Bienvenido, Mr. Trump

15 May
Netanyahu enciende la mecha contra Irán

 

Con sus esquinas raídas los convenios internacionales se quiebran. ¿Qué tiene que ver los Altos del Golán con España? Gasolina más cara. Verano misilístico

En medio de la lucha interna entre sunitas y chiitas por imponer su visión religiosa particular en el mundo árabe y aún en el mundo occidental, Europa se queda sin su hermano mayor. Los americanos, que por dos veces en el siglo XX desembarcaron para salvar a este viejo continente, ahora nos dejan ‘tirados’, según ha señalado la canciller de Alemania, Ángela Merkel, al afirmar: ‘ya no podemos confiar en la protección histórica de los EEUU’. Ni ella, ni el joven presidente francés, Emmanuel Macron, visitantes de la impoluta Casa Blanca, han podido convencer al peculiar presidente americano, Donald Trump acerca de no denunciar el acuerdo nuclear con Irán y retirarse, desconociendo la firma de Barack Obama. Tal documento, convenía a Irán y al mundo occidental. Frenaba su programa nuclear, les permitió levantar las sanciones de la Banca mundial y volver a exportar su petróleo a Occidente. Con la decisión unilateral de Trump, todo eso se derrumba. Por tanto, el transporte, que usa combustible en España y en toda Europa, va a costar más caro aún de lo que ya es. Eso significa un incremento automático del costo de vida. Un turismo a la baja por el temor a esa guerra lejana, que explota en las calles europeas. Con una deriva de turistas a destinos más económicos y que tienen o han recuperado cierta seguridad, como son Egipto, Túnez, Turquía o Marruecos.

Los efectos no se han hecho esperar. El petróleo está en 77 $/Barril, 50% más desde 2017. La subida puede llegar pronto a 80$/Barril. Se estima que la producción mundial caiga en 500.000 barriles/días, casi de inmediato. El crudo venezolano no ayuda, tiene sus pozos inermes. Los misiles iraníes, desde el territorio libanés en manos de Hezbolá, asentado en Siria y la respuesta israelí, vuelan desde que Trump tuiteó su decisión. España va a gastar entre 5.500 a 8.000 millones/€ por tal subida, que apenas comienza (0,5%/PIB o más). La firma del ‘amigo americano’ es un misil a la economía española. En medio de la amenaza yihadista este nuevo escenario de guerra asusta a la vieja europea. Los convenios internacionales sirven para ganar tiempo. Es lo que pensó Obama, además de llegar al final de su presidencia con un acuerdo de calma en la región, ya era Premio Nobel de la Paz. Sus socios israelíes cogieron aliento. La denuncia del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu antes las cámaras de la CNN, hace dos semanas, encendieron las alarmas en Washington. Irán, dijo, no respeta el acuerdo de desnuclearización. Sigue con su programa atómico. Incumple lo firmado.

Los tratados también están para romperlos. Desde el famoso acuerdo contra natura política entre Molotov (soviético) y Ribbentrop (alemán-nazi), firmado en Moscú el 23/08/1939 o el del tristemente signado por Chamberlain (británico) y el canciller de Alemania, Adolf Hitler en Berlín, son papeles mojados en los libros de historia. Este entre Irán y el mundo Occidental más Rusia y China, se diluye como aquellos otros. El borrar aquellas firmas de paz, inició la guerra mundial. Igualmente sucede ahora. Tanto el Moscú de Putin, como desde Damasco los clamores suben. La paz internacional se quiebra. Israel está en la primera trinchera. Europa no queda demasiado lejos y tendrá que defenderse sola esta vez. EEUU no esquiva ayudar a sus primos israelíes. El tablero tiembla con los truenos de guerra. El equilibrio de la región, siempre precario desde hace más de setenta años, se acaba de quebrar por la decisión del gran empresario americano.

La vuelta de tuerca de Trump en este escenario da alas a Israel para defender lo que ellos consideran su espacio vital. Desde Teherán se defiende al sirio Asad y apoyan sin fisuras a la guerrilla proiraní de Hezbolá en el Líbano. Israel va a impedir que los iraníes asienten sus bases al borde de sus fronteras en los Altos del Golán. Su estrategia militar de defensa territorial podría estar planeando una invasión al Líbano. La pasada semana Hezbolá ganó allí las elecciones. Los estrategas militares israelíes entienden eso como una amenaza directa a sus intereses nacionales. El panorama no puede estar más revuelto. Este es, sin duda, un conflicto global más allá de la guerra civil religiosa entre árabes y el desafío de su enemigo común Israel.

La hermana pobre y vieja, que es ahora la Unión Europea, tiene que replantear su estrategia de permanencia en este nuevo mundo. El empuje protagónico mundial de la Rusia de Putin. La influencia comercial y financiera de China, una potencia instalada en la globalización. La peculiar dirección populista del presidente americano, que dirige al país más poderoso del mundo en el terreno bélico y económico, dibujan un planeta en ebullición e instalado en una frontera agresiva más cercana de lo que parece en los telediarios. Puede que Merkel haya exagerado y que, a la hora de la verdad, los americanos acudan a salvar el pasado cultural que les representa esta maltrecha Europa. No sería la primera vez, ni tal vez la última. Lo cierto es que Trump ha puesto al mundo aún peor de lo que estaba cuando se instaló a regañadientes en su Casa Blanca, esa ‘choza’ epicentro del poder mundial.

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