Villa Patata Factory: El piso franco de la cultura.

19 Abr
LVMM

Parece el nombre de los almacenes de un asentador de hortalizas de El Ejido. Pero no. Se trata de un espacio nuevo y muy distinto. Alejado de cualquier realidad imaginable hasta ahora y con la capacidad de sorprender a cualquiera con cierta sensibilidad por el arte.

Hace unas semanas en este mismo rincón contaba sobre la existencia de Emmanuel Lafont y Okña, dos artistas afincados en nuestra ciudad que estaban consiguiendo de manera exitosa corromper la ultrajada vida cultural malacitana a base de actuaciones y trabajos buenos, honestos y certeros.

De sus manos –y de su casa- nace en Málaga este nuevo proyecto inexistente hasta ahora. Se trata de un espacio cultural, privado, selecto y con aires de piso franco de la cultura y que se consigue en unos pocos metros cuadrados reproduciendo espacios múltiples.

Para entenderlo mejor, se trata de un piso, un hogar en una de las mejores zonas de Málaga, donde todo está modificado, decorado y preparado para ser sala de exposiciones, de teatro o de baile. Se hace de todo. De manera seria, con público y sin aspavientos ni publicidad tradicional. El altruismo cultural es evidente.

Así llegamos hasta ahora donde ya se están celebrando veladas de teatro en villapatata. Comenzaron su andadura emprendedora con la Compañía BajoTierra teatro y posteriormente han iniciado una programación de obras con la compañía La Caldera. Dos estilos perfiles distintos de compañías que evidencian que en esta casa hay actividad y variedad.

Sin duda alguna, el impacto más fuerte se produce al entrar en la casa. De puertas hacia fuera nadie puede imaginar ni presagiar que se trata de un espacio tan singular. Villa patata Factory se sitúa enclavado en un lugar especial. Junto al mar. En la zona este de Málaga. En un buen lugar. De los caros. De los de las señoras con los collares de perlas. Y entre tanto así, ellos. Marcando la diferencia y dejando claro que todo cabe en Málaga. Y todo cabe en aquellos lugares que menos lo esperas.

También hay que reseñar que no solamente ellos han sabido adaptarse al entorno sino al revés. El entorno ha sabido convivir con ellos y aceptar, en territorio previsiblemente hostil, la convivencia con este singular espacio.

Si bien es cierto que la sensibilidad y el tacto lo aplican tanto a sus obras como al montaje y desarrollo de las mismas, era previsible que saliera algún experto protestador a molestar. Pero no. Todo funciona a la perfección.

Konectin Pipol.

Ninguno de nosotros es más listo que todos nosotros juntos. Esa idea fue la clave. El germen de todos los proyectos para Lafont y Okña ha partido siempre de la participación y el trabajo colectivo. Prueba de ello fue la performance que el año pasado presentaron en la noche en blanco y que tuvo un éxito arrollador con un coste irrisorio en comparación con otros trabajos.

Partiendo de esa base de colectividad, uno de los murales más impresionantes que podemos encontrar en su casa es Konectin Pipol Net Art Wall. Se trata de uno de los paños de la gran sala de la casa formado por cientos de caras de todas aquellas personas que de alguna manera han ayudado o participado en todos sus trabajos. Impresionante.

Así es su casa. Abierta a todos y con mezclas magníficas. Con Vírgenes y Santos mezclados con perros de porcelana y farolas en los balcones. Un sitio único y un reducto de modernidad y arte real que se encuentra escondido. Quizá así mantenga la magia por más tiempo.

Es un lugar abierto y dependen de la gente pues son éstas las que dan vida al espacio. Ahora mismo está lleno. Me gustaría que fuerais y lo vierais. Es gratis aunque por aclamación popular han puesto una hucha para el que quiera pueda dar las gracias de esa manera.

Es otra Málaga. La valiosa, interesante y buena. La de la cultura tangible y verdadera.

No diré dónde está este lugar. Ya he dado pistas. Búscalos y encontrarás el sitio. Es increíble. Otro rollo. Magnífico. Y aquí. En nuestra tierra. Viva Málaga.

2 respuestas a «Villa Patata Factory: El piso franco de la cultura.»

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