Las dos caras de unos jardines ribereños

4 Abr

Junto al Guadalmedina, a pocos metros de la cofradía del Huerto, que saldrá el domingo, malvive una zona verde llena de despropósitos.

Como por cuestiones de agenda laboral esta crónica se escribe el viernes 31 por la mañana, todo pudiera ser que el paisaje después de la batalla que vamos a describir fuera ya un mal sueño, disipado gracias a los barrenderos de Limasa (por alguna extraña razón, de los medios de comunicación se está desterrando la clásica palabra barrendero por la más aséptica e imprecisa operario, una lástima).

El caso es que el pasado sábado esta crónica se detenía en el desayuno de las cotorras argentinas, que daban cuenta de los árboles limpiatubos de la explanada de Santo Domingo, al tiempo que regalaban al paseante, no así a los barrenderos, una alfombra de flores rojas.

Toda la carga poética de la escena, sin embargo, se esfuma ante un rincón abyecto con el que cualquiera puede toparse si continúa junto a la ribera del río.
Pero primero situémonos en el calendario porque el próximo domingo ya saben que es el Domingo de Ramos y el rincón que nos ocupa está el pie del puente de la Aurora, a pocos metros de la plaza de la Virgen de la Concepción, presidida por la casa hermandad del Huerto y al lado, la de la Estrella.

En concreto, nos encontramos en la calle dedicada al padre Jorge Lamothe, y hablamos de un jardincito que nunca será el de las delicias del Bosco, porque tiene  porquería para llenar un buque cisterna. Quizás porque parte de esta desdichada zona verde está ocupada por la escalera que comunica con el puente, se ha quedado en el limbo más absoluto, y la escalera, precisamente, hace de techo improvisado para entregarse al bebercio más absoluto.

En todo caso, seguramente sean legión los temibles agentes patógenos que pueden proliferar por estos andurriales, en donde encontramos botellas, latas, bolsas de basura con contenido sorpresa y, ustedes perdonen, cagarrutas de distintos tamaños.
No es la primera vez que este agujero negro de la limpieza aparece en esta sección, pero ahora que estamos en vísperas de la Semana Santa, con más razón.

Eso sí, contrasta el jardín infecto con una maravilla que se encuentra a un tiro de piedra de este, se trata de una de las operaciones paisajísticas más logradas de los últimos años. La paradoja es que el responsable es el mismo equipo de gobierno que quiere plantar un rascacielos en mitad de la bahía de Málaga y desgraciarnos un poco más la imagen de la ciudad (así de contradictorios son los políticos).

Hablamos de la ladera reverdecida junto a laexplanada de los limpiatubos, donde antes trabajaban los voluntarios de los Ángeles Malagueños de la Noche.

Esta ladera acaba en el falso túnel que transcurre junto al Guadalmedina. Después de años siendo una zarrapastrosa escombrera, hoy es una versión en miniatura de los jardines de Puerta Oscura. Bien podría nuestro Ayuntamiento repetir la gesta al pie del puente de la Aurora.

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