Brotes verdes crasos en mitad de Lagunillas

7 Jul

Los vecinos han transformado un solar que se encuentra en un lugar estratégico de Lagunillas en un bonito jardín de plantas crasas, con irónicas y festivas alusiones a la situación de la zona.

Hace como unos tres lustros el entorno de la calle Lagunillas, quizás porque recordaba al Somme o a una ciudad bombardeada durante alguna guerra, comenzó a forjarse en la desgracia y a tomar conciencia de barrio.

Hasta entonces había sido una parte más del barrio de la Victoria -y para muchos malagueños sigue siéndolo- pero las denuncias vecinales, los movimientos sociales por levantar esta decaída zona de Málaga, antigua calle comercial, fueron singularizando el entorno de la calle Lagunillas hasta otorgarle una personalidad propia.

En nuestros días, el aspecto de desolación absoluta ha bajado algunos enteros, gracias a la desaparición de unos pocos solares, la llegada de un pequeño parque (con más ladrillos que zona verde, pero cumple su cometido), la conversión en plaza (tirando por lo barato) del solar decrépito de la calle Esperanza y sobre todo, por el trabajo de los grafiteros, que ha maquillado fachadas decadentes y muros de solares y logrado metamorfosear los estragos de la crisis en una auténtica enciclopedia malaguita del arte urbano, con permiso del Soho.

En Lagunillas, por otra parte, continúan las iniciativas ciudadanas para recuperar espacios que tenían menos futuro que un demócrata en Venezuela. Es el caso del solar que ocupaba una casa de dos plantas y azotea, demolida hace dos o tres años, que se encontraba frente al veterano asador del pollos del barrio, en la confluencia de las calles Lagunillas y Vital Aza. El modesto edificio, que hacía de proa de la manzana de casas, pasó a mejor vida y en su lugar, el solar resultante quedó como aparcamiento y almacén al aire libre de bártulos.

Como ayer contaba este periódico, algunos solares de la zona están plagados de ratas y ratones, dos de los cuales (los solares, no los ratones) dan a la calle Pinillos, como de sobra conocen los sufridos inquilinos.

Pero como bien demuestran los vecinos, no todas las parcelas tienen que acabar como reserva natural de roedores. Por eso, el de Lagunillas con Vital Aza lo han transformado en un pequeño jardín de plantas crasas, las que soportan sequías por pertinaces que sean.

Además, la pared medianera ha sido reconvertida gracias al grafiti artístico en un precioso mural en el que puede leerse «Solar vecinal autogestionado» y arriba, «Victoria de quién», un juego de palabras que recuerda que Victoria Kent nació a pocos metros de este rincón; de hecho, una de las pintadas que puede admirarse es un montaje en el que el famoso gordo de las cervezas Victoria se ha transformado en Victoria Kent.

Por cierto que un cartel de la asociación de vecinos pide «menos airbnb y más oví ová» en el barrio, mientras un segundo asegura que «Lagunillas es de cine». Felicidades por este cachito del séptimo arte.

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