34 museos

24 Jul

museoEsta Málaga que bien entrado el siglo XX aún cantaban como la de las cien tabernas y una sola librería (la de Francisco de Moya) se va a convertir en la de los treinta y cuatro museos y, si la memoria no me engaña, la de dos de aquellas tabernas antiguas, una frente a La Opinión, por cierto. Vinos, coches, minerales, transportes, costumbres, cofradías, pinacotecas y arqueología, entre otras ramas del saber, jalonarán una serie de puntos que van a trazar rutas sobre callejeros y agendas; también supondrán innegables beneficios para el autóctono. Una buena parte de esta ciudad se convertirá en un casi parque temático con viviendas, ajetreado por el afán cotidiano de sus habitantes. Existen muchas localidades así. Ronda sin tener que irnos demasiado lejos. Las calles de aquel precioso y muy cuidado enclave junto al Tajo y la serranía graban en la retina del paseante un cierto efluvio de artificio, decorado trampantojo que sugiere cientos de estampas para el objetivo fotográfico de presurosos extranjeros que, de exposición en exposición y esquina tras esquina, harán acopio de impresiones con las que luego divertir o martirizar a amigos y familiares cuando el regreso a casa. Málaga ha sufrido varias metamorfosis tras la busca de una marca refulgente en las sendas turísticas internacionales. Playas, hoteles, restaurantes y estación de cruceros han erigido unos cimientos para un sector de servicios que continúa como sólido estandarte de las finanzas malagueñas. Ahora las autoridades municipales pretenden una especialización como villa cultural mediante una oferta amplia de museos que nos distingan con un algo más que planee sobre el sol, la feria y las olas.
Varias ausencias de planificaciones se observan en todas estas estrategias. Por ejemplo, que al unísono con la inauguración del Picasso no se cortara la cinta para el de Bellas Artes, quizás, en San Agustín. Entre ambos, uno junto al otro, los visitantes hubieran apreciado la obra de nuestra magnífica escuela malagueña del siglo XIX, a Picasso y a los muchos y buenos artistas que entre nosotros hoy crean y que, en cierta manera, eclipsa una oferta expositiva demasiado escorada hacia la picassomanía, negocio jugoso con posibles consecuencias indeseables en el futuro. Tampoco se comprende la última década perdida para que el Centro histórico y sus proximidades quedasen libres de escombreras. Se podrían reconvertir como museos de la desidia urbana o incluso de los bombardeos; los escenarios ya existen y saldría barata su vigilancia y mantenimiento. Sobre la memoria del viaje se impregna la sensación de estar en un lugar y no en otro. Perdidas aquellas tabernas tan nuestras donde de niños disfrutamos camarones y gaseosas, brotarán ahora decenas de galerías. Esperemos que cuando el turista salga por sus puertas recuerde el nombre del lugar donde anduvo.

Una respuesta a «34 museos»

  1. Falta el museo al chusma o merdellón malagueño (fotografías, multimedias dialectológicos, cortos, retratos al óleo…) Y también al río Guadalmedina (instalaciones de escombros, latas y ladrillos rotos, crecidas en 3d)…
    Saludos

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