Cuando el peligro proviene de la sombra

24 Abr

Los vecinos del Camino de Colmenar piden al Ayuntamiento que pode los eucaliptos del barranco donde el domingo apareció muerto un hombre. El Consistorio señala que no son de su competencia.

El pasado Domingo de Resurrección conocíamos la aparición de un hombre muerto en un barranco, en el arranque del Camino de Colmenar, justo en el mismo tramo en el que, un mes antes, una mujer se despeñó y tuvo que ser rescatada por los bomberos.

El caso es que desde mediados de 2014, informan los vecinos, falta de su domicilio en esa parte del barranco un tramo de barandilla, retirado por el Ayuntamiento para repararlo, después de que lo deformara un accidente de coche.

A menos que la nueva barandilla tenga incrustaciones de nácar y algún tipo de repujado, no se comprende el cuajo administrativo que, como se ve, tiene serias consecuencias para la salud, aunque en el primer caso no esté clara la causa de la muerte.
Un portavoz municipal informó esta semana de que se repondrá la barandilla de forma urgente. Ya era hora.

Pero en este tramo del Camino de Colmenar, justo pasada la Venta Vázquez en dirección al pueblo, otro problema preocupa a los cerca de 30 vecinos que viven al fondo del barranco, muchos de ellos desde hace más de medio siglo.

Como recuerda Joaquín Fernández, un vecino de la zona, hace más de 60 años, los peones camineros plantaron unos eucaliptos para sostener el terraplén. Hoy los árboles lucen imponentes y los vecinos critican que el Ayuntamiento sólo se preocupe de podarlos «un par de veces en 20 años», cuenta Joaquín.

Y la verdad es que el estado de alguna de las ramas (combadas) es preocupante, porque, lo cierto es que la ley de la gravedad sigue a lo suyo, por eso Carmen, una de las vecinas afectadas, cuenta el caso de una mujer que fue a utilizar el váter y cuando se levantó, una rama cayó justo en la taza, con gran susto para la señora.

Luego está, como recuerda Pablo Jiménez, otro vecino, el riesgo de incendio por la hojarasca, al tiempo que Joaquín señala que la enfermedad de los eucaliptos, que están invadidos por una especie de hongos en las hojas, hace que estas sean «muy inflamables».

El Ayuntamiento de Málaga tiene una visión muy distinta del problema. El director de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, precisaba el pasado viernes que de los eucaliptos no es competente el Ayuntamiento, sino una entidad urbanística de conservación y, no obstante, el Consistorio los ha podado en dos ocasiones en los últimos cuatro años. «Lo que no se hace es que desmochar los eucaliptos, eso sería muy peligroso porque en ese momento empieza a echar ramas auxiliares que son las peligrosas», recalca.

Como se ve, un problema administrativo peliagudo, porque muchas entidades urbanísticas de conservación se caracterizan por su existencia sólo en el papel y por otro lado, tampoco aconseja el Ayuntamiento una poda a fondo.

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