El Mar de la Tranquilidad y el nuevo Parque del Norte

24 Jun

El parto de los Montes, el parto de la burra…algo tienen las zonas verdes planteadas sobre antiguos cauces de arroyos para retrasarse más que el que se perdió en la isla. Si le parece una exageración, vea el caso del parque lineal de Campanillas, que ha tardado más en hacerse que en formarse el arroyo sobre el que se construyó.

Con la ampliación del Parque del Norte existía la misma sensación. Algún verano el firmante se había pasado por la zona con la sensación de estar en algún escenario apocalíptico, un auténtico Amazonas reseco, un mar tempestuoso…de cardos. Pero finalmente, la Junta y el Ayuntamiento, en un gesto sin precedentes, dejaron de tirarse los trastos a la cabeza y la segunda parte del Parque del Norte se hizo realidad.

Sin ir más lejos, el pasado martes nuestro alcalde puso la primera piedra de un parque dedicado al skateboard, que en Málaga se escribe en español y se pronuncia monopatín.

Pero antes de llegar a este escenario tomado por las excavadoras, cinco bancales de hierba cuidada hacen olvidar la «manta» de cardos del pasado.

Lástima que al subir a la cima uno se encuentre como en la superficie lunar, frente a un suelo de arenilla blanca, jalonado por cacas perrunas.

Durante cien metros esto parece el Mar de la Tranquilidad, allá en nuestro satélite, sin un árbol que llevarse a la cabeza. Sólo a medio trayecto aparecen las primeras corisias, auténtico símbolo de armonía entre las instituciones. En todo caso, para evitar tanta caca es mucho más recomendable seguir un sendero amarillo que avanza por el parque. Como en el Mago de Oz.

Pero donde realmente se nota la armonía institucional es cuando dejamos atrás esta zona lunar de transición y oteamos los alrededores del futuro skate park, con perdón por el «palabro». Ahí sí que proliferan los árboles, las rosaledas y una zona de juegos infantiles que es una Disneylandia en miniatura.

El cuento ha cambiado bastante y si todo marcha bien, comeremos perdices en breve.

Análisis con osos

Por cierto que en el mismo Parque del Norte, en la pared trasera del campo de fútbol, hay una pintada que merece un análisis sociológico:?aparece una especie de oso amoroso armado con una sierra eléctrica, los ojos inyectados en sangre y una especie de baba sanguinolenta que también se le escapa de sus fauces, cosidas además por alguna osa mañosa. Donde se ponga el Pato Donald…

Poesía callejera

Contrastes entre el nombre de una calle y el estado en que se encuentra siempre hay, pero pocas veces existe una diferencia tan marcada como la calle dedicada al poeta León Felipe, junto a Martínez de la Rosa.

La calle León Felipe es un callejón sin salida de suelo de hormigón resquebrajado y «purulento», con un mural sucio al fondo en el que aparecen perfilados con spray rojo varios órganos sexuales masculinos.

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