De lo mío a lo nuestro

31 Mar

Me preocupa en el funcionamiento de las instituciones educativas el dominio de una visión individualista que potencia el trabajo y el éxito particular frente al interés colectivo y la visión colegiada. Me inquieta el aislamiento en la actitud y en la acción. Porque creo que la actividad educativa verdadera es fruto de un proyecto de equipo. No hay equipo sin individuos, pero puede haber individuos sin equipo.

La organización potencia, a veces, una visión rabiosamente individualista frente al dominio de lo colegiado. Se escucha muchas veces el “mi” frente al “nuestro”. “Mi clase”, “mi horario”, “mi tutoría”, “mi asignatura”, “mis libros”, “mis alumnos”, “mi despacho”, “mis objetivos”, “mis problemas”… No tantas veces se oye “nuestro proyecto”, “nuestros alumnos”, “nuestros objetivos”, “nuestros libros”, “nuestro éxito”, “nuestros problemas”, “nuestras asignaturas”…

La concepción individualista tiene que ver, al margen de actitudes personales, con la configuración de las plantillas de los centros. Plantillas que se forman por aluvión, no por la naturaleza y características del proyecto. Plantillas que se configuran por azar o por intereses pero no por el contexto de la institución o las características del alumnado.

El individualismo tiene repercusión psicológica. Hay profesores que se sienten muy solos, que están muy solos. Pienso en los que tienen dificultades con la disciplina. Acabo de conocer el caso de una profesora española que se desplazó con la familia a Dallas y ha tenido que volver (con marido e hijos) porque las clases resultaban para ella un infierno. Yo me preguntaba al escucharla en la actitud de la dirección y la de los colegas. ¿Cómo es posible que la hayan dejado sola ante el peligro?¿Cómo es posible que la hayan dejado caer al abismo de la desesperación y al océano de las lágrimas?

Hago con mis alumnos un ejercicio (lo recojo en mi libro “Ideas en acción”) con el que pretendo avivar la reflexión sobre dos cuestiones fundamentales en la dinámica institucional de los centros educativos: compartir los fines y desarrollar actitudes cooperativas.

Realizan el ejercicio cinco voluntarios o voluntarias. A esos cinco les suelo decir estas cuatro cosas :

– Gracias por haberos brindado a realizar la experiencia. Si nadie lo hubiera hecho no podríamos llevar a cabo el ejercico.
– Enhorabuena por haberos arriesgado, por haber decidido hacer algo desconocido. Por haber asumido un riesgo. Hay quien alaba la bondad de la participación pero, cuando llega el momento de participar, espera que otros asuman la responsabilidad.

– Vosotros vais a recordar mejor que los demás esta actividad, porque lo vais a hacer. Los demás la van a ver hacer. Y a quienes se lo contéis lo recodarán mucho peor que todos quienes estáis aquí. Porque solo lo van a oír.

– Yo podría estar explicando la importancia de la colegialidad sentado en la mesa, con voz monótona y abundante aparato bibliográfico. Se produciría probablemente desmotivación y rechazo Pero ahora todos los que rodean esta mesa están interesados e intrigados por lo que va a suceder.

Les entrego a cada uno tres piezas de un puzle y les doy las siguientes instrucciones: “Tenéis que formar cinco cuadrados iguales, cada uno de tres piezas. Para hacer la tarea debéis tener en cuenta estas dos indicaciones: hay que trabajar en silencio y cado uno debe entregar a cualquiera de los otros cuatro una pieza que tiene y que ellos necesitan para formar su cuadrado. No se puede quitar piezas a los demás. Hay que ayudar a los otros y hay que dejarse ayudar”.

No se trata de hacer lo que habitualmente se plantea en la sociedad: cada uno tiene que hacer un cuadrado de tres piezas. Gana el que acabe primero y para conseguirlo vale todo. El que es más fuerte retuerce el brazo a otro y le quita las piezas que necesita, el que es hábil le hace mirar a un compañero para otra parte y así poder apropiarse de sus piezas… En el ejercicio se pretende mostrar otra forma de actuación. Se propone que cada uno aporte lo suyo para que todos consigan lo que se pretende. Hay un fin compartido y para conseguirlo se necesitan actitudes cooperativas.

El ejercicio pretende subrayar la importancia de del proyecto compartido, de la colegialidad como estilo y como meta. No vale el “cada uno a lo suyo”, el “sálvese quien pueda” y el “al que a Dios se la da, San Pedro se la bendice”. Aquí se pretende potenciar otros lemas: “cada uno para todos”, “si nos ayudamos, todos salimos ganando”, “juntos lo podemos conseguir”…

El ejercicio está muy bien diseñado. Hay soluciones individuales (cuadrados de tres piezas del tamaño exigido) que bloquean el éxito colectivo. Es decir que uno que forme su cuadrado con tres piezas está impidiendo que todos consigan el fin propuesto de tener cinco cuadrados del mismo tamaño, compuestos cada uno por tres piezas. Si no se desmonta esa formación, el ejercicio no puede tener éxito.

Cuando consiguen formar los cinco cuadrados de tres piezas sobre la mesa el ejercicio termina. A veces, sucede que cuatro han finalizado la formación de su cuadrado pero la quinta persona tiene sus tres piezas delante pero no sabe armarlas. Ante la situación pueden darse actitudes positivas o negativas:

Actitud negativa: “Ya sabíamos que si dependía de ti, lo ibas a estropear todo”.
Actitud positiva: “Tranquilo, que, como depende de ti, lo vas a conseguir”.

Si otro lo hace por ella se sentiría inútil. Esperarla es una actitud reconfortante ya que siempre consigue, aunque necesite tiempo y los otros paciencia, encontrar la solución.

Resulta importante esa actitud colaborativa. ¿Qué necesitan los demás para que todos acabemos ganando? Considero que no es positivo el planeamiento contrario: ¿qué puedo conseguir de los demás en mi beneficio?

A propósito de esa cuestión quiero contar una anécdota fidedigna de un monasterio trapense. Los monjes tenían una norma por la cual nadie podía pedir algo para sí mismo en el refectorio. Los compañeros tenían que estar pendientes de las necesidades de los demás y pedir para ellos lo que necesitasen. Nadie podía decir, por ejemplo: “me falta un cuchillo”. Tenía que verlo el compañero y pedir para él un cuchillo.

Una mañana se sientan los monjes para desayunar. Tienen servido el café con leche. Uno de ellos se da cuenta, con no menor asco que asombro, de que tiene ahogado en el tazón un ratoncilllo. Como no puede pedir que le cambien su ración y los dos compañeros no ven dentro de la taza, piensa que se va a quedar sin desayuno. Pero, como el hambre aguza el ingenio, descubre la forma de desayunar sin faltar a la regla. Llama al que sirve en el comedor y le dice:

– Por favor, hermano, a estos dos compañeros no les han servido ratón esta mañana.

En la práctica suele imperar un discurso y una práctica de corte individualista. ¿Cómo potenciar el discurso, la actitud y la práctica colegiada? Esta es la cuestión.

Una parte depende de cada persona, de su modo de concebir la práctica educativa. Pero hay otra que depende de la normativa y de la organización institucional. Las decisiones compartidas, la acción colaborativa, los tiempos y los espacios abiertos, la evaluación colegiada, hacen posible concebir fines compartidos y desarrollar acciones encaminadas al logro de los mismos. Las dos dimensiones son necesarias. Sin una de ellas prevalecerá la visión y la acción individualista. Es necesario pasar de lo mío a lo nuestro. En bien del alumnado. Y del nuestro.

20 respuestas a «De lo mío a lo nuestro»

  1. Muchas gracias Maestro. Siempre es bueno y necesario recordar que el trabajo en equipo (y más aún en la educación) es mucho mejor que esfuerzos aislados. A veces olvidamos que todos queremos hacia el mismo punto y creemos que vemos diferente ese lugar de convergencia: el aprendizaje y desarrollo de las potencialidades.

    • Querido Marco:
      Creo que sí, que es muy lógico y muy necesario. Cuando en una barca unos remas en un sentido y otros en el sentido contrario, la barca no puede avanzar.
      Parece mentira que, en la práctica, olvidemos un principio tan esencial.Favorece ese olvido la cultura individualista en la que vivimos, la estructura organizativa y algunas actitudes que llevan al individualismo.
      Gracias por leerme y por participar con tu estupendo comentario.
      Un abrazo.
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  2. ¡Qué cosas más raras hace el blog esta semana! Ahora resulta que Javier Lerena también colabora para que te leamos dos veces. El texto, tus opiniones bien lo merecen. ¡Y ya desde ayer!

    Por una vez (es broma), no puedo estar más de acuerdo con todo lo que cuentas. Bien sabes que te devoro, y eso hace que me resultes muy familiar. Pierdo la sorpresa o la emoción de la primera vez, pero gano en una mayor comprensión, en un mejor conocimiento de lo que eres y de lo que significas (para mí, y a la medida de mi persona, llego hasta dode llego).

    El tema de esta semana me hace recordar y conectarlo con el de la anterior, y también al que acabas de dedicar al último libro de Mariano Fernández Enguita.

    MÁS ESCUELA.
    Más colegialidad.
    Más negociación ( diálogo, comprensión, escucha, acuerdo).
    Más permeabilidad.
    MÁS DEMOCRACIA ( participación verdadera).
    Más convivencia. Más para todos y todas, porque, querámoslo o no, estamos en el mismo carro, el único que tenemos.

    MÁS BONDAD Y PREPARACION. SI NOS VA BIEN, Y SOY DE LA PARTIDA, ME VA BIEN.

    • Querido José Antonio:
      Te explico el problema que surgió y que acabo de solucionar.El sábado no hay prensa, como sabes. (Dos días al año no hay periódicos: el Sábado Santo y el día de Navidad). Como publico el sábado, le pedí al Director que me publicase el viernes para no perder la semana. Javier Lerena es el encargado de blogs y, cuando vio que no estaba colgado el artículo, lo colgó él. Pero yo ya lo había dejado PROGRAMADO para el sábado a las dos de la mañana. Y yo no podía eliminar el de Javier (hasta hoy)… Bueno, que ya está todo normalizado.
      Este es un tema recurrente. Hay que insistir más en él, creo yo. Nos vendría bien a todos. Los alumnos, pro supuesto, pero también a los profesores y profesoras. No solo en el ámbito académico. También en el personal.
      Un abrazo y muchas gracias.
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  3. Querido Miguel Ángel, que paradójico es que el individualismo anide en lo educativo cuando no existe educación sin la presencia del otro y de los otros.
    Abrazo grande desde Montevideo.

    • Querido Ariel:
      Qué alegría verte por estos pagos.
      Un comentario breve y contundente el tuyo. En efecto, el individualismo es intrínsecamente contrario a la esencia de lo educativo.
      No es que estratégicamente sea nefasto, es que es contradictorio con lo nuclear.
      Un abrazo y muchas gracias por leer y por escribir.
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  4. Aquí llego bien… Ya ves lo subjetivo del tiempo. Hago dos cosas casi a la par y en una llego tarde y sin embargo en la otra pronto….

    Cuando se habla del trabajo en equipo o colegiado hay que distinguir entre la cooperación y la colaboración que, aunque parezcan términos sinónimos, no lo son y sus implicaciones educativas y formativas son bastantes diferentes. Sobre actividades cooperativas tengo amigos en el ámbito de la Educación Física que son autenticos expertos y que pueden ilustrar muy bien alr esto de docnetes de otras árteas. Recomiendo los trabajos de Carlos Velázquez Collado, Angel Pérez Pueyo, Javier Fernández Río,… que desde el grupo actitudes están fomentado la innovación educativa.

    Miguel Ángel, en el trabajo de los triángulos, estarías fomentando el trabajo colaborativo, pero precisamente porque no existen algunos de los elementos clave del aprendizaje cooperativo, como puede ser la interdependencia positiva, por ejemplo. ¿por qué esperar a que el que tiene dificultades logre llegar a la solución? ¿Y si no llega? ¿Por qué no puede ser ayudado por los otros? ¿Por qué no se pueden llegar a soluciones compartidas?

    Si en el ámbito de la institución educativa el trabajo cooperativo entre los docentes es complicado llevarlo a la práctica ¿cómo queremos inculcárselo al alumnado?

    Es importante el esfuerzo individual del alumnado, generalmente dedicamos mucho tiempo a ello, pero también lo es trabajo cooperativo y colaborativo, entendidos en su verdadera acepción, para eso debemos aprender desde la formación contínua y desde la práctica docente con nuestros colegas y con nuestro alumnado.

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      En el ejercicio que comento las piezas no son solo triángulos. Hay figuras muy diversas.Es lo de menos.
      Tienes razón. El ejercicio, como toda práctica artificial, no reproduce la realidad de forma plena y perfecta. Pretende hacer ver algo, no permite verlo TODO.
      La finalidad no es el experimento en sì, sino la oportunidad de generar reflexión y diálogo sobre la realidad.
      Tienes razón: el trabajo cooperativo de los profesores es un ejemplo imprescindible para que lo pueda llevar a la práctica los alumnos y las alumnas.
      Apunto esos nombres de tus colegas que están trabajando estas cuestiones (en la teoría y en la práctica, supongo).
      Un cordial saludo y gracias.
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  5. Querido Maestro!
    Estamos ante un mundo más individualista que participativo.
    Se intenta sobresalir ante el grupo sin importar en esa lucha pisotear al compañero. Se nos está yendo de las manos los valores más importantes en la vida. Colaboración,honestidad,respeto, ayuda, entrega, sinceridad,afecto,perseverancia, empatia.
    Las consecuencias un desastre en las relaciones humanas, un desarrollo enorme del ego,un fluir en un mundo lleno de superficialidad.
    Claros atropellos para el mundo si no lo remediamos.
    Con la colaboración se llega seguro más lejos.
    Sin más deseando hayáis pasado una genial Semana Santa,me despido con un cordial saludo. Yo he vivido en Málaga unos días llenos de sentimientos cofrades!
    Abrazos para todos!

    • Querida Loly:
      Así que has disfrutado de la Semana Santa malagueña.Espero que todo te haya ido bien.
      Digo que el modelo de esta sociedad (que se nutre de individualismo y de competitividad) es aquel que es capaz de entrar después de ti por una puerta giratoria y salir antes.
      Es necesario potenciar actitudes colaborativas, sí. Tanto en la escuela como en la familia y en la sociedad.
      Besos y gracias.
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  6. Si la Enseñanza impera sobre la educación, es difícil corregir la dinámica. Además todo nos viene desde arriba y es difícil romper ese diseño. Solo podemos hacerlo desde abajo hacia arriba y hay que echarle imaginación. En este sentido todavía hay desconfianza en los demás compañeros que están más comprometido con los programas que con las experiencias, que muchas veces nos las facilitan la espontaneidad de los alumnos y alumnas y a la que hay que estar atentos, para progresar en dinámicas cooperativas. Gracias una vez más.

    • Gracias a ti, querido josem.
      También en la enseñanza debería haber más trabajo cooperativo, no solo de quienes aprenden sino de quienes enseñan.
      De acuerdo en que las prescripciones (minuciosas, descendentes, descontextualizadas…) no solo no ayudan sino que estorban.
      La participación (auténtica) del alumnado es la salvaguarda de la calidad.
      Un gran abrazo.
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  7. Interesante artículo e interesante ejercicio que haré con mis alumnos. Me parece una buena estrategia para ayudar a pensar y a dialogar sobre la cuestión decisiva del trabajo en equipo y des actitudes cooperativas.
    Creo que una sociedad que nos invita al individualismo todo lo que se haga es poco para conseguir pensamientos, actitudes y comportamientos colaborativos.
    Saludos y gracias.

    • Querida María Ángeles:
      Se habla mucho del trabajo en equipo para los alumnos y alumnas, pero menos para el profesorado.
      Creo que es muy interesante e importante subrayar la importancia del Proyecto de Centro y la necesidad que la cooperación para poder desarrollarlo de forma eficaz.
      Eso requiere actitudes, tiempos y estrategias.
      Besos y gracias.
      MAS

  8. Interesante e importante cuestión.
    Me parece muy importante que haya un verdadero equipo de profesionales en los centros y no una amalgama de francotiradores.
    Por muchos motivos:
    a. Creo que los alumnos saldrán beneficiados porque todos empujan en la misma dirección.
    b. los profesores saldrán beneficiados porque se pueden ayudar unos a otros en los aspectos disciplinares y didáctico.
    c. También se benefician en sus relaciones personales y afectivas.
    d. La escuela ofrece una imagen de coherencia y buen ejemplo a los alumnos, a las familias y a la sociedad.
    El problema está en cómo se consigue ese desde la formación inicial hasta el desarrollo de la actividad cotidiana.
    Saludos.

    • Querida Magdalena:
      ¿Cómo se consigue?
      Pues se consigue en la selección, no solo en la formación. Hay que elegir a personas capaces de trabajar en equipo. Y en la formación inicial hay que formar y ejercitar esas actitudes.
      En la práctica se deben configurar plantillas en torno a proyectos, se debe organizar la escuela para que se pueda hacer trabajo en equipo…
      Creo que actualmente hay excesivo individualismo.
      Saludos y gracias.
      MAS

  9. Artículo no solo interesante sino necesario. Yo también creo que hace falta más planteamiento de equipo en el trabajo docente. Una cosa son clases particulares y otra un proyecto educativo.
    El caso que se cuenta de la profesora es paradigmático. ¿Dónde estaba la comunidad, el equipo, el grupo de profesionales? La dejaron sola y ella solita se hundió.
    ¿Cuán tos casos hay de esos?
    Pero no solo defiendo esta tesis en defensa de los intereses de los profesores. También lo digo por los beneficios de los alumnos.
    Falta mucho camino por recorrer.
    Abrazos y gracias.,

    • Querida Luisa:
      Gracias por tu valoración del artículo.
      Para que exista un planeamiento colegiado hace falta voluntad, actitud, conocimiento, condiciones y tiempo.
      Cuando falla uno de los elementos, no puede darse plenamente.
      NO es fácil que se den todos.
      Hay quien quiere, pero no tiene condiciones ni tiempo.
      Hay quien quiere y tiene condiciones, pero no sabe.
      Y así sucesivamente.
      No es fácil, pero es muy neesario, a mi juicio,
      Gracias por tu participación.
      MAS

  10. A los comentaristas asiduos:
    Me preocupa la ausencia prolongada de algunos comentaristas asiduos del blog.
    No me preocupa esa ausencia si esa ausencia es fruto de una decisión personal, sea el motivo que sea lo que la provoque. Lo que me preocupa es que la causa sea un problema de salud.
    Pienso en Don Quintiliano, en Aureliano, en Loli…
    Solo me queda desear un buen estado de salud de todos ellos y de todas ellas.
    Saludos cordiales.
    MAS

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