La vida insólita

24 Abr

Como si la Luna hubiera tenido la cortesía de acercar a la mirada de un efímero ser tal como somos por costumbre, y en el centro de una protuberancia suya hubiera esculpido un rostro, hace de ello unos cientos de siglos, en esa fotografía de lo que en otro texto anterior veíamos como una Cara de Piedra, ahí de nuevo la tienen. Ahora, el foco de la linterna en el interior de la Cueva con-forma una Luna que flota en un cielo oscuro, sin estrellas al fondo. Todo es ficticio : no hay cielo en esta galería natural de Cueva que formó el mar ¿durante el Plioceno, o puede que mucho antes?

Ficticio : no hay nada más que apariencias, y sólo esas manchas rojas que ven ustedes en la parte de la derecha, casi al fondo del fingido cuadro que la fotografía nos ha regalado, sólo eso es lo que el ser humano ha hecho : pintar de rojo. Manchar, más que pintar. ¿O tal vez marcaba algo con esas manchas? Lo más seguro es que sí, algo decía… Decía, por ejemplo, “¡Hágase la luz!” Y se hizo la Luz…, ¿a partir de una palabra, a raíz de una orden?

Algo decía : ¿Quién, a quién? Algo…, ¿como qué? Lo ignoramos, lo ignoramos. Todo en el entorno del ser humano es suponer e ignorar, ignorar e ignorar y suponer y suponer que sabe. Pero no sabe. No sabe nada, salvo que la vida está ahí, aquí, allí. La vida está en todas partes y de ese modo es como si no estuviera en ninguna : sólo por contraposición podemos llegar a algún territorio que no nos resulte enemigo. La ignorancia, ¿nos es amiga o nos es enemiga?

Supongamos que ambas cosas : ignoramos lo que es posible que hace miles de miles de años sabíamos, y lo hemos olvidado. El olvido es como el sueño : un sabio, pero sabio mudo. Un sabio que no nos dice nada, que no nos resuelve nada en absoluto. Pero…, ¡en fin, no hablemos del Plioceno! ¿O acaso creemos que hablando de algo vamos por ello a saber algo más de lo que del todo ignoramos? El Plioceno es palabra feliz nacida en la lengua de los helenos, la Grecia de antes de Homero y significa “más reciente” y durante su final, ya aparece el bípedo que llamamos Australopithecus : un proyecto de “Homo” no del todo acabado de diseñar…

Si es cierto que la Tierra tiene unos 4550 millones de años y que los seres más parecidos al hombre actual aparecieron sobre este planeta hace algo así como apenas 2 millones de años, 1,8 millones BP, (esto es, “before present”), pero también es cierto que nuestro Sol no es único en absoluto : hay unos 200.000 millones de soles existentes, y el nuestro es de los menos “potentes”, o por decirlo de otro modo, un Sol no muy viejo ni muy joven, no muy grande ni muy pequeño, algo así como un Sol para ir tirando, ¿qué puñetas pintamos aquí? ¿Qué es la Vida? Y más allá de la vida : ¿hasta dónde podremos llegar con nuestra ciencia? La vida es insólita.

Esa roca que sobresale de las paredes de roca caliza de esa Cueva que venimos analizando en algunos de sus pormenores, y es roca formada de piedra caliza, y es caliza de origen “vivo”, quiero decir que es piedra cimentada en fondos marinos a base de una presión sobre millones y millones de conchas de seres elementales que fueron viviendo y muriendo para caer unos sobre los otros, almejas u ostras, conchas de cal viva que por la presión se endurece y convierte en una especia de cemento de origen (como digo y diré mil veces : porque es alucinante) vivo… Y si esas rocas luego se moldean y dan de sí una especie de rostro o cara con aspecto de ser humano que mira con mirada sabia pero ya muy, muy cansada de esperar otra mirada…, ¿entonces, qué?

Entonces nada y todo, o al revés si lo prefieren : Todo y Nada, que son sólo palabras. Nosotros soñamos que estamos viviendo una epopeya gigantesca y tratamos de dar de sí, esto es, de dar de uno mismo al mundo algo nuestro propio que le valga, dar de sí un simple sonido válido : Sé algo, por ejemplo. Que quiere decir tanto “que seas algo” -y entonces ese “sé algo” es una orden-, como que sepas “que yo sé algo”, donde se conjugan dos verbos : Ser y Saber. ¿Ven, lo ven? :

Todo sabor tiene en sí un cierto saber que le hace ser, ¿no es eso en sí un mero juego de palabras? Lo es, ciertamente… Y esa cara que la roca la vida el tiempo erosiones y mil y una más evoluciones girando y girando la Tierra con sin su Luna, ese genial Cara de Piedra, en el fondo de una Cueva, ¿no es en sí un misterio, no lo son?

¡Ah, ahí estamos ante otra cuestión, que abordaremos de la mano de René Magritte! Otro día : cuando hayamos tocado las lindes del Mito siguiendo muy de cerca a Joseph Campbell. 

 

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3 respuestas a «La vida insólita»

  1. Citar aquí ahora a René Magritte no es casual : el tema del Misterio, que Magritte toca por cierto, lo abordaremos de su mano. Quiero decir que tocando nosotros cosas de sus cuadros y sus juegos con las posibilidades de las palabras (en/fuera de) pintadas junto a una pipa que no era una pipa en un cuadro que sí que era es será un magnífico cuadro ( para mi gusto, claro) y a la vez mirando otras cosas que escribía a la par que aborrecía al escribirlas Henri Michaux, más lo que depare la ocasión, todo ello tendrá sentido. Lo verán ustedes y yo me alegraré de que así sea.

  2. ¿Creen acaso que los que pintaron en cuevas bisontes o toros o figuras imaginarias y hasta tenían que fabricar andamios para alcanzar los techos que pintaban no eran plenamente humanos? ¿De veras piensan ustedes eso?

  3. Es curioso : en la llamada Sala del Águila, en esta misma gruta, hay : una cabeza de équido, pintada por mano humana hace más de 30.000 años, una cabeza de toro o vaca, en el techo de la sala o domo, ésta de formación natural, un Águila de Piedra, también de formación natural (como la Cara de Piedra) y unas rayaduras que podrían ser chmánicas (o no, pero eso ahora poco importa) también de mano humana… ¿no son acaso elementos suficientes para dar que pensar?

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