De ‘Vacaciones en Roma’ y la fuente de Génova

16 Nov

La renacentista fuente de la Plaza de la Constitución, que va camino de su quinto centenario en pocas décadas, está siendo revisada por el Ayuntamiento tras la rehabilitación a fondo de septiembre del año pasado.

Hace algunos años, un garrulo del Real Madrid (y ojo, porque la condición de garrulo no la tiene en exclusiva ningún equipo ni colectivo en el mundo) trepó una noche por la Fuente de Génova como si fuera una cima de ocho mil metros, para colocarle la bufandita futbolera a la inocente águila que la remata.

El garrulo anónimo arriesgó el pescuezo para protagonizar una gesta infantiloide que, en cualquier caso, dejó en muy mal lugar a su equipo, que esa noche habría ganado lo que fuera, pero ninguna victoria justificaba la gamberrada. De resultas, la fuente, que va camino de los cinco siglos, sufrió unas fisuras.

Pero la agresión más garrula la padeció a comienzos del verano del año pasado, cuando fue apedreada por unos gamberros, que, quizás de forma inconsciente, quisieron imitar a esos antropoides que en el inicio de la película 2001. Odisea en el espacio, se ponían a golpear huesos como descosidos hasta dejarlos hechos puré.

Como resultado de esta segunda hazaña el último de los platos de la fuente quedó destrozado y, en septiembre de 2016, hubo que restaurarla a fondo con el dinero de todos, por la gracia de estos antropomorfos.

Por eso, es posible que muchos malagueños se sorprendan estos días al ver la fuente de nuevo ingresada en quirófano y rodeada de andamios en la plaza de la Constitución. No se trata de nada grave, antes al contrario, nos informa el Ayuntamiento de Málaga, se trata de una revisión y puesta a punto, un año largo después de la última restauración, precisamente para comprobar cómo ha funcionado a lo largo de este tiempo.

Y parece que el examen lo ha pasado con nota y sólo ha habido que retocar algunos morteros, que no tienen la dureza del mármol. Hay que recordar que la fuente restaurada, que fue instalada por primera vez en la plaza principal de la ciudad en 1551, en los últimos años del emperador Carlos V, ha estado funcionando con agua, y según la ley, las fuentes tienen que contar con un agua especial tratada con una serie de productos, lo que provoca el enrojecimiento del mármol y el que los caños de bronce de la fuente adquieran un tono un poco amoratado.

Así que se ha aprovechado para limpiarla y quitar esas manchas, ese barrillo que se forma y también los líquenes. De paso, se han eliminado los daños que provoca la influencia del cine, porque desde que la película Vacaciones en Roma se estrenó, toda fuente antigua que se precie se encuentra con la maldición de tener que recibir en su seno monedas de curso legal, convertidas en supuestos deseos. El resultado es que el mármol se mancha con las monedas. Con respecto al rito en sí, no está demostrada todavía la relación causa-efecto entre lanzar una moneda de espaldas a una fuente con agua y que te toque el Gordo o una persona atractiva, millonaria e inteligente de compañera de piso. Paciencia.

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