Tupido velo ahora que vivimos tiempos de cine

19 Abr

El Ayuntamiento tapa parte del edificio de los cines Astoria y Victoria coincidiendo con la celebración del Festival de Cine, no vayan a confundirlo con el motel de Norman Bates.

Después de que la Diócesis de Málaga, en una de las decisiones más desgraciadas de toda su historia, decidiera autorizar la demolición de los restos de la iglesia de la Merced, en lugar de restaurarla, de las cenizas de tan simbólico templo surgió un edificio ramplón que siempre sentó como un tiro a la decimonónica plaza de la Merced.

Una expresión popular malaguita, que no se anda por las ramas de la ciencia eufemística, se refiere a «una chiquetá de mierda en una chaqueta blanca» a la hora de retratar actuaciones que desmejoran el estado de las cosas o de las personas. Pues eso.
A raíz de la construcción de este bloque -el edificio Pertika-la plaza de la Merced pareció oscurecerse y arrugarse, como si le hubieran caído de golpe dos siglos más.

No fue un hecho aislado: por ese tiempo la construcción del edificio de los cines Astoria y Victoria señaló otro hito en el urbanismo y en la arquitectura basura locales, cuya marca más significativa siempre ha sido levantar lo que fuera.. y que se fuera a tomar viento el entorno, el contexto en el que lo construido iba a permanecer las próximas décadas.

Como mal menor, hace años que el bloque Pertika trató de pasar lo más desapercibido posible y para ello fue maquillado con los colores de las vecinas Casas de Campos. Un ejercicio de camuflaje que, al menos, ha mitigado algo el impacto. Para algo es el bloque más próximo a la Casa Natal de Picasso y había que intentar dejarlo en un tercer plano.

Con la llegada del Festival de Cine Español (y en español) de Málaga, el Ayuntamiento ha tomado la sabia decisión de correr un tupido velo sobre buena parte de la fachada principal del edificio de los cines Victoria y Astoria, para que invitados, público del festival, turistas y visitantes no crean que la achacosa y olvidada construcción guarda relación con el siniestro motel de Norman Bates.

En lo que no ha acertado ha sido en el lema publicitario de la lona: Málaga ciudad que inspira, a city that inspires, con la foto de una adolescente sobre la que se han dibujado trazos que recuerdan a los picassianos.

Porque en ese preciso lugar, los cochambrosos restos de dos cines clausurados y unas viviendas vacías y con las persianas rotas solo puede inspirar conmiseración y repelús y por extensión, la ciudad donde se encuentran.

Cualquier otro dibujo o lema habría sido más acertado que el que puede verse como culminación de un paseo por las calles Alcazabilla o Granada. Así que mucho se teme un servidor que nuestros munícipes no han estado especialmente inspirados pues el lema mueve a coña marinera.

En cualquier caso, prepare nuestro Consistorio la lona más grande del mundo para tapar, aunque solo sea durante unos cinéfilos días de primavera, el hotel del Puerto, próximo pináculo del urbanismo malaguita más descerebrado.

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