Los ángeles de hielo

11 Oct
Los ángeles de hielo
Los ángeles de hielo

Toni Hill

Grijalbo

Penguin Random House

Si tienes como base de tu escrito dos obras del tamaño de Jane Eyre de Charlotte Brönte y Otra vuelta de tuerca de Henry James, el resultado no puede ser nada malo.

Es lo que ocurre con esta obra de Toni Hill ambientada en la Barcelona de 1916 y en la esplendorosa Viena.

Nuestro protagonista, Frederic Mayol ha vivido a caballo entre las dos ciudades, la infancia en Barcelona y la adolescencia y primera juventud en Viena. Ha estado en la I Guerra Mundial y actualmente está traumatizado de lo que ha visto en el frente. Psiquiatra y seguidor de las teorías psicoanalíticas, vuelve a Barcelona, donde encontrará trabajo en un sanatorio ubicado en un tranquilo pueblo pesquero cercano a Barcelona.

El sanatorio siete años atrás era un internado de señoritas de buena familia, pero un incendio, con resultados trágicos provocó su cierre.

Frederic hará amigos en Barcelona. Conocerá a un periodista que le llevará a la que será el amor de su vida, Blanca Raventós, que precisamente había sido alumna del internado reconvertido en sanatorio mental.

En el sanatorio, Frederic trabajará con el lado oscuro de la mente humana, con misterios inexplicables, crímenes y una historia que cada vez se va entretejiendo más hasta alcanzarle en estar en el centro de la tela de araña.

Si ya conocen al autor, Toni Hill, no crean que lo reconocerán en esta obra. Este relato se sale de la trama habitual y su registro es diferente. Novela ambientada en un momento histórico muy concreto, con misterio y crímenes no resueltos, de marcado tinte gótico.

Toni nos lleva a través del relato cabalgando con varias voces narrativas: el doctor Freixas, jefe del protagonista, quien comienza y termina la narración de la novela y en algunos puntos especiales donde sea necesaria sus aclaraciones, su datación será alrededor de 1930.

Un narrador omnisciente acompañará el relato y a los diálogos de los personajes entre 1916 y 1920.

Y otra narración, esta vez una voz femenina, la señorita Águeda, a quien conoceremos a través de su diario y por la que conoceremos la historia del internado antes de que se convirtiera en sanatorio.

La riqueza estilística destaca en todo este grupo de narradores, que aportan, aclaran y benefician a la obra en sí. Además la tipografía vendrá a sumar con diferentes estéticas las distintas voces lo cual ayudará a identificar quien es quien en cada momento. Nota a favor muy destacable en el género epistolar (también convenientemente marcado por la tipografía) entre nuestro protagonista Frederic y la hija pequeña de Freud a quien conoció en Viena. Un guiño que mejorará al relato junto con las recomendaciones de otras obras como Los elixires del diablo y El hombre de arena, ambas de E. T. A. Hoffman

Si la narración de la novela es excepcional no menos podemos decir de los personajes del relato. En realidad, nuestro protagonista más directo, Frederic, es sólo el más actual a nosotros, pero son varios los personajes protagonistas dependiendo de los años en los que se desarrolle la narración, por eso mismo, podemos afirmar que es una novela coral donde ningún personaje está devaluado en función de otro, y donde todos, adquieren y asumen su importancia de cara al lector y a la propia obra.

Estos dos grandes aciertos, voces narrativas y personajes, viene perfectamente desarrollados y delimitados por el estilo del lenguaje que nos introduce en aquella Barcelona del siglo XX.

De ritmo pausado hasta prácticamente la mitad de la novela –que coincidirá con la completa lectura del diario de la señorita Águeda- el giro que cambia la perspectiva del relato será el que nos marque también el ritmo, y es que la segunda parte será mucho más rápida sin por ello perder ni un ápice de cordura en la resolución de las diferentes preguntas e incógnitas que nos van saliendo a medida que avanza la trama.

Recomendada para los que gusten de la novela gótica, llena de misterios, pero a la vez profundamente encajada dentro de la sociedad de la época y sus problemas. Y en general a todos aquellos que gusten de un relato bien desarrollado, bien narrado y perfectamente cerrado.

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