El paradigma de la complejidad (I)

15 Jul

Para entender de forma cabal el fenómeno educativo, hay que pasar de una concepción sobre el mismo asentada en la simplicidad a otra que se sustente en la complejidad. Es un error de graves consecuencias pensar que la tarea educastiva es una actividad simple, cuando no simplista.

Dice Edgar Morin que tenemos que enfrentarnos, de manera inevitable, a los desafíos de la complejidad. Y añade: “El conocimiento pertinente debe enfrentar la complejidad. Complexus significa lo que está tejido junto; en efecto, hay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo (como el sociológico, el afectivo, el mitológico) y existe un tejido independiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto de conocimiento y su contexto, las partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre ellas”.

Para comprender la educación hay que tener en cuenta sus numerosas, dIversas y problemáticas dimensiones: éticas, psicológicas, cognitivas, afectivas, relacionales, sociológicas, económias, políticas, antropológicas, lingüísticas. históricas, organizativas, didácticas…, por citar algunas. Son las ciencias de la educación. Los conocimientos de todas esas ciencias se entremezclan para que podamos comprender el complejo fenómeno educaivo. El tejido de las ideas forma un tapiz de extraordinaria complejidad teórica y práctica.

Curiosamente, para realizar esa tarea de tan alta complejidad se suele eligir a personas que no reciben una formción inicial y procesual de la necesaria complejidad para hacerlas competentes. Leí hace tiempo una novela de Muriel Barbery, La elegancia del erizo (2007), en la que se hace referencia a esa generalizada opinión que viene a decir que quien no vale para otra cosa vale para ser docente. “El que sabe hacer algo, lo hace; el que no sabe, enseña; el que no sabe enseñar, enseña a los que enseñan y el que no sabe enseñar a los que enseñan se mete en política”.

Abordaré el análisis de la complejidad en tres artículos consecutivos. Agruparé en doce apartados (4+4+4) las causas de la complejidad que existe en la tarea educativa. Una tarea que, a mi juicio, va más allá de la simple instrucción, de la mera socialización y que se distancia diametralmente, como diré luego, del adoctrinamiento.

La naturaleza de la tarea

La tarea de educar es radicalmente paradójica. Lo que dicen los alumnos y alumnas a sus profesores y profesoras es: “Ayúdame a hacerlo solo”. Es decir, que ellos tienen que aprender a pensar por sí mismos, a decidir por sí mismos.

Hölderlin dice que los educadores forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes, retirándose. Es más fácil anegar la tierra que separarse para que la tierra emerja. La metáfora deja de manifiesto la necesidad de enseñar a que las personas piensen por sí mismas, a que lleguen a ser aprendices crónicos y autónomos.

La tarea que realiza el profesor es de naturaleza problemática. En educación no sucede que si A, entonces B. Lo que realmente sucede es que si A, entonces B, quizás.

La naturaleza de la enseñanza es problemática porque el acto de apropiación intelectual es complejo y está integrado por un sinnúmero de variables inasibles. Tradicionalmente se ha puesto el foco didáctico del análisis en la enseñanza cuando debería situarse en el aprendizaje. De lo contrario haríamos válida aquella exclamación del comerciante: “Yo vendo, pero no compran”.

El aprdndizaje requiere el ejercicio atónomo de la voluntad. El verbo aprender, como el verbo amar, no se pueden conjugar en imperarivo. Solo aprenbde el que quiere. Y la voluntad se cultiva, no nace en las personas de manera espontanea.Aconsejolalectuea dellibro de J.A. Marina “El misterio de lavoluntad perdida”.

Los “materiales” que maneja

Los “materiales” con los que trabaja el educador son enormemente complejos: sentimientos, ideas, motivaciones, voluntad, expectativas, actitudes, valores… En cualquier otra profesión se considera buen profesional al que sabe manipular bien los materiales, pero en ésta el mejor profesional es el que más pronto y mejor los libera.

No cabe duda de que los “materales” que trabaja cualquier profesional (arquitecto, químico, veterinario, banquero…) son más sencillos que aquellos que maneja el profesor. Porque los de aquellos obedecen a leyes. Los ladrillos que maneja un arquitecto responden a la ley de la gravedad en cualquier lugar del país en que se coloquen. Sin embargo el reproche que a un niñlo le estimula a otro le hunde, la actividad que es motivadora para un grupo, para otro es aburrida.

Todos esos “materiales” están conectados entre sí y se relacionan de manera diferente en cada persona. Son materiales de difícil conocimiento y de compleja manipulación.

La demanda contradictoria que recibe

A la escuela ( y al profesional que trabaja en ella) se le hacen dos demandas simultáneas contradictorias: por una parte se le pide que eduque para la esfera de los valores y por otra que prepara a los alumnos para la vida. ¿Qué valores? Justicia, paz, libertad, solidaridad, igualdad… Pero, ¿cómo es la vida? En la vida domina la injuticia, la violencia, la dominación, la insoilidaridadm, la desigualdad…

Educar a las personas para los valores pone en entredicho el proceso de socilaización. Enseñar a las personas para que triunfen en la sociedad, pone en cuestión la esfera de los valores.

Se trata de una encomienda problemática. No es fácil satisfacer ambas exigencias. La cuestión no tiene solo una diomensión pragmática sino que afecta a la esencia de la institución. Pienso que la educaciñon tiene dos componentes esenciales: uno de carácter crítico y otro de carácter etico. Renunciar a este último pone en cuestión la naturaleza misma de la escuela.

La polisemia del lenguaje

Uno de los problemas con los que nos encontramos en el ámbito educativo es el lenguaje. Porque el lenguaje es como una escalera por la que subimos a la comunicación y a la liberación, pero por la que bajamos a la confusión y a la dominación.

El problema no reside en que no nos entendamos sino en creer que nos entendemos. Utilizaré tres ejemplos para que se me entienda.

Primer ejemplo: nadie dirá que hay que hacer bajar la calidad del sistema educativo. Pero discreparemos con toda seguridad si decimos que es de calidad un colegio que para seleccionar a sus alumnos y alumnas practica la xenofobia, el racismo, el elitismo y la insensibilidad con los desfavorecidos.

Segundo ejemplo: la palabra educación es extraordinariamente polisémica. No se puede identificar con la mera instrucción (la educación incorpora una dimensión crítica). Ni con la socialización (la educación tiene un componente ético). Ni con el adoctrinamiento (la educación exige libertad).

Tercer ejemplo: el concepto de evaluación, en inglés, se explicita en diferentes concepciones. Una cosa es accountability, otra assessment, otra appraisal, otra self evaluation… Sin enbargo, en castellano lo metemos todo en el mismo saco conceptual de evaluación.

La complejidad se manifiesta en la confusión que se instala en el discurso cuando no tenemos en cuenta los códigos desde los que estamos hablando. Continuará.

33 respuestas a «El paradigma de la complejidad (I)»

    • Querido Juan Carlos:
      Cuando se escriben estos textos fraccionados existe el problema de no ver el asunto en su totalidad. Pero, claro, no cabe todo en dos páginas y media. Por eso anuncio que habrá otras ocho fuentes de complejidad. Unas intrínsecas al fenómeno y otras en relacionadas con los contextos en los que se produce.
      Seguiremos leyendo y escribiendo.
      Con un abrazo.
      Gracias por estar siempre ahí.
      MAS

      • Miguel Angel.

        Cualquiera de la fuentes, por sí solas, sería motivo de una entrada. Necesitarías por tanto, 12 textos fraccionados para analizarlas en algo más de profundidad. No obstante, los que te leemos de forma asidua ya hemos escuchado algunos de tus argumentos con anterioridad sabemos de que va. De ahí que no haya realizado ningún comentario. No por oídas dejan de ser interesantes tus reflexiones porque la memoria es frágil y necesita ser refrescada…

        Un abrazo.

        • Querido Juan Carlos:
          Es cierto. Los argumentos de estos tres textos están dispersos en mis escritos.Lo que he pretendido es ofrecer una síntesis ordenada en doce apartados.
          Unos núcleos se refieren a causas intrínsecas al fenómenos y otras a causas extrínsecos, como son los diversos contextos o las presiones externas.
          Un abrazo.
          MAS

  1. Estimado Miguel Ángel:

    Estoy básicamente de acuerdo con el enfoque de este artículo: la enseñanza es una actividad de una complejidad asombrosa. Para el profesor no se trata, como en la mayoría de las profesiones, de aprender a hacer algo y, una vez aprendido, hacerlo siempre de la misma forma. Como bien apuntas, un mismo comentario puede servir de estímulo a un alumno o hundir a otro en la miseria. Aquí todos tendríamos que pasarnos la vida aprendiendo.

    Esa misma complejidad y la indudable trascendencia de la tarea implicaría la necesidad de atraer a la enseñanza a los mejores y, una vez en ella, darles una formación acorde con lo que se espera de ellos.

    ¿Cómo se atrae a los mejores? Desde luego no con salarios que, en el caso de la enseñanza pública, siempre son inferiores a sus equivalentes en otras actividades de la Administración. Desde luego no con el (des)prestigio social de que “disfrutan” los docentes. “El que vale, vale y el que no… a Magisterio”; “Pasas más hambre que un maestroescuela”; “No digas tonterías, no seas maestrón”.

    En el capítulo de la formación no hablaré de la enseñanza primaria, que desconozco por experiencia directa, pero sí de la secundaria, que es la que conozco un poco. Para empezar, las carreras universitarias básicamente orientadas a la enseñanza, tanto de Letras como de Ciencias, se caracterizan por tener “notas de corte” bastante poco selectivas. Por otra parte, en las Facultades donde se imparten, suele obviarse que más del 80 % de sus egresados tendrán la enseñanza como destino profesional. Se nos forma como si todos estuviéramos abocados a sesudas y profundas investigaciones en nuestras respectivas materias, y se descuidan aspectos básicos. En otra época, como preparador de oposiciones, he tenido alumnos, licenciados en Filología Hispánica, que no dominaban la conjugación de los verbos en español o que tenían graves carencias ortográficas.

    Se me responderá que para paliar estas carencias están los estudios de postgrado. Antes el CAP y ahora el flamante Máster en Secundaria. Además, claro está, el terrible filtro de la oposiciones. Pero resulta que va a ser que no. El Máster en Secundaria, como antes el CAP, no consigue ser aquello a lo que aspira. Básicamente se proporciona a los alumnos un montón de horas teóricas en la Facultad de Ciencias de la Educación y unas cuantas horas prácticas en los centros educativos, que nunca son suficientes. ¿Es que nadie se lee las encuestas que se hacen a los alumnos que terminan el Máster? Porque lo que yo tengo entendido es que hay una demanda unánime de menos teoría y más práctica. Las prácticas en los centros es lo único que, según me han contado siempre los alumnos, valoran como de utilidad.

    Pero ya me estoy extendiendo demasiado. De las oposiciones hablaré en otra ocasión.

    Observaciones finales:
    1. Este blog tiene algo de adictivo. Reconozco que empiezo a estar “enganchado”
    2. Comentario amistoso, de docente a docente: Miguel Ángel hasta los gurús como tú sois humanos. Revisa un poco lo que escribes. En este último artículo, además de abundantes “lapsus calami” o, mejor dicho “lapsus theculae”, se te ha escapado un “helitismo”. No sé si pretendías algún efecto retórico o es un simple despiste.

    Abrazos y saludos muy cordiales

    • Estimado Antonio:
      No sabes cuánto me alegro de tenerte como un asiduo lector y, mucho más, como un comentarista avezado.
      La selección es un problema gravísimo y la formación no es de menor importancia.
      Hay países que tienen instalados en la selección del profesorado procesos interesantes que podríamos imitar. Para marcar notas de corte exigen las más altas para quienes van a dedicarse la docencia. Por ejemplo, en Cuba. Si alguien quiere ser químico va a la Facultad de Química pero si alguien quiere ser profesor de Química tiene que matricularse en el Instituto Pedagógico de Química. Nadie es profesor de rebote. Lo mejor es que para entrar en la Facultad hacen falta 90 puntos sobre 100, pero para matricularse en el Instituto Pedagógico tienen que tener 98 sobre 100. Es decir, los mejores a la enseñanza.
      Creo que no hay mejor aprendizaje para la práctica que una buena teoría. Digo BUENA TEORÍA. Las práctica también es necesaria, claro.
      Gracias por la corrección. Yo mismo me he echado las manos a la cabeza.
      Revisaré el escrito. Me gusta ser escrupuloso en ese sentido. Hace años escribí con dos colegas un “Libro de estilo para universitarios”. Creo que estilo es precisión.
      Un abrazo cordial.
      MAS

      PD: Te recomiendo la lectura de un artículo de este blog titulado TANTOS Y TAN HERMOSOS MILAGROS. Es la carta que le escribió mi médica de familia a su Profesor de Lengua y Literatura cuando éste se jubiló. No tiene desperdicio.

      • Estimado Miguel Ángel:

        Gracias, como siempre, por tu amable respuesta y por tus puntualizaciones. Citas como proceso de selección ejemplar el de Cuba, que indudablemente tiene aspectos dignos de ser imitados. Por mi parte, permíteme que prefiera el de Finlandia. Allí, además de atraer a los mejores para la docencia, les proporcionan un salario digno, una enorme estima social y, sobre todo, libertad de pensamiento y de palabra. Pero claro, para gustos… los colores.

        También estoy de acuerdo contigo en que es necesaria una BUENA TEORÍA como paso previo a la práctica. Lo que ocurre es que, según tengo entendido, más que buena teoría, lo que se suele impartir en la Facultad de Ciencias de la Educación es una especie de “metateoría”, de raíces generalmente anglosajonas, algo o mucho farragosa, que frecuentemente tiene poco que ver con la realidad de las aulas españolas… pero es posible que me hayan informado mal.

        Alguien con mala intención ha comparado el papel de los modernos pedagogos en materia educativa con el de los curas en los años de plomo del nacional-catolicismo, que eran los únicos asesores -teóricos, por supuesto- en materia sexual. Yo no creo que sea para tanto.

        Me ha emocionado profundamente la carta que tu médico de familia escribió a su profesor de Lengua. Por mi parte te diré que el recuerdo más precioso que conservo de mis años de docencia es un cuaderno donde mis alumnos del último curso (4º de ESO) se despedían de mí. Había tanto amor en esas páginas que todavía, más de un año después, no puedo recordarlo sin emocionarme. Y me emociono no solo por el contenido, sino porque además escriben muy bien los muy puñeteros.

        Te confieso, en cualquier caso, que ando un poco melancólico respecto al panorama educativo actual. He llegado a la conclusión de que probablemente el problema es que me he convertido en una especie de anacronismo. Si a las ideas propias del siglo XIX se las suele llamar decimonónicas, me temo que yo soy un carcamal “vigésico”, porque no alcanzo a entender muchas de las tendencias educativas modernas. Mejor dicho, no me parecen mejores. Vivimos una época en la que se ha sacralizado la “innovación”, pero no necesariamente algo tiene que ser mejor por ser nuevo. Es probable que esta sea mi última intervención en el blog, pues me pilla un poco mayor para innovar.

        Para terminar, permíteme un aparte con el Profesor D. Aureliano Sainz:

        En primer lugar, Sainz sin tilde, D. Aureliano, que es monosílabo (http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=Sainz).

        En segundo lugar, me disculpo por haberme apropiado de una recomendación que le hacía usted al profesor Santos Guerra de una recopilación de aforismos del autor rumano Valeriu Butulescu. Seguí su recomendación, compré el libro, lo leí y me gusto tanto que se lo he regalado a mi hijo que se casó ayer. Muchas gracias por el consejo.

        En tercer lugar, espero que quedara usted satisfecho con la ampliación de las citas de Ernesto Guevara que le hice en mi anterior respuesta. Si no es así, dígamelo y le haré llegar las referencias oportunas.

        Les seguiré leyendo, aunque probablemente no me decida a contaminar el blog con mis ideas “vigésicas”.

        Un saludo muy cordial y un fuerte abrazo para Miguel Ángel y para todos los corresponsa(b)les

        • Estimado Antonio:
          Si te pudiera obligar a participar como comentarista (no solo como lector) lo haría encantado. Como no puedo, solamente te insto a que sigues aportando tus puntos de vista. Están cargado de sabiduría. No nos pides de tus opiniones, por favor.
          1. Comparto contigo mi admiración por el tratamiento que hace Finlandia respecto a la selección, formación y valoración del profesorado. Incluye además otros aspectos relacionados con las actitudes que me parecen muy importantes. Estudié el sistema educativo cubano durante un mes hace años y tuve en mente un libro que se iba a titular LUCES Y SOMBRAS DE LA EDUCACIÓN EN CUBA. Las sombras tienen que ver con algo que tú apuntas sobra la libertad.
          2.Por supuesto que no toda innovación es un mejora. Sí, se ha sacralizado la innovación. Hay que revisar el contenido. la forma y la estrategia de muchas de ellas. No todas son de recibo. Y no es cierto, que todo lo nuevo sea mejor por ser nuevo. Claro que no.
          3. Cuando hablé de BUENA TEORÍA pensé en las limitaciones que tienen muchas de las que se “venden” en nuestra Facultad.
          4. Hay una corriente antipedagógica muy preocupante. Pero eso no obsta (o mejor dicho, eso puede ayudarnos) a realizar una seria autocrítica y abrirnos a las críticas más exigentes.
          5. No me extraña lo que me cuentas de la despedida de tus alumnos y alumnas. Y es coherente que eso que dicen esté bien dicho, como sucede en el caso de mi medica.
          Un gran abrazo.
          Te espero de nuevo por estos pagos.
          MAS

  2. Espero, Miguel Ángel, que disfrutes de tu viaje a Tailandia y, a la vuelta, nos cuentes las anécdotas que siempre aparecen en estas ocasiones. Lo cierto que para mí pensar en un viaje de 12 horas o más en avión me provoca bastante inquietud; me imagino que en tu caso es “pan comido”, como popularmente se dice.

    Puesto que también descansas de comentarios y, en mi caso, tras cuarenta años como profesor (algunos de ellos compartidos como arquitecto), tengo bastante claro la complejidad de la enseñanza, especialmente la universitaria, en la que estoy inmerso, de momento no hago ninguna aportación a lo que manifiestas. El trabajo de arquitecto lo dejo para los artículos que publico en los diarios digitales, que, por cierto, ya son 12 (3 en la provincia de Sevilla, 8 en la de Córdoba y 1 en la de Jaén) los que forman parte de esta red que comenzamos a crear a partir de Montilla Digital. Digamos que es el resultado de la fe (laica) y la fuerza de voluntad volcadas en un proyecto en el que creíamos.

    Cierro, comentándote que estoy leyendo un libro muy interesante y recién publicado de la profesora estadounidense Sherry Turkle titulado “En defensa de la conversación”. En el mismo trata de los cambios que se están produciendo en las familias, niños y adolescentes a partir de la proliferación de los denominados “teléfonos inteligentes” y de las redes sociales. Merece la pena leerlo y debatir sobre las fuertes transformaciones en los procesos de comunicación humana, ya que también alcanzan a los procesos educativos.

    Un fuerte abrazo, y, tal como te indiqué al principio, disfruta de una cultura muy diferenciada a la nuestra. Siempre tenemos mucho que aprender…
    Aureliano

    • Querido amigo:
      Pues sí. Decía Chertenton que viajar es comprender que estabas equivocado.
      He pensado en escribir varias cosas sobre este viaje. Hay temas inagotables:
      – El saludo tailandés de una belleza y profundidad extraordinarias…
      – Las mujeres jirafa me han dejado conmovido…
      – La religiosidad de las gentes en el templos es asombrosa…
      A mí el avión no me asusta.Porque no pienso. Es como si estuviera en La cocina de la casa…
      Ahora te escribo desde el aeropuerto de Chang Mai. Estamos regresando. Haremos cuatro vuelos seguidos. Y Carla los sobrelleva con mucha entereza.
      Sé de tus colaboraciones digitales, que aprecio y admiro. Hay que seguir en la brecha.
      leeré el libro de Sherry Turkle. Gracias por la recomendación. Me gusta el título del libro.
      Un gran abrazo.
      MAS

  3. Querido Maestro!
    Circunstancia ajenas ami voluntad han hecho que no haya podido estar presente en los anteriores comentarios de blog.
    En este caluroso verano ,donde no apetece relajarnos, nos trae un tema complicado como la enseñanza.Seguro leeré la segunda parte cuando la publique.
    Me ha llamado poderosamente la atención,porque es cierto, los cambios que se están produciendo en la sociedad por falta de conversación;pero no es fácil conversar.
    Entre el mundo tecnológico y la sin razón nos estamos convirtiendo en seres aislados y sin sentimientos, frente a un ordenador.
    “Dedícate tiempo, pero sobre todo amor”.
    ¡Pero tiempo de calidad, de ese que sabe a gloria!
    Regálate pequeñas dosis de amor diarias,de esas que favorecen una autoestima sana.
    No dudes de hacer del tiempo tu mejor motor de cambio,ese aliento donde crecer,aprovechando cada oportunidad,mientras tus pies,tu actitud y tu sonrisa te lleve donde te propongas y mereces.
    El tiempo por si solo no cura, lo que cura es lo que uno hace durante el transcurso de ese tiempo.
    El tiempo sin duda es el mejor regalo que podemos hacer a quien queremos.Envuelto o sin envolver.
    ¡Amor y tiempo, o viceversa, que más da!
    “El tiempo, mi aliado”
    ¡Disfruten del verano!
    Sin más me despido con un afectuoso saludo para todos.

    • Querida Loly.
      Sabia reflexión sobre el modo de aprovechar este tiempo.
      Estar con las personas, pero no de cualquier manera. ESTAR Y SER. estar amando.
      Me ha encantado, una vez más, leerte.
      Y no te sientas obligada ni a leer ni a escribir.
      Me encanta que lo hagas, pero con libertad.
      Besos.
      MAS

  4. Amigo Miguel Ángel.

    Hoy, aquí, es domingo por la tarde; lo cual quiere decir que en Tailandia es de noche, por lo que imagino que estarás durmiendo.

    En estas tardes tan calurosas, lo que suelo hacer es recluirme en estudio y ponerme a leer o a preparar algunos artículos de manera anticipada para los diarios digitales, ya que, en agosto, saldremos para Suiza y estar con la familia que tengo allí. Ni que decir tiene que escuchar las noticias del canal internacional de TV española informando del tiempo que hace en Andalucía y en Córdoba siente uno un alivio pensando “de la que me estoy librando”.

    ¿Y por qué me pongo a contarte estas naderías? Pues sencillamente porque tengo en mis manos un libro del escritor y dramaturgo rumano Valeriu Butulescu que resulta ser una maravillosa colección de 927 aforismos, muy breves todos, escritos en su lengua y traducidos al español.

    Cuando he tropezado con las palabras “complejidad” y “burócratas” me he acordado de ti y de tus últimos artículos. La verdad, es que el libro contiene frases/pensamientos verdaderamente geniales, muchos de los cuales invitan verdaderamente a reflexionar sobre los mismos.

    Te envío un conjunto de ellos, que, como comprobarás aparecen numerados, pues así se encuentran en el libro.

    ***
    366. La complejidad de la sabiduría está perfectamente ilustrada por las contradicciones de los sabios.
    392. Hay tonterías extremadamente complejas que solo los sabios las pueden cometer.
    400. Intenta definir la nada. Necesitarás muchas palabras.
    452. Cada vez que bajaba del avión, volvía a ser ateo.
    495. Los que se arrastran no tropiezan nunca.
    511. Me han matado, desde su punto de vista.
    514. Un nuevo indicador. El número de burócratas per cápita.
    577. Tengo mucha valentía, pero me da miedo utilizarla.
    582. Algunos hombres son como el sol. Te dan luz solo si giras a su alrededor.
    621. La libertad no significa nada para un pájaro que no ha aprendido a volar.
    632. No es un hombre limitado aquel que conoce sus propios límites.
    609. Hoy es lunes. Hay grandes posibilidades de que mañana sea martes.
    636. Tuvimos un jefe tan capacitado que tomaba él solo las decisiones colectivas.
    ***

    Si yo las hubiera escrito, especialmente te dedicaría la 609, que te viene “como anillo al dedo” a tu forma flexible de pensar.

    Supongo que Carla estará disfrutando un montón de un mundo y una cultura tan alejados de nuestro modo de entender la vida.

    Un abrazo, y ya nos contarás cuando vuelvas.
    Aureliano

    • Querido Aureliano:
      Siempre se aprende leyéndote y escuchándote.
      Me gustan los géneros cortos: grafitis,anuncios por palabras, epitafios, greguerías, erratas… Hay en ellos mucho ingenio.
      Cuando repasaba la 609 me acordaba de aquel pensamiento: Pesimista es el dice el sábado que pasado mañana es lunes.
      El viaje a Tailandia (que Lourdes y yo conocíamos) ha sido magnífico.
      Escribiré dos o tres artículos sobre el viaje.
      Carla ha disfrutado mucho con los elefantes, el viaje sobre uno de ellos por la selva, la visita a los templos budistas, los mercados…
      Qué privilegio de la vida.
      Un abrazo y feliz descanso leyendo y escribiendo.
      MAS

  5. Buenas buenas, queridos y queridas del Barrio:

    Gracias Miguel Ángel por el artículo “El Paradigma de la complejidad”…

    Amplias bases para una construcción que seguramente servirá de Fortaleza…. y desde “El Adarve” podremos observar con mayor claridad y decidir mejor el rumbo de la Educación…

    Saludos desde San Luis. Argentina…

    • Querido David:
      No sabes cuánto me alegra saber que, a pesar de tan larga distancia, seguimos tan cerca.
      El tema continuará con dos nuevas entregas sobre ese paradigma que muchos niegan en teoría y en la práctica.
      Las consecuencias son grandes: si es tan sencillo no hace falta mucha preparación, seis tan simple no hace falta mucho esfuerzo, si es tan elemental es fácil explicarlo todo…
      Muchas gracias por leerme y por participar.
      Un abrazo.
      MAS

    • Querida Flavia:
      Te voy a incluir en los correos a quienes llega el artículo para su edición y difusión.
      Ya me dices si el sábado sucede así.
      En principio los suelo enviar por las mañanas del viernes-
      Besos.
      MAS

  6. Querido Maestro!
    Quizás he cometido el error de pensar que contestarías a mi anterior mensaje;pero no lo has hecho y no sé si te ha llegado bien porque he tenidos varios problemas con el envío.
    Disculpe mi indiscreción pero me hace un gran favor personal cuando da su opinión a mis escritos. Ya se que quizás esta vez no he estado muy acertada pero le aseguro que pongo mucho interés porque sus escritos hacen mucho bien.
    Sin más pidiendo disculpas si esto puede causar alguna molestia,me despido con un cordial saludo para todos.

    • Querida Loly:
      Mi largo viaje Tailandia me ha hecho seguir con poca regularidad el blog ya que solo tenía wifi en los Hoteles.
      Creo que he dejado algunos comentarios sin responder, perdono creas que emporqué tengan menos calidad que otros.H sido solo fruto del desordene genera un viaje familiar en el que apenas si dispones de unos minutos cada día.
      Recupero tu comentario y te digo algo.
      Besos.
      MAS

      PD: Has hecho requetebién en expresar tu sorpresa ya que sí contesté a otros comentaristas.

  7. Creo que es un acierto dedicar tres artículos a este tema. Hay que combatir la idea de que lo que hacemos los profesores no tiene dificultad algunas.
    Espero con impaciencia los otros dos artículos y espero comentar al final la impresión que me han producido.
    Luego vendrán las consecuencias de esa complejidad: formar bien a los que se dedican a esa tarea, valorarla socialmente, retribuirla adecuadamente…
    Saludos cordiales.

    • Estimada Carmela:
      Claro, lo importante son las consecuencias de la complejidad.
      Lo tienen que saber los políticos para tratar a la profesión con más respeto.
      Lo tienen que saber los padres para valorar la tarea docente.
      Lo tenemos que saber los profesionales para ser más competentes.
      Etc.
      Desde un paradigma de simplicidad, todo se deteriora.
      Besos y gracias por participar.
      MAS

  8. Hay muchos que no creen que esta tarea sea complicada. Cuando se simplifica se pervierte. Algunos piensan que basta con tener conocimiento o con tener buena voluntad. No es así.
    Una de las causas del fracaso en la educación es considerar que es UNA TAREA SIMPLE O, MEJOR DICHO, SIMPLISTA.
    Saludos.

    • Querida Josefa:
      Me remito al artículo que escribí hace poco sobre los mitos que existen acerca de la docencia.
      Tú apuntas algunas: basta tener buena voluntad, basta tener conocimientos, la enseñanza causa el aprendizaje, todos los alumnos aprenden de la misma manera…
      Es importante pasar de una perspectiva asentada en la simplicidad a otra que está fundada en la complejidad.
      Besos y gracias.
      MAS

  9. Esta semana me he quedado sin palabras.

    Palabras, solo palabras, ya he gastado demasiadas.

    Complejidad, la he escrito hasta con g. Pero qué importa. Lo dicho y la tarea seguia siendo igual de compleja y atractiva a partes iguales.

    Palabras, solo palabras, pero qué importantes son.

    Dar la palabra. Comprenderla. Compartirla. Llevarla a la práctica. Corregirla.

    No hay acción sin palabras que la dirijan.

    Hay muchas palabras sabias escritas incluso desde hace siglos. Pero o nunca las hemos leído o escuchado, o no las hemos comprendido, o hemos sido unos zoquetes egoístas y las hemos tirado a la papelera.

    Palabras, solo palabras. Pero qué importantes son y qué de agradecer es que haya gente que las piense y las escriba.

    • Querido José Antonio:
      Hace algunos años leí un libro porque conocía al autor y porque me encantó el título: PALABRAS SON AMORES. Frente al clásico aforismo de OBRAS SON AMORES, el autor (José María Cabodevilla, ya fallecido) eligió este título que dice mucho sobre la importancia de las palabras, del lenguaje y del diálogo.
      El pensamiento y la vida están construidos con palabras.
      Un gran abrazo desde el aeropuerto de Barajas.
      MAS

  10. Interesante reflexión que, como se anuncia, tendrá continuación en próximos artículos. Estoy muy de acuerdo en que esta tarea resulta más compleja cada día. Porque hay muchos elementos que hacen más difícil lo que de por sí es muy problemático.
    Espero con impaciencia los dos artículos que faltan.
    Nadie puede negar que es muy complicado enseñar algo a quien no quiere aprenderlo.
    Saludos.

    • Querida Lorena:
      Creo que la simplificación es una trampa enorme. Porque, cuando se simplifica, se pone de manifiesto que no hace falta pensar mucho, ni esforzarse mucho, ni formarse mucho para hacer bien la tarea.
      Es malo que politicos, familias y sociedad en general considera simple la tarea de la educación. Pero es peor que lo consideremos nosotros, los profesionales de la educación.
      Besos y gracias.
      MAS

  11. Quienes estamos todos los días en las aulas sabemos de la complejidad infinita de esa tarea.
    Porque no solo es problemática con cada uno, es que además se realiza en un grupo donde cada uno es un mundo diferente.
    Y poco ayuda el entorno muchas veces, tanto la familia como la institución y el contexto cultural en que la escuela se halla inmersa.
    Gracias por recordarnos estas ideas tan importantes.

    • Estimada Charo:
      El problema de no moverse en el paradigma de la complejidad es que tiene consecuencias grave:
      – Como es sencilla la tarea no hace falta mucha formación para realizarla
      – No se valora lo suficiente por la sociedad
      – La familia no se ve en la necesidad de colaborar
      – Los profesionales no sienten la necesidad de seguir formándose
      – Los sueldos no tienen que ser muy elevados para pagar algo fácil y sencillo
      – La comprensión de la tarea no necesita mucha investigación
      Y así sucesivamente.
      Besos y gracias por participar.
      MAS

  12. Creo que es necesario insistir en estos aspectos que subrayan la enorme complejidad de la tarea del docente.
    Los padres lo vemos cuando, en las vacaciones, no podemos sobrellevar el trabajo de atender a un j+hijo o a dos…¿Qué será con 20, 30, 40…?
    Hay que recapacitar sobre la problemática intrínseca y extrínseca de esta tarea.
    Muchas gracias.

  13. Pingback: El paradigma de la complejidad (II) - El Adarve

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