Moreno González, un maestro del trasplante

«Las manos de nuestro doctor honoris causa saben mucho de la vida. También de la generosidad». La rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, pronunció estas palabras en su discurso para concluir la ceremonia de investidura como nuevo doctor de la Universidad de Málaga del prestigioso cirujano Enrique Moreno González, que forma ya parte del claustro de la institución académica malacitana. El nuevo miembro es uno de los más importantes especialistas en cirugía hepática del mundo, considerado por muchos un dios y maestro de los trasplantes. A sus 85 años de edad recibía ayer los guantes y el birrete que simbolizan su adhesión a la UMA. El profesor Moreno es, para quien le conoce, un hombre sencillo y complejo a la vez, entregado a los demás, que ha sabido contagiar a sus discípulos el amor a la universidad, a la vida hospitalaria y al enfermo, a los que ha dedicado lo mejor de su vida. Así lo destacó el padrino del doctorando, el cirujano de la Universidad de Málaga José Antonio Bondía, que conoció a Moreno en 1972 en Madrid.

Se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y fue pionero en cirugía de enfermedades complejas gastrointestinales, pancreáticas y biliares. El profesor Moreno González es considerado una de las máximas autoridades mundiales en cirugía y trasplantes, e innovador en las técnicas quirúrgicas actuales. Es jefe del Servicio de Cirugía General y Trasplantes Abdominales del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Son importantes sus aportaciones al tratamiento de la hipertensión portal, los tumores malignos de la vía biliar y del hígado y ha desarrollado nuevos procedimientos quirúrgicos.

Durante su carrera, ha trabajado por el aumento y la mejora de las donaciones de órganos en España y sobre las técnicas de mejora de la efectividad de los trasplantes. Catedrático de Patología quirúrgica de la Universidad Complutense de Madrid, es miembro de la Real Academia de Medicina y de la Médico Quirúrgica de España y miembro honorario de las asociaciones de cirujanos de numerosos países. Y entre los numerosos reconocimientos y distinciones recibidas, destaca el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, concecido en 1999.

«Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida. Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. La vida está hecha sólo de momentos, no te pierdas el de ahora», dijo tras ser investido.