabajo que puedan conciliar su vida laboral con la universitaria. Este curso, según explicó el vicerrector, al menos son 250 alumnos los que se ajustan a estas características. «Son estudiantes que tiene un trabajo y pueden justificarlo con documentación, o son mayores de 45 años, o tienen hijos menores de tres años o están a cargo de algún familiar dependiente», indicó.

A estas alturas del proceso de matriculación, que está a punto de finalizar, sólo quedan plazas libres en unos 18 grados y, salvo el de Historia, todos son ingenierías o carreras técnicas, que puede que por su dificultad, sean las menos apetecibles para los aspirantes.

De los 35.309 alumnos que este año están matriculados en la Universidad de Málaga, casi la mitad (18.726 estudiantes) aún estudia alguna licenciatura o diplomatura del plan antiguo; 15.101 están inscritos en alguno de los nuevos grados; 1.349 están haciendo un máster, y 133 aún realizan el doctorado.

Más alumnos y grupos más reducidos por el plan Bolonia

Una de las premisas del nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES), emanado de la reunión europea de Bolonia, y cuya implantación definitiva tuvo lugar el pasado año, es que la atención al alumno ha de ser más personalizada e individualizada, hasta el punto de que es obligatorio asistir a las tutorías, una de las grandes asignaturas pendientes del sistema universitario. ¿Cómo hace la UMA para dar cabida a más alumnos pero en grupos más reducidos?

Juan Antonio Perles, vicerrector de Estudiantes, tiene la respuesta: «Con mucho esfuerzo y grandes dosis de imaginación». Según Perles, la Universidad de Málaga no cuenta con casi ningún tipo de inversión adicional para poner en marcha el plan Bolonia.

«No es lo mismo comenzar a desarrollar el nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior en tiempos de bonanza económica que ahora, cuando la coyuntura limita tanto cualquier tipo de inversión», sentenció Juan Antonio Perles.