Tras la Plaza de la Merced

16 Sep

estoSegún declaraciones de José Asenjo a La Opinión, en breve se empezará a actuar para que la Plaza de la Merced y los alrededores del Museo Picasso muestren un aspecto como de ciudad civilizada en términos redundantes quizás para San Sebastián. En Málaga estas distinciones tienen su importancia y su consistencia materializada en un paisaje de aceras que conducen desde un siglo XXI más o menos acorde con otras ciudades, a un siglo XIX chabolero de tango. Nunca comprenderá este ciudadano por qué no se ha rehabilitado el Centro y sus aledaños durante la explosión constructiva de la última década. Misterio que se resuelve con base en la desidia, torpeza u oscuros intereses que cruzaron por los pasillos consistoriales como fantasmas disuasorios de una necesidad pedida a voces desde cualquier foro malagueño, menos desde donde correspondiera por lo visto. Ahora, cuando la ausencia de presupuestos fastuosos ahoga las ideas y lastra iniciativas, se habla del Centro. Málaga vive del turismo mal que nos pese y a los europeos nórdicos que aquí vierten sus euros no agradan las visiones de ruindades y miserias. Erigiremos el decorado igual que en aquella ´Bienvenido Mister Marshall´, con la esperanza ensoñadora de futuros hoteles, restaurantes y comercios que supongan puestos de trabajo y unos ingresos que la industria no puede compensar. Esto es lo que hay. Cabe que los alrededores de la Plaza de la Merced donde nació Picasso y desde su infancia vivió el olvidado Alejandro Sawa, luzca oropeles como auténtica plaza mayor de Málaga. Puede que los callejones que corretean entre Tomás de Cózar y Beatas, además de las obras eternas de Calle Granada se humanicen algún día como satélites del Museo. Temo que quienes habitan tras los decorados corran otra suerte, por ejemplo, en Lagunillas y colindantes, con pocos intereses turísticos a su favor.Tras el Cervantes, tras la casa natal de Picasso -repito que también de Sawa niño-, escombreras, inmuebles abandonados y basura, obsequian al paseante un portal con resabios de tercer mundo hacia la zona de la Victoria y Cristo de la Epidemia. Orina de gato, kilos de excrementos de perro, coches que obstruyen las aceras, coches al óxido ofrendados, un almacén viejo habilitado como vivienda desde el que se exhala la música y las estampas de un costumbrismo malagueño más allá del necesario, escaleras empedradas para escenas cinematográficas del Piyayo, aparcamientos en descampados, barrizales cuando las lluvias, parques de esparcimiento para las ratas. El Ayuntamiento construyó viviendas sociales, asfaltó algunos callejones e incluso arregló un par de aceras. Olvidó la convivencia, la vigilancia de los desmanes y entregó las esquinas a su suerte con mala rima en muerte. La desgracia de habitar una espacio tras la tramoya y el escenario en que se convertirá el Centro, con actores y sin vecinos.

Una respuesta a «Tras la Plaza de la Merced»

  1. Cuánta razón tiene usted!!!!¿Por qué no inauguramos un espacio con fotografías de estos rincones de la ciudad que aspira a convertirse en capital cultural a base de crear museos de la nada sin vinculación alguna con esta ciudad?
    Saludos

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