Se prohíbe hablar español

17 Abr
A los secesionistas, nacionalistas a ultranza, les molesta la lengua española

 

Uno de los descalabros que sufre España ahora es el vértigo de los diversos nacionalismos contra la lengua española, que es el idioma oficial del Estado

Tras la epopeya de siglos por haber construido un idioma, que une a una de las culturas más importantes del mundo, desde Cataluña, Baleares, Valencia y Vascongadas se empeñan, políticos aviesos, en que la gente que allí vive hable y escriba solo en sus idiomas locales. Dan así trato de favor a sus nacionales por encima del idioma oficial. Tal imposición excluye a buena parte de los españoles. Y da ventajas administrativas a sus naturales en otras regiones del país, Andalucía por ejemplo, ya que son bilingües desde la cuna. Un catalán, balear o valenciano puede trabajar en Andalucía, se le entiende y nos entiende, pero un andaluz no; pues no tiene la fortuna de hablar sus lenguas locales. Atacar el idioma en que se expresa el pensamiento de una nación y de tantas otras de Hispanoamérica, es, como menos, un atentando de gravísimas consecuencias. Esto es una de las derivaciones de haber transferido la educación básica. Hay disciplinas que no se pueden dejar en manos de quienes creen y afirman que hablar en español les denigra. El orgullo de pertenecer a una de las naciones fundadoras de Europa se va diluyendo al arrinconar el idioma que la consolidó hace más de cinco siglos. Se empieza por deshonrar el español y se termina independizándose de España.

El ataque a la lengua común es tarea primordial en las principales CCAA bilingües. En las Baleares, que hablan en catalán, se impone a médicos y músicos ese idioma por encima del español. Es de escándalo en Navarra – subsidiaria del euskera vasco, que les coloniza–, donde sólo un escaso 7% habla ese idioma. La nueva Ley Foral de contratación pública obliga a las empresas, que aspiren a trabajar en contratos con la administración, a hacerlo en euskera. El gobierno socialista de Valencia amplía los incentivos fiscales a las empresas cuyos empleados hablen y escriban en valenciano. Tanto allí como las Baleares, se siente la mano de Podemos que cogobierna con el PSOE. Sorprende y asusta que ese partido centenario, adalid de las reformas sociales de los últimos cuarenta años, derive hacia esos extremos. Es el signo más resaltante de su desvarío hacia su idea política de España, a la que han dirigido en dos ocasiones.

Cataluña es la más feroz defensora de su idioma en detrimento del español al que desprecian. Allí, la inmersión lingüística implantada en las escuelas es la semilla que ha germinado en una flor catalana y antiespañola. Han olvidado y rechazado de hecho el artículo 3.3 de la Constitución, cuyo enunciado es protector de las lenguas locales. Señala que son un patrimonio cultural ‘de especial respeto y protección’. No les basta con eso. El objetivo es acabar con el idioma español. Todo nacionalismo comienza por prohibir y termina por imponer su ideología localista afirmando que son el centro del mundo.

El 155 aplicado a los secesionistas catalanes no ha tenido el poder legal de detener esa deriva. Han despreciado las sentencias judiciales para aumentar las horas de español en las aulas, solo el catalán reina en ellas. A los padres catalanes les han birlado el derecho a decidir en qué lengua deben educar a sus hijos: solo en catalán. Indican a los profesores que cuando evalúen exámenes en ‘castellano’ lo hagan sobre textos sencillos. Lejos los tiempos cuando en España los niños de 9/10 años leíamos El Quijote en aquella magnífica edición escolar, cuyos ejercicios serían hoy imposibles de realizar para un alumno de esas CCAA. La Generalitat de Cataluña obliga, desde 2016, a que las comunicaciones entre sus funcionarios sean única y exclusivamente en catalán.

Valencia, Baleares siguen la senda. Demasiado cerca del influjo nacionalista catalán, que no ceja en su empeño, y de los grupos pro Podemos que les permiten gobernar. El gobierno vasco hace causa común con los catalanes cesionistas y amenazan al gobierno del PP. Navarra viene siendo tomada por el afán filovasco. Aparta su historia de ser el primer reino de España, desde comienzos del siglo IX, para abrazar la causa vasca. El clamor aranista les obnubila. Creen que la gran Euskalherría es posible. Lo que procede es aprender vascuence y adoptar esa lengua en Navarra.

Así van las cosas por este reino. Perdido entre la crisis financiera, el paro y los partidos emergentes, el bipartidismo parece extraviado en la noche de los tiempos oscuros. El liderazgo desorientado no se encuentra en ninguna parte. La lengua española vive con su gramática acorralada de adjetivos malsonantes. Si disipamos nuestro idioma perderemos a nuestro país. Lo que ha sido una riqueza cultural para las CCAA con dos idiomas se ha vuelto en contra del español. Difícil de entender, pero está sucediendo. Ahora, parece que habría que dar gracias porque en Andalucía solo se habla español, con ese acento tan particular y enriquecedor. Igual pasa con nuestros hermanos de la gran América Latina, incluidos los casi 60 millones de hispano hablantes en EEUU. La historia y la cultura pasa por el idioma español. El descalabro, que están imponiendo los extremistas nacionalistas, va a ser de secuelas gravísimas para la unión de España. Como nos dejó escrito Salvador Rueda, “…quien no tiene Cultura, no tiene un sitio en la Tierra”.

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Una respuesta a «Se prohíbe hablar español»

  1. Sin duda Charlie, es así. Aqui mismo los que hemos emigrado somos segregados por no saber catalán, euskeda, valenciano que se parece mucho al catalan por cierto, e igualmente en las Islas Baleares. En Galicia hay que hacer un curso que te certifique el gallego para poder trabajar ya que no se puede segregar al que sólo habla gallego. O sea!!!!

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