La fuente sobre la que se posó Godzilla

30 Abr

Hasta el siglo XIX las fuentes en su inmensa mayoría no eran ornamentales sino fuentes hechas para beber. Los chorros de colores con los que soñaban los parroquianos de Bienvenido Mr. Marshall llegarían mucho más tarde, aunque en Málaga hubo excepciones como la fuente de Génova que, si hablara, nos aclararía por fin qué hay de cierto en su pasado pirata, y en concreto, en su parentesco con el granuja de Barbarroja.

Una fuente que difícilmente pronunciará palabra ni aunque estuviera dotada para ello es la de la Alameda de Capuchinos, que durante la Semana Santa quedó para el arrastre y ayer al mediodía fue retirada por personal del Ayuntamiento.

Es una de las más antiguas de la ciudad y le debe su existencia al Acueducto de San Telmo. En 1790, repartía sus encantos en la plaza de la Victoria hasta que en 1878 el Ayuntamiento la trasladó a su emplazamiento actual, la Alameda de Capuchinos, en su intersección con las de Barceló y el Patrocinio.

Fuentes municipales (nunca mejor dicho) no tienen muy claro qué ha podido pasarle a este veterano mobiliario urbano, pues da la impresión de que Godzilla lo ha confundido con una silla de anea y se ha sentado encima, convirtiéndolo en un puzzle de mármol.

El pasado sábado al mediodía, técnicos municipales retiraban con una grúa las partes dañadas y las trasladaban al taller de la Alcazaba. El pronóstico es grave.

¿Qué ha podido pasar? El destrozo no parece producto del choque de ningún coche, pues lo que se ha partido ha sido la parte superior. Fuentes municipales barajan que, durante la Semana Santa, algún semanasantero ha podido subirse y las cosas, incluido el semanasantero, cayeron por su propio peso, aunque el caso es que por ahí no pasan cofradías.

Pero tampoco se descarta que esta fuente se cayera sola, es decir, por el desgaste de los materiales y es que no puede decirse que el mármol del que está hecha sea de primera, más bien es de regional preferente. Se trata de un mármol rojo nada compacto y muy proclive a que le salgan grietas.

No ha sido la primera vez que esta fuente ha sido intervenida cual caja de ahorros (o comunidad autónoma). Técnicos del patrimonio municipal le han inyectado alguna vez resina, una suerte de tratamiento antiedad para frenar el avance de las grietas y además, rehicieron con resina algunas de las cabezas de león por las que salía el agua.

No sería de extrañar que en una superficie horizontal como la de la parte superior de la fuente, la insistencia del sol de Málaga haya acabado por derrumbar esta obra de la Ilustración, cuyos pedazos se encontraban debajo, en el vaso.

¿Podrá recomponerse la fuente de nuevo y volver a su sitio? Parece que no. Está tan dañada que lo más probable es que la parte superior sea sustituida por una copia en resina.

La duda es si la factura la debe pagar un vándalo, un cofrade o si hay que contactar con los herederos de la cantera de mármol de la que salió esta obra, de dudosa calidad, hace más de 210 años. Tarde es ya para reclamaciones.

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