Baile de pretendientes para el Gobierno Militar

2 Feb

Por los 2.000 metros cuadrados de terreno de la abandonada Comandancia Militar en el Paseo de la Farola se han interesado las entidades y organismos
más variados.

El verano del año pasado, La Opinión informó de que el Ministerio de Defensa había puesto a la venta el edificio abandonado del Gobierno Militar, construido en los 50 y dejado a su suerte en los 90, algo que puede comprobar todo el que se dé una vuelta por el Paseo de la Farola.
Lo llamativo, pero también lo lógico, es la cantidad de novios que ha tenido un edificio con un emplazamiento tan envidiable, en ese desfile de edificios oficiales que es el paseo, que además ya no mira a un puerto comercial sino al Muelle Uno.
Por eso mismo, entre los pretendientes que el antiguo Gobierno Militar ha tenido, intentos ha habido de convertirlo en hotel y hasta en un casino, algo que, de momento ha quedado en agua de borrajas, cuentan a este cronista fuentes bien informadas.
Como muchos sabrán por este diario, la asociación de vecinos de La Malagueta también se interesó por el edificio, pues destaca que sería el sitio idóneo para un centro de salud, algo por lo que pelean desde hace ocho años.
Pero también le interesa al Colegio de Farmacéuticos, cuyos representantes lo han visto por dentro y quieren cambiar la obsoleta sede de la Alameda de Colón por el Paseo de la Farola, donde, desde los 90, se encuentra el Colegio de Abogados.
Sin embargo, no han sido los únicos interesados en el inmueble, pues también han mostrado interés por él la Guardia Civil y la Policía, así como la Diputación, con vistas a que fuera el Centro de Interpretación Bernardo de Gálvez, que finalmente irá en el Muelle Uno.
Como se ve, un baile de pretendientes porque el sitio y el edificio lo merecen, aunque quien finalmente se haga con él, deberá gastarse un perraje en adecentarlo y sobre todo, adaptarlo, pues conserva la disposición de las oficinas y hasta la vivienda del antiguo gobernador militar, aparte de las limitaciones por tratarse de un edificio con protección arquitectónica de segundo grado.
El caso es que, aunque en su momento parecía que los únicos interesados en comprar eran los farmacéuticos, al pasar el inmueble al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied), no habrá venta directa de la Comandancia Militar sino subasta pública.
El edificio, mientras tanto, se encuentra como para ocultarlo de la vista con un tupido velo, a no ser que el Festival de Cine en Español de Málaga quiera hermanarse con el de Sitges y así presentar películas de terror en un sitio tan apropiado.
Todavía vegetan en el jardín delantero una silla y una carcasa, vaya a usted a saber de dónde. La Naturaleza, de sobra lo saben, es sabia, por eso va a lo suyo. Lo pueden ver si examinan la retorcida verja del recinto. Se encuentra mucho más retorcida gracias a un ficus, cuyas ramas han abrazado la valla sin pincharse. Hace unos días hablamos de la fusión de Naturaleza e Historia en los templos camboyanos. No hay que irse tan lejos. Y está a la venta.

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