Fichajes

22 Jun

El verano está aquí y yo comulgo. Para mí esta época se identifica más con leer la prensa deportiva que con ir a la playa, de ahí mi decoloración. Es tiempo de fichajes y de sondear el mercado. Cuando la crisis aprieta, mejor a través de las ediciones digitales, claro está. Me ahorro el doble pues solía comprar un tapadiarios deportivo para disimular mi afición en la calle. Siempre podías encontrarte con alguien sospechosamente culto y aparentar ser otro y tener otros gustos, arraiga categoría en el mundillo cool de esta ciudad. Una revista de arte bien colocada sobre la noticia del último megacrack que va a fichar por tu equipo, te puede devolver credibilidad si le das el cambiazo a tiempo y a mí, más de una vez, me ha servido para transfigurarme. Pero ya no puede ser. No me da para pagar revistas de camuflaje. Estoy tras la invención de nuevas estratagemas y aprendiendo a amar la virtualidad de la prensa en casa. Peor desinformarme.

Pero aparte, este periodo estival no es distinto a otros en casi ningún aspecto. Una salvedad, y dando la razón, sin que sirva de precedente, a nuestro alcalde, en algo, nos acercamos un poquito a Barcelona: en el dineral que pueda llegar a gastarse el Málaga en las nuevas incorporaciones al equipo. El catarí no es un príncipe, es un rey mago. Qué rico y qué bueno indisolublemente. Yo creo que Don Francisco, a poco que se empeñara, conseguiría de él que se hiciera cargo de las nóminas de todos los altos cargos y puestos de confianza transparentes de nuestro Ayuntamiento. Cinco o seis millones y se le acaba el discurso de verano. Ya no se haría líos sobre cuántos son y en cuántos los deja, ni en cuánto reduce sus sueldos, ni tendría que inventarse extras de productividad y se podría ir a echar unas brazadas tranquilo a la playa de la malagueta hasta septiembre. Nos quedamos con Juan Gámez en el lateral derecho y, de suplente, algún alto cargo que no pueda colocar y que no le deja dormir por solidaridad fiel a tan buena persona, ¿para qué Azpilicueta?

Sí, este verano, además de los fichajes futboleros y las inconmensurables sumas que se manejan, que no me atrevo a criticar, están de moda los fichajes del alcalde y sus sueldos, que sí puedo, por el buen talante democrático de nuestras instituciones locales. Desde que hace un mes Don Francisco y su equipo apalizara en las elecciones a sus contrincantes, de lo único que se habla es de a quién colocará en cada sitio y cuánto les pagará. Es casi obsesivo y tan transparente, que a muchos, ni se les ve, y por eso no entran en sus cuentas. Si había setenta o sesenta y ocho altos cargos en abril, no lo sabe nadie. Sinceramente, creo que tampoco el alcalde. Y que se van a quedar en cincuenta y siete es un rumor afirmado y titulado en todos los medios de comunicación pero que no se puede contrastar por falta de personal o ganas. Ahora dice que rebajará el sueldo de alguno, entre un 40 y 50%, en algún momento. Y del resto, entre un 2 y un 5%, tampoco sabe cuándo. Y tampoco importa mucho, o eso parece, porque la anunciación constante debe de ser un acto de fe por parte de quien lo escucha y la sensación es la misma que si ya hubiese metido la tijera, sin haber dado un solo paso en la cruzada austera. Aunque, con transparencia, sin duda, casi invisiblemente, diría yo. Lo último, lo del Tribunal de Cuentas, que nos tiene manía –o no- y que apunta a largo culebrón de sobremesa.

Yo seguiré pegado al ordenador, atento al revival. Los exediles vuelven a casa con cargo de director, los futbolistas a pique del retiro, acaban su carrera en nuestras costas y la semana que viene ganamos el europeo sub 21.

Disfrute del verano.

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