Un solar a tono con las fiestas navideñas

12 Dic

En la calle Jorge Juan, en La Trinidad, un solar celebra las próximas fiestas transformándose en el inicio de un prometedor túnel vegetal. No hay nada imposible para las plantas.

Ayer hablábamos del curioso ficus que se ha convertido en un ejemplar botánico único, ya que bien puede convertirse en el primer ejemplar de su especie que incorpore electrodos, pues desde 2014 se abre paseo en el hueco entre el muro de la plaza de la Aurora y una suerte de estación eléctrica de Sevillana.

Crucemos los dedos para que no siga el ejemplo bíblico de la zarza ardiendo y para que o bien Sevillana o bien el Ayuntamiento lo manden pronto a paseo para evitar sustos (y quebrantos).

En realidad, no deja de ser un aviso de cómo se comportaría la Naturaleza si la dejáramos a su aire. En breve se abriría paso por los recovecos de nuestras calles peatonales, cuartearía el asfalto y convertiría nuestra Catedral en un inmenso templo de Camboya en el que sería difícil averiguar dónde empieza la piedra del Renacimiento, la columna del Barroco y las ramas que las abrazan y sostienen.

Hace unos días pudimos ver, por cierto, cómo de un solar que se salió de madre en la calle de los Cristos unos arbustos habían conseguido ocultar de la vista la fuente dieciochescas de los Cristos, completamente desaparecida si uno trataba de avistarla desde la calle Ollerías. Por suerte, la denuncia surtió efecto y a los pocos días, como si de un truco de magia de Juan Tamariz se tratara, reapareció la fuente, tras la retirada de los arbustos.

Este fascinante proceso de recuperación de lo que es suyo también se puede apreciar estos días en una calle con nombre de científico e ingeniero naval español del XVIII, Jorge Juan, que aunque su correspondiente en Madrid es una de las calles más lujosas de la capital, la versión malagueña es una modesta vía de La Trinidad que parte de la calle Zamorano y desemboca en calle Mármoles sin asomo de tiendas de lujo.

En esta calle de casas mata hace tiempo que duerme el sueño administrativo de los justos un solarcito en el que la fauna ibérica, pero también la oriental, pronto convertirá el terreno en un bosquete. Es tal la profusión de ailantos que estos, una vez que tiran para arriba para tocar los cielos, impelidos por la ley de la gravedad han terminado agachando la cabeza y parecen fuegos artificiales envueltos en hojas.

Como en una calle como esta no falta una tupida red de cables de luz y teléfono afeando las fachadas y cruzando la calle -por muy Jorge Juan que se llame-, las plantas han enlazado ya con los cables y pronto formarán una sólida estructura en la que apoyarse y seguir aspirando a los cielos.

Así, pasito a pasito, en este olvidado rincón de La Trinidad se está gestando un primer asomo de túnel vegetal que recuerda los adornos de las calles en los años 60, cuando el barrio celebraba su feria por todo lo alto.

El caso es que, con la Navidad a las puertas, pronto estaremos de fiesta y este solar trinitario se ponen a tono con días tan entrañables.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.