Un cable de teleférico delante de la Catedral

20 Feb

Surca los cielos desde el Málaga Palacio a la calle La Bolsa un cable de muchos metros de longitud para ensalzar todavía más nuestra Catedral con patinetes. Confiemos en que sea un apaño temporal.

Desde hace lustros planea por Málaga un proyecto de funicular a Gibralfaro, con un impacto visual cien veces inferior al hotel del Puerto, ya que irá bajo tierra, monte arriba. Esto implica que un funicular subterráneo nada tiene que ver, como creen quienes confunden los términos, con un teleférico, que implica, como el de Sierra Nevada o el de Benalmádena, cables y cabinas aéreas y en el caso de Granada, esquiadores.

El funicular, cuyo último proyecto fue presentado el año pasado en la Academia Malagueña de Ciencias, partiría de las inmediaciones del túnel de la Alcazaba, y no será ninguna sorpresa si en las próximas elecciones municipales uno o varios partidos lo incluyen en sus programas.

Lo que desconocían muchos malagueños es que se estuviera construyendo un teleférico en una de las zonas más sensibles del Centro Histórico, delante de las mismas narices de la Catedral.

Esa es al menos la impresión que causa un espantoso, larguísimo e impresentable cable que surca los cielos de la calle Molina Lario. Un conocido arquitecto malagueño se puso en contacto con esta sección para dar la noticia del portento aéreo, que parte del Hotel Málaga Palacio, casi de su terraza y desciende en picado hasta llegar a una farola de la calle Bolsa para incorporarse a la maraña de cables que abraza un edificio del XIX.

Confiemos en que esta actuación tan chapucera, impropia del Centro Histórico de Málaga, sea algo temporal y que pronto deje de encabezar el ranking de apaños tercermundistas que siempre pagan las fachadas protegidas de nuestro casco antiguo.En este caso, con el agravante de tener como fondo la Catedral, que como saben lleva unas semanas sirviendo de aparcamiento de patinetes eléctricos, así que una faena estética más que no parece molestar a nuestro Consistorio.

En esto de las colgaduras y recolgaduras, si bien no llegamos al índice de cables que lucen las ciudades vietnamitas, los malagueños no estamos a la cabeza de la civilización. Esto se nota especialmente en los barrios, en muchos de los cuales la situación no parece haber cambiado mucho en los últimos 40 años.

Un ejemplo bastante sangrante lo tenemos en La Luz, en la Carretera de Cádiz. La asociación de vecinos ha denunciado la maraña de cables colocada en las fachadas, algunos de los cuales cuelgan como lianas porque hace años que perdieron la utilidad. En La Luz hay auténticas guirnaldas de cables entre muchos de los bloques y los vecinos están hartos de que cada año les coloquen nuevos para enriquecer colección.

En otros barrios como Girón o Sixto los colectivos vecinales también han mostrado en años pasados su hartazgo ante la cutre invasión de los cables. El teleférico de la calle Molina Lario supone batir marcas europeas de cutrerío. A ver si pronto hace mutis por el foro.

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