Sofisticato

10 Ene

En Italia la agromafia, en Andalucía el 'fondo de reptiles'

En Italia, la agromafia adultera nuestro aceite de oliva de primera con orujo para venderlo como ‘virgen extra’. Aquí la mancha de los ERE sigue impecable

La práctica de adulterar un producto para vender ‘gato por liebre’ es tarea tan antigua como beneficiosa. En Italia son expertos en mezclar nuestro aceite de oliva de primera calidad con otros de inferior cata, para presentarlos en el mercado internacional como ‘virgen extra’, el más añejo y caro. Un fraude que es moneda corriente en el país que inventó la ‘Cosa Nostra’.
La investigación judicial abierta en Italia demuestra que una decena de marcas de prestigio internacional vienen comercializando como ‘virgen extra’ un aceite que, en realidad, es una mezcla de otros varios de inferior calidad. Además, se saltan la normativa europea vigente desde 2009, que obliga a etiquetar la procedencia de los productos. Hasta ese año, cada marca italiana parecía envasar aceite de oliva de ese país, aunque en realidad, mayoritariamente era de procedencia andaluza. Las sospechas apuntan a la larga y oscura mano de la mafia, tras esta operación que incrementa sustancialmente los ingresos de dichas marcas en el mercado internacional.
Esta operación, estiman los investigadores, que han contado con la colaboración de la mayor asociación de productores italianos de aceite de oliva –Coldiretti– está dirigida por una agromafia, que ganaría unos 5.000 millones de euros por la operación global. El modus operandi es comprar a España por menos de 50 céntimos el litro de orujo, para mezclarlo y presentarlo en sus atractivos envases etiquetado como aceite de oliva ‘virgen extra’, en torno a los 3 euros/litro o más si se compra en el extranjero, Estados Unidos, por ejemplo o países latinoamericanos.
La cuestión afecta directamente al sector olivarero andaluz, ya que somos líderes mundiales por la calidad de este producto. Sólo Jaén ha cerrado la campaña de 2011 con 580.000 toneladas, más del total de la producción de Italia, que se coloca en unas 500.000 toneladas declaradas, aunque las estimaciones de la Consejería de Agricultura de Andalucía las sitúa en 300.000. El 40 por ciento de la producción total de España va a Italia. Tal volumen compensaría la demanda interna y externa de ese país, aunque no suficientemente, y ahí la necesidad de hacer mezclas fraudulentas.
Esta situación italiana hace aflorar uno de los problemas del sector andaluz en relación a su copiosa producción de calidad, que podría ser exportada directamente con marcas propias y no a granel como se viene haciendo a nuestro principal cliente que es Italia. Este llamado ‘oro líquido’ sería aún mucho más rentable para la economía andaluza, si se cambiara el concepto tercermundista de exportar el producto en bruto, por una fiable y estable red de comercialización a nivel mundial, aún más ambiciosa de la que existe. Tal vez sea este el momento de tomar la iniciativa en el sector y proceder, sin temores, a ser la gran distribuidora mundial de nuestras propias marcas de calidad del verdadero aceite de oliva ‘virgen extra’.
ERE. En esta tierra no se inventó la mafia, pero nos aplicamos. Una tarta que ha tenido múltiples porciones para alimentar a muchos comensales ha sido este culebrón de los bautizados ERE, una trama que alimentó a una corte de los milagros andaluces, aún por perfilar y enfocar en toda su larga extensión. El fondo público para empresas en crisis dotado con 647 millones de euros, dio para muchos. Durante la última década ‘comieron’ de esa jugosa bolsa de desamparados, desde aseguradoras seguras, consultoras amigas, bufetes ingeniosos, sindicatos prestos, intermediarios varios y tantas empresas deficitarias y prósperas, además de algún arriesgado director de empleo y su chófer. Un río contante y sonante, hasta que la alarma sonó. Un cúmulo de irregularidades administrativas que entrará el libro mundial de los récords, como el del aceite italiano. Aquí el ‘fondo de reptiles’, allí la agromafia. Los malos anda sueltos.

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