Tengo un paralís

31 May

Leyendo los periódicos de la semana pasada, pudiera parecer que Málaga avanza retrocediendo a paso firme, al ritmo que le impone un equipo de gobierno que empieza a reconocerse exhausto, supongo que en su intento de alcanzar a Francisco de la Torre en su huida hacia adelante. ¿Hacia adelante? Creo que ya nadie, ni siquiera en su partido -si no menos-, se atrevería a asegurar hacia dónde se dirige exactamente este hombre-rayo que nos gestiona el interés general como Gollum su tesoro. Ni, lo peor, cómo se le podría sujetar para que se tranquilizase un ratito y nos calmase las prisas a todos.

Desde que entró en esa corriente de resaca que paraliza la ciudad, sus brazadas permanecen constantes, menudo es D. Francisco cuando se empecina en algo, y sigue sin dar muestras de flaqueza, pero cuando se observa que a pesar de semejante esfuerzo no consigue avanzar y que tampoco ha reparado en la señal que le indicaba el callejón sin salida en el que se incrustaría en caso de superar la marea, sólo cabe que nos echemos las manos a la cabeza, maldigamos, o recemos lo que nos quede, para que ni se ahogue, ni nos hunda a su rebufo. En 10.000 años, todos atlantes.

Ahí está lo del Astoria. Para qué insistir en el tema. Sólo son 20 millones tirados y otros 45 que supuestamente iban a invertir empresas privadas en el agujero. Y se lava las manos, como si con él no fuese la cosa, ni por parlanchín. Ahí va, ¡corriendo a otro fuego! Primero lo prende y después lo (a)pagamos. Peor lo tienen los ediles que lo siguen, últimamente aflojándose las corbatas del instinto con el pañuelito de seda en la frente, aliviándose un respiro ante sus malos síntomas cardíacos. Siempre en urgencias. Sin ir más lejos, el otro día, en el Pleno, se perdió una votación porque seis ediles salieron a mirarse su lengua fuera en el pasillo. Cuatro del PP y dos de Ciudadanos. Iban a decidir con 16 votos a favor contra 15, que se daba carpetazo al asunto del Museíto de las Gemas. Sin su voto, en cambio, se llevarán las conclusiones de la comisión de investigación al juzgado. ¿Ven lo que les decía? El Astoria, El Museo de las Gemas, lo mismo siempre. Ahí va, nadando a contracorriente mi alcalde. Este quiere dejar un legado en la historia de la ciudad antes de retirarse. Y a poco que le dejen… Que alguien me persigne.

Pues esta semana además, el día de la marmota nos ha traido los terrenos del parque rascacielado de repsol. En serio, otra vez se han removido solos en su tumba. Que si edificios, que si votamos, que si parque… Nada. Un solar contaminado, como fue y será, mientras este flautista de Hamelin, Forrest Gump de la cultura de franquicias, piense lo que considere mejor para nosotros y se ponga a deshacerlo. ¿Se acuerdan del Polo Digital de los ascensores del PSOE? Dos millones y medio, ¿tirados? Ahora el PSOE pide cuentas. ¿Se acuerdan de la compra de las cámaras de Onda Azul que nunca llegaron? Se solucionó con un cabeza de turco despedido al que el juez ha eximido de todo pecado y ahora tiene que ser readmitido o indemnizado. Nada se arregla, nada se cura, nada funciona.

Esta semana ha tocado también el Metro al Hospital Civil. ¿Cuántas veces nos habremos subido en alguna de sus paradas en falso? Pues ahora, que sí, y De la Torre mirando a Torrijos, con una revolución ciudadana que él mismo se inventó, con la que no sabrá que hacer de aquí a dos carreras y dos concursos de ideas nuevas.

Y lo que más me aterroriza: ahora quiere solucionar el tema de Limasa en un mes. Sin el informe que pidió a su propio edil. Prefiere municipalizarla, contra la opinión del PP malagueño. Él mismo, por su cuenta y riesgo interpreta que no le afectarán las dos disposiciones adicionales que plantea el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para limitar las operaciones de municipalización de servicios públicos. Y el deshará, aquí también, lo que crea conveniente, hasta llegar, otra vez, a ningún sitio.

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