Micción cumplida

15 Abr

Algún lector o lectora, un tanto perspicaz, habrá pensado que el título del artículo contiene una errata clamorosa. “Querrá decir Misión cumplida y no lo que estoy leyendo”, conjeturarán. Pues sí y no. Pues no y sí.

No porque está escrito correctamente con toda la intención del mundo y sí porque la expresión elegida para el título sustituye a la que, en la realidad de la anécdota que contaré a continuación, pronuncia el abuelo protagonista. Me explico de inmediato.

Un alumno le pregunta al profesor en un pasillo qué significa la palabra micción que ha leído en un libro. Y precisa: micción, con dos ces.

El profesor, solícito, sonriente y preciso, se lo explica:
– Miccionar es sinónimo de orinar. Así que micción es el acto de expulsar la orina.

– Ah, exclama el chico como si hubiera descubierto la solución a un enigma. Ahora lo entiendo. Por eso mi abuelo, al volver del baño, dice siempre: ¡Micción cumplida! Y vuelvo al título escamoteado que era la expresión satisfecha del abuelo: ¡Misión cumplida!

Me lleva la anécdota a reflexionar sobre los problemas que genera el lenguaje en la comunicación en general y en la docencia y la evaluación de manera particular. A considerar las maravillas que se producen con los juegos de palabras, los equívocos, los malentendidos y las erratas. ¡Qué maravilla el lenguaje! Si coleccionásemos las joyas que se encuentran en las vetas del trabajo docente, seríamos multimillonarios. Pero tenemos una inmensa desidia recopilatoria.

Alguien me contó que en un examen oral le formularon a un alumno la siguiente pregunta:

-¿Por qué fueron expulsados los judíos de la península?
El alumno, después de reflexionar durante unos segundos, contestó:

– Porque no querían dejarse hacer fotos.

El profesor le hizo saber que, en aquella época, no había cámaras fotográficas y que, por consiguiente, su respuesta no tenía sentido. El alumno dijo que lo había leído en su libro. Con toda seguridad, precisó.

El profesor le pidió que le entregara el libro y que leyera en voz alta en su presencia:

El alumno leyó con aplomo pensando que iba a demostrar al profesor que tenía razón. En efecto, leyó y se le quedó mirando como diciendo: ¿lo ve? El texto decía lo siguiente: “Los judíos fueron expulsados de la península porque no querían retractarse”. El profesor le hizo caer en la cuenta del significado del verbo retractarse. El alumno experimentó entonces la vivencia del ¡ah!, de la que habla el psicólogo Katz. “¡Ah!: ahora lo entiendo”.

En este mismo blog contaba hace meses la anécdota que una exministra de educación de la provincia de Mendoza (Argentina), a su vez profesora de Lengua y Literatura, me contó durante una cena. Le pidió en cierta ocasión a sus alumnos que escribieran una frase en la que apareciese un tiempo del verbo yacer. Uno de sus alumnos escribió: “A la orilla de la calle el perro ya se murió”.

Se hizo célebre hace algunos años un libro de un profesor de Bachillerato, Luis Díaz Jiménez, que se titulaba: “Antología del disparate”. El libro tuvo tanto éxito que poco después escribió “Nueva antología del disparate”. Unos años más tarde dos espabilados periodistas, Miguel Villarejo y Javier Serrano, escribieron otro libro titulado “Voy a pasar lista cronológica y otros disparates de los profesores”. Me pareció una idea excelente porque creo que es un error pensar que los disparates son propiedad exclusiva de los alumnos.

He leído, en alguna de esas recopilaciones de erratas, que un alumno dejó por escrito esta perla: “San Pedro se convirtió en el primer boticario (por vicario) de Cristo en la tierra”. Una curiosa confusión de ocupaciones. Otro alumno formuló esta interesante definición: “odontólogo es un animal carnívoro que se alimenta de presas vivas”. Un tercer estudiante decía que “los hombres primitivos se vestían con pieles y se refugiaban en la tabernas”. “Fe, decía otro, es lo que nos da Dios para poder entender a los curas”.

Ay, cómo y cuánto disfruto leyendo libros como “El dardo en la palabra” (Galaxia Gutenberg, 757 deliciosas páginas) de Fernando Lázaro Carreter. En cada una de sus líneas puedes comprobar el rigor que exige hablar y escribir con propiedad y la facilidad y frecuencia con la que aparecen esos dardos que hieren las palabras..

Y qué deliciosas confusiones y equívocos provoca su mal uso. Recuerdo haber oído decir a la actriz protagonista de no sé qué película, una rubia tan despampanante como inculta, que ella leía el periódico “espasmódicamente”.

No se dónde leí o escuché esta simpática anécdota. Le preguntaban a un abanderado si se jactaba de serlo por el honor que suponía la distinción de portar el símbolo de la patria. Él abanderado contestó:

– Sí, yo me jartaba de llevar la bandera pero, entonces se la pasaba a un compañero y yo me libraba de esa carga.

Me contó un amigo que, desde muy niño, aprendió a rezar la salve cometiendo un curioso error, que siguió repitiendo hasta casi adulto. En lugar de la expresión “vida, dulzura y esperanza nuestra”, decía una y otra vez: “viva el cura, esperanza nuestra”. Parece increíble. Por mucha simpatía que le profesase al clero.

Los niños y las niñas son una fuente inagotable de hallazgos lingüísticos. Hace unos días mi hija Carla, poco convencida de las explicaciones que le daba, me dijo:

– Papá, me estás “mentirando”.

Qué decir de las erratas, de cuya inocencia siempre he dudado. Como aquella que vi en la crónica de un periódico en la que se informaba de la reciente visita del prelado a la localidad: “Ayer nos visitó nuestro querido señor Obispo, tonto más amado cuando más conocido…”. Lean el hermoso y sugerente libro titulado “Vituperio (y algún elogio) de la errata”, de José Esteban, publicado en 2003 por la Editorial Renacimiento.

Hay erratas a las que no se les puede negar una intención. En plena dictadura, en el periódico El Hierro, se cambiaron de lugar dos pies de ilustración. En una de ellas aparecían dos buques de la Armada española y en otra la fotografía del General Franco y su esposa Carmen Polo. Bajo la fotografía de los barcos aparecía este texto: “Franco y su esposa ayer en Bilbao”. Al pie de la fotografía de la pareja se podía leer: “Dos destructores de España”.

En nuestros días, es difícil pensar que el cambio de vocal en el apellido se debe a los duendes de la escritura y no a la intención del autor cuando cambia Rodrigo Rato por Rodrigo Rata (para lectores y lectoras extranjeros, quiero aclarar que este personaje fue vicepresidente del gobierno y ahora está metido en la ciénaga de la corrupción más escandalosa) .

El lenguaje nos une y nos comunica, nos divierte y nos asusta, nos envuelve y nos expresa, nos reta y nos enamora. Disfrutar del lenguaje, amar el lenguaje, explorar el lenguaje, jugar con el lenguaje, vivir el lenguaje. Ojalá que los profesores seamos capaces de avivar esa pasión. Para ello tenemos dos campos de prácticas, abiertos a todas horas y en todas partes: leer y escribir, escribir y leer.

36 respuestas a «Micción cumplida»

  1. Gracias, Miguel Ángel, porque es bueno y saludable comenzar el dia riendo con ganas.
    Del lenguaje surge lo bien entendido y los malos entendidos. Me hace gracia cuando los políticos sueltan lo que sueltan, y dicho muy claramente, y ante el revuelo social que provocan dicen que se les ha entendido mal, que lo dicho no era lo que querían decir. En fin, lenguaje de políticos.
    El lenguaje sirve para entendernos, pero está visto que cada uno entiende las cosas a su manera. No entiende lo mismo el ignorante que el culto o sabio. Para reír un poco escribiré como entienden algunos las cosas:
    Decía uno: la “armeja” se alimenta chupando los microbios de las aguas submarinas.
    La vaca tiene una piel fuerte y dura, con lo cual puede “cojer” los “caldos” y otras plantas con pinchos.
    El corazón es un aparato encargado de producir sangre.
    La sangre venosa procede de un pulmón y se purifica en el otro pulmón.
    Le preguntan a un alumno. ¿Qué es el pancreas? Respondre: son unas masas salibares que están en la garganta.
    En fin, infinidad de ellas. En la “Antología del disparate” de Luis Díaz Jiménez, se puede uno pasar un buen rato riendo, de eso, de disparates.
    Saludos a todos en estos días de alegría, para los creyentes por su fe, y para unos y otros por estos días de vacaciones.

    • Querido Joaquín:
      Muchas gracias por tan simpáticos ejemplos.
      Y gracias también, como siempre, por tu lealtad a la lectura de este blog y por hacernos partícipes de tu experiencia, de tu sensatez y de tu sabiduría.
      Muchas gracias,
      Felices naciones permanentes de jubilado.
      Un abrazo.
      MAS

  2. Querido Maestro!
    Tanto como usted amo el lenguaje!
    Las palabras dan ejemplos de lo que se puede expresar y de lo que se quiere entender.
    Son transmisores de pensamientos a veces buenos y otros dañinos. La clave es entenderlas bien, porque una vez pronunciadas los efectos son impactantes y el daño instantáneo si se dicen con mala intención.
    Hace algún tiempo que tengo una hipoacusia bilateral que me impide escuchar bien el placentero sonido de las palabras sin embargo disfruto de los poquitos sonidos que me llegan , una bonita melodía, los cantos de los pájaros y el estruendo del mar.
    Alguien dijo:” Que importa la sordera del oído cuando la mente oye, la verdadera sordera, la incurable es la de la mente”
    El lenguaje es la mejor herramienta que tenemos para acercarnos a las personas y transmitir afectos pero hay que medir y no decir las palabras que producen desgarros emocionales.
    Ha sido un placer leer su comentario lleno de anécdotas divertidas.
    Hoy sábado día de descanso de tantas salidas procesionales y emociones a flor de piel.
    Feliz fin de semana para todos.
    Sin más me despido con un cordial y cariñoso saludo.

    • Querida Loly:
      No sabía lo de tu hipoacusia. Como dices, hay formas de aceptarla, de suplirla y de aprovecharla. Piensa que te será más facil dejar de oír muchas majaderías.
      Anmar y hacer amar el lenguaje como una forma de comunicación que nos comunica, enriquece nos une, results un tarea magnífica.
      Te remito al artículo que publiqué hace meses en este blog titulado TANTOS Y TAN HERMOSOS MILAGROS.
      Na sabes cuanto agradezco la fidelidad de tu lectura y tus siempre sensibles y atinados comentarios.
      Besos.
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  3. Buenos días Miguel Ángel: colorido artículo, mi alumno de primer grado entonaba con mucho respeto “Oid mortales el Cristo sagrado”, no pude evitar sonreir ante su inocencia, años mas tarde escuche con convicción cantar “Aqui está la bandera y no la traigan” , qué rico el lenguaje, el que se expresa con palabras, con miradas, con gestos, ese lenguaje que me permite hablar y esuchar, leer y escribir….es mágico el “trabajo” docente. Un cariño

    • Querida Marisa:
      !Qué dos ejemplos más preciosos!
      Gracias por compartirlos.
      Sí, también existen otros lenguajes además del hablado del escrito.
      Y qué estupendo que pensemos en la responsabilidad que tenemos los educadores y edu©adoras de hacer amar el lenguaje. De procurar que los alumnos y alumnas amen la lectura y la escritura.
      Besos.
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  4. Perdón no tuve en cuenta que di ejemplos de canciones Argentinas , nuestro Himno Nacional dice “Oid mortales el grito sagrado” el niño dijo “Oid mortales el Cristo sagrado” y la Marcha a mi Banders dice “Aquí está la Bandera idolatrada” y el niño cantaba “Aquí está la Bandera y no la traigan”

    • Querida Marisa:
      Yo conocía las dos canciones pero has hecho bien en aclararlo para los lectores y lectoras.
      Muchas gracias.
      MAS

  5. Sí, Miguel Ángel, son muchos los ejemplos del uso del lenguaje que suelen hacer los niños que por las múltiples tareas que tiene que hacer un docente, no siempre por desidia, no son recopilados. Efectivamente, cualquiera de nosotros podría escribir un buen muestrario como ha hecho Joaquín Álvarez.

    Mi hija, Carla, que tu concistes en tu visita a Jaén, también suele realizar unas conjugaciones de los verbos muy particulares, ya sea utilizando la lógica de una niña de cinco años o la analogía con otros verbos, pero es que nuestro lenguaje es tan rico que tiene tiempos regulares e irregulares…

    Utilizamos el lenguaje con los niños con una propiedad tal que en muchos casos no saben lo que les decimos. Usamos vocablos pensando que son tan básicos que han de ser conocidos por nuestro alumnado. El silencio de los niños no implica conocimiento. En ocasiones preguntan por el significado de palabras desconocidas, pero en otras muchas otras callan y pensamos que el mensaje ha sido comprendido. De ahí que sea necesario preguntar o aclarar los términos que utilizamos por muy básicos que sean, tanto en el lenguaje escrito como en oral. Es precisamente en el lenguaje oral donde se puede dar estas situaciones a las que hago alusión. En la lecturas solemos prestar más atención al vocabulario…

    Cuando hacemos uso del lenguaje, sea oral o escrito, desarrollamos nuestro cerebro a nivel funcional y fisiológico. Porque el uso del lenguaje es un acto cognitivo como puede apreciarse en la imagen que ilustra esta entrada. Y Miguel Ángel, que hace siempre un buen uso del lenguaje, demuestra poseer una buena red nerviosa cerebral…

    Espero no haber HERRADO…………………………. el caballo. 🙂

    • Querido Juan Carlos:
      Muchas gracias.
      Me ha encantado tu comentario. Estupendas las reflexiones respecto al lenguaje y a la enseñanza. ¿Qué es lo que entiende de aquello que les decimos? ¿Qué connotaciones dan a las palabras?
      Importante cuestión. Porque damos por hecho que el mensaje transmitido llega íntegra y fielmente a sus mentes.
      Me gustaría conocer las conjugaciones de tu hija Carla, de quien me acuerdo siempre con afecto.
      Un gran abrazo.
      MAS

      • Por ejemplo, he decío, yo creiba, me voy a venir (en vez de me voy a ir)…

        Por cierto, ayer un amigo director me pidió tu correo para invitarte a la inauguración de un colegio de Jaén. Le indiqué que está en la presentación del autor de este blog. Ya le he dicho que si al final llegáis a un acuerdo que me envíe una invitación para ir a saludarte…

        • Querido amigo:
          Significativos ejemplos.
          Ya me han contactado. Ya hemos quedado.La fecha será el día 30 de mayo por la tarde. Y me han pedido algunas reflexiones y propuestas sobre atención a la diversidad.
          Me encantaría poder saludarte en esa ocasión.
          Casi podría decir: si tú no vas, yo no voy.
          Un abrazo.
          MAS

          • Querido Juan Carlos:
            Será un placer volver a verte.
            Aprovecho la ocasión para compartir contigo un hallazgo lingüístico que acabo de escuchar en la radio y que he confirmado en la red.
            La palabra chachi (para expresar algo estupendo) proviene de la postguerra española, concretamente de Cádiz. Se importaban de Inglaterra cosas valiosas. El primer ministro inglés era Churchil. Lo bueno era Churchil, chancha, chachi… Increíble. ¿No?
            Saludos y buenas noches.
            MAS

    • Querida Ana:
      No he entendido bien tu comentario.¿Me lo puedes ampliar un poquito más?
      Tengo una idea de lo que pretendes decir, pero no estoy seguro.
      GRACIAS.
      MAS

  6. Para mí es muy importante el fomento de la lectura y del uso del diccionario.
    Antes cuando era joven decía erratas importantes como “fuera hecho” en vez de “hubiera/hubiese hecho”. Yo por ejemplo hubiera respondido igual que el que dice que él se jartaba 🙂
    Jactarse en sí no es una palabra que utilicemos en nuestro lenguaje diario, él digamos que adaptó lo que oyó.

    El lenguaje es una asignatura que debemos mejorar (yo la primera), pero debemos prestar atención al lenguaje no verbal que es igual de importante.

    Ana.

    • Querida Ana:
      El lenguaje es una asignatura de la vida que no tiene fin. Se puede (se debe) ir aprendiendo cada día.
      Y se puede disfrutar haciéndolo.
      Estoy contigo en que no solo existe el lenguaje de las palabras.
      También hay que saber escuchar y hablar en esas otras formas de comunicación.
      Besos y gracias.
      MAS

  7. Excelente artículo con anécdotas preciosas que muestran las maravillas del lenguaje.
    Qué importante resulta dominarlo para poder entender a los otros y para poder expresarse,
    En efecto, en el lenguaje infantil se producen constantemente increíbles muestras de ingenio a través de la palabra.
    Deberíamos, como se nos invita a hacer, recogerlas y analizarlas.
    Saludos y gracias.

    • Querida Raquel:
      Gracias por asomarte a esta ventana de mi blog. Y gracias especialmente por compartir tu comentario.
      A mi me preocupa mucho la tarea de los profesores que tenemos la misión de acercar a los alumnos y a las alumnas a este maravilloso mundo de la palabra. ¿Cómo es posible que, después´les de pasar por la escuela, algunos odien la lectura y la consideren una actividad aburrida?
      Algo estamos haciendo mal.
      A propósito de de esta idea, quiero comentarte que un profesor de la Complutense nos está copo-rodando a un grupo de autores para exhibir algo sobre LO QUE HACEMOS MAL EN EDUCACIÓN. A ver qué sale.Prometedor proyecto.
      Besos y gracias.
      MAS

  8. Sobre curiosas modificaciones al texto original recuerdo que, en mi pueblo, se cantaba en la Semana Santa una canción que decía: Perdona a tu pueblo, Señor, Perdona a tu pueblo, Perdónale, Señor. Y seguía diciendo: No estés eternamente enojado. No estés eternamente enojado., Perdónale, Señor.
    Pues bien, un vecino me decía que durante años, él estuvo cantando: No estés eternamente mojado. No estés eternamente mojado. Perdónale, Señor.
    Esto es una verdadera maravilla.
    Buena semana.

    • Querida Carlota:
      Simpática anécdota la que compartes con los lectores y lectoras de El Adarve.Muchas gracias.
      Gracias también por asomarte a estas páginas. Sélo apresurados que estamos para hacer esta entrega de tiempo que exige leer y escribir.
      Besos y gracias.
      MAS

  9. Me parece un artículo lleno de ingenio. Y con una interpelación a los educadores sobre la tarea de ayudar a descubrir las maravillas del lenguaje.
    Es importante vivir el aprendizaje de la lengua no como un castigo sino como una aventura. Por eso creo que la didáctica de la lengua tiene tanta importancia.
    Enhorabuena por el artículo y gracias.

    • Querida Elena:
      Desde luego que tenemos un reto muy grande quienes nos dedicamos a la enseñanza. Siempre me pregunto; ¿por qué hay niños y niñas que aborrecen la lectura?, ¿por ué, después de pasar tantos años en el sistema educativo, no se han apasionado por el lenguaje?, ¿qué hemos hecho mal (o no suficientemente bien) para que no les guste leer y escribir?
      Solo desde la formulación de preguntas podremos buscar respuestas.
      Si creemos que toda la culpa es de los demás o si pensamos que todo lo hacemos bien, no podemos mejorar lo que hacemos.
      Besos.
      Gracias.
      MAS

  10. El texto me parece divertido y sugerente. Nos hace descubrir la potencia del lenguaje para generar comunicación y para desvelar llamativas distorsiones.
    Es estupendo vivir el lenguaje así, desde la curiosidad, desde el ingenio, desde la diversión.
    Deberíamos estar atentos (familias y profesionales de la educación) a la evolución del lenguaje.
    Saludos cordiales.

    • Querida Paula:
      Perdemos muchas posibilidades de disfrute. Con lo apasionante que resulta leer y escribir, resulta increíble que haya personas que se aburren e, incluso, sufren, cuando tienen que4 hacerlo.
      Algo falla. En quienes enseñamos o en quienes aprendemos.
      Y, sí, estoy contigo en el interés que tiene la evolución del lenguaje en los niños, en los jóvenes y en los adultos.
      ¿Cómo se puede prometer enseñar una lengua en 15 días?
      Auer leyendo la novela PATRIA, después de más de medio siglo estudiando, me encontré con una palabra castellana que jamás había visto ni oído.
      Nunca se acaba de dominar una lengua.,
      Besos y gracias.
      MAS

  11. Me ha gustado mucho el artículo.
    En primer lugar porque me he divertido muchísimo y, en segundo lugar, porque me ha hecha caer en algunas cuestiones sobre las ue nunca había pensado. En tercer lugar porque me ha estimulado para leer y escribir con más frecuencia y entusiasmo.
    Abrazos.

    • Querido Federico:
      Gracias por este comentario, por valorar el artículo y, sobre todo, por la promesa de que vas a leer y a escribir con más frecuencia y entusiasmo”. Los dos términos me parecen importantes.
      Bueno es también compartir los hallazgos que hacemos.
      Un abrazo.
      MAS

  12. Hola Miguel Ángel.

    El lenguaje es muy cabroncete, nos puede jugar malas pasadas. Pero ahí estamos, en el intento de conocerlo y manejarlo con soltura y propiedad, que se entienda lo que decimos y, a veces hasta nos esforzamos en que quede bonito.

    Yo ya no estoy muy seguro de nada. A lo adultos no nos hace mucha gracia que nos corrijan, sobre todo si son nuestros alumnos o hijos.

    Si estoy en un examen de historia o naturales, y cometo dos faltas de ortografía, ¿debo perder puntos en esa supuesta medición de esos conocimientos?

    Como dije, ya no estoy seguro de nada, pero estamos todos y todas para echarnos una mano, y no sé si debo o no decirte que debieras revisar el comentario que le haces a Federico.

    Que usted tenga buen viaje y lo enseñe y disfrute bien, señor Guerra. Un abrazo. (Dame caña si el equivocado soy yo).

    • Estimado José Antonio:
      Cuando fui Director de un Colegio en Madrid confeccionamos un pequeño Libro de estilo que aun conservo. Estuiamos los errores más frecuentes. Más del 90% de ellos se producían en 40 palabras. Pensamos que si sabían escribirlas correctamente evitar´nos. muchas faltas. Y en ese libro había algo acuerdos e los profesores para tener en cuenta (fueran de la asignatura que fueran) las faltas de ortografía.
      Revisado el comentario Federico. Gracias. Ya ves por dónde vino el error: con frecuencia es frecuentemente y con entusiasmo entusiásticamente. Se agradece la observación.
      Un gran abrazo.
      MAS
      Me ha hecho gracia eso de que el lenguaje es “muy cabroncete”. Es muy cierto, desde luego.

  13. Hola Miguel Ángel.

    Dado que no tengo ninguna de esas frases graciosas de nuestros niños, de esos errores que tanto esconden detrás. Dado que estoy seguro que para hablar y escribir bien, o de una forma correcta, son necesarios buenos ejemplos, buenas lecturas.. Dado que no soy un gran lector de novelas, y me gustaría tener ese vicio. Dado que tras las palabras escritas hay mucha fantasía, mucho aprendizaje, muchos sentimientos, quiero compartir contigo y con el resto del barrio el siguiente microrrelato de Espido Freire. Se titula COMPAÑIA.

    ¿Por qué le gusta tanto leer a Aurora? A veces se lo preguntan. A veces se lo pregunta. Es una apasionada lectora. No llama la atención a su familia, o a sus compañeras de trabajo por el tiempo que le dedica (tiene que buscar ratitos perdidos, horas robadas), ni por el número de libros al mes, que casi nunca pasa de uno.
    No, es la pasión. Tiene que ver con la intensidad, con ese secreto que oculta. Acaba el libro, lo cierra, y mantiene la mirada fija en el suelo, pero en realidad, no ve las pequeñas juntas de las baldosas, ni la esquina con el tiesto y la araucaria. Apenas se atreve a tocar de nuevo la portada. Hay alguien que ha sido capaz de escribir esto, piensa; alguien en el mundo comparte lo que yo siento, alguien ha puesto palabras a esas emociones que antes creía que sólo yo sentiría. Esto es un milagro–dice, y siente deseos de iniciar de nuevo la lectura de la novela, desde la página cero, pero no se atreve. No sabe si quiere, en realidad, hay otros libros que la esperan y quiere saltar a ellos-. Alguien, en el otro lado del mundo, en otro idioma, ha sido capaz de comprender lo que yo siento. Esto es un milagro. No estoy sola, no soy rara. Hay alguien, un desconocido, que me comprende.

    Pues eso. Gracias Miguel Ángel, por cada sábado y por cada día de comprensión. Por cada semana de saber y reflexión. Leer ayuda a todo eso.

    Al fin y al cabo, yo tampoco soy tan raro.

    • Querido José Antonio:
      Precioso texto de Espido Freire. Gracias por compartirlo.
      Será un magnífico puente para el artículo de mañana que estará dedicado al Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor. Haré en él un triple homenaje: a los escritores (y escritoras) VIVOS, a los escritores (y escritoras) que no han llegado a publicar y a las escritoras que ha. dedicado su talento y su trabajo como “negras literarias”.
      Gracias, pues, por el puente que has tendido entre los dos textos.
      Un gran abrazo a un gran lector.
      MAS

  14. Querido Miguel Ángel, leyendo el divertido escrito… recordaba la anécdota pícara de Quevedo, que en cierta ocasión apostó con un amigo a que llamaría “coja” a su majestad la reina delante de todo el mundo (remarcando su defecto físico). Quevedo se presentó en palacio con un ramo de flores, pero una de cada clase. Al agradecimiento de la reina por el detalle, el poeta replicó: “Señora, traigo un ramo que sólo será el anticipo del que os traeré. Desconociendo vuestra flor favorita, “entre el clavel y la rosa, su majestad escoja”. Aunque yo conocía la historia pero en vez de un ramo, era una habitación repleta y decía algo así como “de entre estas flores tan hermosas…”

    Un detalle, en el comentario sobre Franco, ¿no debería decir al “pie” y no “al pide”? Consulto porque existen modismos que muchas veces ignoro.

    Al pide de la fotografía de la pareja se podía leer: “Dos destructores de España”.

    Muchas gracias, hasta más ver…

    Rita María Gardellini

  15. Maestro, me hace acordar de alguna vez que pregunté en clase ¿quien era la mujer de Pedro El Grande? unos de mis estudiantes muy certeramente me respondió – La hija de la suegra de Pedro El Grande. Lo maravilloso de las palabras es que nos dejan vislumbrar lo posible, en mares de dudas y de entuertos.

  16. Buenos días Miguel Ángel,

    Leo y leo, y releo, hasta que se me cansa la vista o hasta que me cansan los contenidos. Leo todo aquello que llama mi atención. Sin embargo, aún no he aprendido mucho a saborear las palabras.
    Entiendo por los comentarios que es usted docente, y amante de la lectura y la escritura, y me pregunto si transmitirá usted a su alumnado esta pasión. Considero que es la educación un pilar básico para la creación y el desarrollo de hábitos y actitudes, y es el docente el gran artífice de todo este proceso. Pero observo que hay un panorama en el que en las diferentes redes sociales, y, especialmente, entre los adolescentes, se va denigrando el uso de la palabra: la amplitud de vocabulario es escasa, las faltas de ortografía son abundantes, y el continente no importa si “yo me entiendo”.
    Ante este contexto, abordado con humor (en los diferentes libros que ha mencionado, y en el artículo que usted ha escrito), le pregunto ¿cómo cree que podríamos cambiar este panorama?

    • Estimada Inma:
      Sí, soy (he sido docente en todos los niveles del sistema educativo).
      He procurado (y sigo procurando) que mis alumnos amen la lectura, que se apasionen por el lenguaje.
      Comparto muchas de tus preocupaciones por la situación y una buena parte de las causas que apuntas.
      Y también tu diagnostico sobre la importancia que tiene la educación.
      Hay que hacer muchas cosas, pienso.
      Tiene que haber políticas más favorables a la cultura.
      Tine que mejorar la formación y la selección de los profesores y las profesoras.
      Tienen que colaborar en ese empeño las familias.
      Muchas gracias por la lectura y por el comentario.
      Besos.
      MAS
      Los adultos tenemos que dar ejemplo a los niños y a los jòvenes.

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