Un poco de justicia poética con una mujer

14 Mar

La escultura de una mujer, que simboliza uno de los personajes del escritor Arturo Reyes, presa habitual de los vándalos, ha lucido durante unos días sin daños causados por vándalos y con un pañuelo morado.

Ayer dejábamos el monumento al cardenal Ángel Herrera Oria, en la nueva zona peatonalizada del Postigo de los Abades, necesitado de algún tipo de protector anti-palomas para evitar que siga siendo el blanco de todas las deyecciones de estos pájaros. (Deyección, por cierto, es una palabra demasiado estirada; popularmente, al menos en Málaga, se prefiere otra más corta y precisa:chiquetá).

Otra vida muy distinta es la que lleva el grupo escultórico al escritor malagueño Arturo Reyes. La proximidad de los árboles del Parque y el hecho de que esté esculpido en mármol o al menos en algún tipo de piedra blanca hace que si se producen estas evacuaciones aéreas no sean detectadas con facilidad.

Lo que sí se detecta a simple vista desde hace algunos años es un rito vandálico de paso de la adolescencia mental a la memez, protagonizado por mamíferos bípedos de edad y sexo desconocidos y una marcada querencia por el asno como símbolo de sus coces vitales.

Consiste este rito bobalicón en extraer y llevarse a casa la mano derecha de la mujer de cuerpo entero que completa el grupo escultórico de Arturo Reyes, que simboliza uno de los personajes femeninos de sus novelas.

Es un rito recogido varias veces en esta sección y que tiene un significado ignoto para el firmante, pero posiblemente también para sus autores aunque, sospecha un servidor, concentra toda la sabiduría secular de un tuit de Trump o de Torra cuando se les va la chaveta.

El caso es que se ha convertido en una tradición tan inquietante y cimentada, que al Ayuntamiento no le ha quedado más remedio que fabricar en serie manos de repuesto, que nada tienen que ver con el material original cincelado por el escultor, Adrián Risueño. Puede decirse que lo que estos asnos tribales se llevan a sus casas son simbólicas imitaciones chinas que dejan en muy mal lugar a ellos, los extractores.

El lado feliz de esta cíclica historia es que llevamos bastantes semanas sin que se haya repetido el rito. El personaje literario luce sus dos extremidades superiores y hasta la flor que sostiene con la mano, que suele tomar las de Villadiego.

Esto ha permitido que con motivo del pasado 8 de marzo, día internacional de la mitad de la población, que no es poco, alguien haya colgado un pañoleta morada al cuello de la obra y se haya reconvertido en una reivindicadora de la igualdad de derechos para mujeres y hombres.

A un servidor le recuerda este gesto reivindicativo a la colocación de una bufanda roja a la estatua que en Madrid tiene Valle-Inclán, con motivo del día internacional del Teatro.

Así, el grupo escultórico de Arturo Reyes se ha convertido durante unos días en un ejemplo de justicia poética. La escultura de la mujer malagueña, además de reclamar su lugar en el mundo, también hace un simbólico corte de mangas a toda clase de garrulos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.