Una columna, posible sustento de la diosa Luna

9 May

La solitaria columna que monta guardia junto al túnel de la Alcazaba, en los Jardines de Puerta Oscura, por sus dimensiones ¿pudo formar parte de un templo construido en la zona y dedicado a la diosa Luna?

El avance de la alopecia desde temprana edad hace casi imposible que el autor de estas líneas peine alguna vez canas, pero cuando tenía flequillo y era un imberbe se quedó extasiado con las historias del arqueólogo Antonio García Bellido, un historiador que parecía haber almorzado ayer mismo con miembros de cierta tribu prerromana, merendado con los fenicios y cenado con una representación recién llegada de Tartesos.

Su obra Veinticinco estampas de la España Antigua es un prodigio de divulgación, capaz de mantener con la boca cerrada durante 30 minutos a unos tertulianos de Sálvame, lo que dice mucho de sus virtudes terapéuticas.

Las lecciones de Historia Antigua del profesor García Bellido sobrevolaron la mente calenturienta del firmante durante la contemplación de la columna que monta guardia en el arranque de los Jardines de Puerta Oscura, una zona verde de la que hablamos ayer. Miles de conductores y pasajeros pueden verla a diario si entran al túnel de la Alcazaba en dirección a la plaza de la Merced.

El académico correspondiente de la Historia Manuel Olmedo fue el responsable de las obras del túnel de la Alcazaba, un sueño urbanístico imposible hecho realidad aunque inconcluso, a falta de presupuesto para insonorizarlo. Manuel Olmedo confirma a esta sección que la columna se encontró durante las obras del túnel, eso sí, en fascículos: se aprecian dos partes unidas, y una pequeña grieta en la base, que quizás correspondiese a la tercera parte en discordia, aunque un servidor no sea experto en grietas.

La columna, hecha de granito, es similar a las dos que montan guardia delante de la puerta principal de la Aduana, la asomada al Parque.

Por su altura y anchura, Manuel Olmedo calcula que la columna original debía de tener unos 8 metros de altura. Si a esos sumamos que el granito más próximo se encuentra en la Sierra de Córdoba, no parece que esta columna sostuviera ningún chalé de un potentado romano, ni siquiera el de la famosa villa de Gibralfaro.

Por este motivo, el académico malagueño sostiene que debería de formar parte de un templo, más que de un edificio civil. Y ahora viene una teoría que habría embelesado a García Bellido: A comienzos del siglo XX, en la zona al pie de Gibralfaro, la de la playa primitiva, durante los desmontes de las murallas de la Alcazaba se localizó una inscripción latina relativa a la diosa Luna, una divinidad pagana adoptada por Roma.

¿No es posible que esta solitaria columna formara parte de un templo consagrado a la diosa Luna al pie del Monte Gibralfaro, frente a la misma playa en la que, con bastante probabilidad, mucho antes desembarcaron nuestros amigos los fenicios? Eso es lo que Manuel Olmedo deja caer. Una teoría plausible y bonita que reviste de encanto una columna llena ahora de posibilidades.

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