El lanzador de cuchillos con la enfermedad de Parkinson

20 Ago

Un mal docente es como un lanzador de cuchillos con la enfermedad de Parkinson. El desastre está asegurado. Las heridas o la muerte son más que probables en quien actúa  como sujeto experimental, por muchas dotes acrobáticas que tenga. No se librará de las heridas o de la muerte.

Un mal docente es como un lanzador de cuchillos con la enfermedad de Parkinson. El desastre está asegurado. Las heridas o la muerte son más que probables en quien actúa como sujeto experimental, por muchas dotes acrobáticas que tenga. No se librará de las heridas o de la muerte.

No dejarías ni un segundo a mi hija delante de ese lanzador. Los riesgos serían extremos. Cuando anunciase que iba a marcar el perfil de la cabeza con los cuchillos clavados en la pared, nadie se quedaría impasible en el sitio, salvo un suicida Cualquier persona medianamente sensata emprendería una veloz carrera.

El problema del sistema educativo es que, en algunas etapas, es obligatorio. Y ese lanzador seguirá clavando cuchillos si alguien no se lo impide. Hay que apartarle de la función hasta la completa curación.

Pero, ¿quién y por qué es un mal docente?

Quien no sabe. Es un mal docente el que no sabe lo que tiene que enseñar, el que no domina su campo disciplinar, el que no conoce a sus alumnos y alumnas ni se esfuerza por hacerlo, el que no conoce en qué mundo vive ni en qué institución enseña…

Quien no sabe hacer. Es un mal docente quien no sabe enseñar, quien no tiene estrategias didácticas para conseguir la motivación necesaria para que  aprendan, el que no sabe gobernar el aula ni relacionarse con sus colegas ni con sus alumnos…

Quien no quiere. Es un mal docente el que no tiene voluntad para hacer bien la tarea, el que no se preocupa por prepararse, por relacionarse, por llevar a cabo con perfección las exigencias de su profesión…

Quien no sabe ser. Es un mal docente quien no da ejemplo, quien no tiene respeto por sí mismo ni por los alumnos ni por su profesión, el que desprecia su función con malas actitudes, malos comportamientos y pésimas relaciones…

Quien no puede. Se convierte en un mal docente quien no dispone de las condiciones necesarias para hacer bien la tarea. Si el piso no es firme, si el cuchillo es de mala calidad, si la visibilidad es deficiente, puede originar un desastre.

Hay unas soluciones genéricas que hacen muy difícil que tengamos docentes malos o malos docentes (es muy diferente decir un griego desnudo que un desnudo griego).  Esas soluciones tienen que ver con los procesos de selección, de formación inicial, de formación permanente y de organización del profesorado.

No puede seguir funcionando el sistema con el estado de opinión implantado de que quien no vale para otra cosa vale para ser docente. Hay que revertir esa forma de pensar. Es decir, hay que plantearse que para realizar una tarea tan compleja y tan importante hay que elegir a las mejores personas  de un país.

Hay que plantear una formación inicial rigurosa, consistente, práctica y orientada a la acción. Con una potente simbiosis de teoría y de práctica. En grupos pequeños (no masificados), con buenos formadores e instituciones con  sensibilidad y capacidad de innovación.

El docente no se forma de una vez para toda la vida. El saber se incrementa de forma exponencial, los contextos se modifican, los aprendices cambian, las circunstancias se modifican.  La formación permanente o formación en la acción tienen que fortalecerse y perfeccionarse.

Finalmente, la cuarta exigencia para que tengamos buenos docentes, es que se organice su práctica de forma racional y exigente. Dignificar la profesión desde la política, desde la sociedad y desde la actuación de las familias es muy importante para que los docentes actúen con solvencia.

A pesar de todo, por motivos diferentes, puede haber en la docencia  casos de profesionales que no dan la talla, que son un peligro para los alumnos y las alumnas. Conozco casos en los que año tras año, los alumnos y las familias expresan quejas justificadas de mal proceder de algunos docentes. Quejas fundadas, argumentadas y evidentes.

Me preocupa que no se haga nada para evitar situaciones inadmisibles. Todo el mundo sería partidario de impedir al lanzador de cuchillos con la enfermedad de Parkinson que practicase con personas de carne y hueso.  No habría problema en que lo hiciese con muñecos de trapo mientras no esté curado.

Suele haber consenso sobre estos malos docentes. Es decir, los alumnos, los padres y las madres, los colegas y los directivos se muestran unánimes ante la desaprobación por el proceder de un mal docente.

Lo que pasa es que no se quiere o no se puede  entrar en la faena y decir: usted no puede dedicarse a esta delicada tarea con una actitud o con un comportamiento como el suyo. Hay en estas actuaciones perversas una escala de diversa naturaleza y grado: desde los abusos y  el maltrato hasta la incompetencia intelectual y  didáctica.

Las autoridades educativas tienen una especial responsabilidad en estas cuestiones. Pero no solo ellas. Los colega, las familias y alumnos no pueden permitir que se causen daños al prójimo sin abrir la boca, pensando que “el que venga detrás, que arree”.

Desde mi punto de vista habría que seguir  cuatro pasos en la intervención:

Diagnosticar con rigor y claridad lo que sucede en el caso concreto que es objeto de preocupación. ¿Qué es lo que pasa realmente? ¿En qué consiste el problema? ¿Cuál es el origen del mismo? No es igual que el profesor no sepa a que el profesor no quiera. Porque si no sabe, puede aprender. Pero si no quiere, es muy difícil solucionar el problema.

Dialogar con el interesado para ver qué posición tiene ante la situación. No es igual que reconozca el problema a que se cierre en banda achacando la situación a los demás. Ese diálogo está en la base del diagnóstico y de la intervención.

Actuar de manera racional y ética. Eso quiere decir que hay que tener en cuenta los intereses del docente y los intereses de los alumnos y de las alumnas. No se puede permitir que el lanzador de cuchillos siga causando heridas y muerte de forma impune. La casuística sería infinita. No es igual el caso de un docente que está dispuesto a solucionar el problema que el de otro que se niega en redondo a tomar cartas en el asunto. Y así, de forma temporal, habría que apartar de la docencia a esos lanzadores que son una amenaza evidente y constante para los alumnos y alumnas. Hay puestos en la administración educativa que no conllevan responsabilidad directa con los alumnos.

Finalmente, habría que evaluar periódicamente la intervención que se ha efectuado. No siempre ha de considerarse irrevocable una decisión. Porque pueden cambiar muchas variables de la situación o las actitudes de las personas. Hay enfermedades que con un buen tratamiento tienen curación.

En todos los pasos de este proceso hay que actuar con extremada cautela y con el máximo respeto a las personas. A todas las personas. La ética ha de presidir estas intervenciones para que todos se sientan comprendidos. En cualquier campo esta es una exigencia fundamental, pero en la educación es consustancial a la naturaleza de la tarea.

No ignoro que a los docentes se les lanzan cuchillos afilados desde muchos lados del sistema. Ellos y ellas también deben ser protegidos del daño. Pero esa es harina de otro costal

34 respuestas a «El lanzador de cuchillos con la enfermedad de Parkinson»

  1. Miguel Ángel, nos has proporcionado un gran examen para el docente. Yo creo que los malos docentes no lo son tanto porque no dominen la materia, ya que al menos en la pública exigen pasar unas oposiciones, sino en la actitud de esos docentes; si son unos pasotas, si no se preocuparan de impartir bien la materia, ni se preocupan de los problemas de sus alumnos. ¿Qué se puede esperar de ellos?
    Lo único que preocupa a dichos docentes es que no les molesten los alumnos, lo que lleva a aplicar sistemas disciplinares que son un problema, no un remedio.
    Comentando hoy sobre estos docentes, sí que la dirección debiera tomar cartas en el asunto, pues resulta que quien, en teoría, está para curar, lo que hace es enfermar. Hay docentes, que sobre todo en la etapa de la adolescencia, hacen daños irreparables a sus alumnos.
    Todos los dedicados a la educación sabemos de todas estas cosas, pero quiero quedarme con la idea,y con lo vivido, de que la mayoría de los docentes se preocupan y lo dan todo por mejorar a sus alumnos.
    Saludos.

    • Querido Joaquín:
      Comparo tu idea de que este tipo de docentes son excepciones. Creo contigo que la mayoría, la inmensa mayoría son personas con una responsabilidad extrema y una competencia satisfactoria para realizar la tarea con garantías.
      Un abrazo, querido amigo.
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    • Estimado José:
      N8unca he dejado de reclamar unas condiciones dignas y un sueldo equiparable a la dificultad y a la responsabilidad que tiene en docente. En este mismo artículo digo que so las condiciones son malas, l docente no puede realizar bien su tarea. Lo he dicho en conferencias antes Ministros e Educación, lo he escrito hasta la saciedad. No me olvido de este aspecto. No solo del sueldo. Hablo también de las condiciones.
      Saludos y gracias por participar..
      MAS

  2. Si encima el lanzador se tapa los ojos, más peligroso aún. Me refiero a los colegas que no le gustan los niños.

    Por otra parte, siguiendo con el símil circircense, los docentes, en muchos casos, nos convertimos en prestidigitadores, malabaristas, payasos, acróbatas, domadores…. para intentar desempeñar nuestra función lo mejor posible. Mucho más cuando, al igual que sucede con el circo, muchos tienen que trasladarse de un lugar a otro con asiduidad.

    ¿Cómo están ustedes?…. Espero que cargando pilas que comenzamos en breve…

    Un abrazo Miguel Ángel.

    • Querido Juan Carlos:
      Gracias por enriquecer el artículo con tu comentario. Pues sí, el lanzador que se tapa los ojos, es todavía más amenazador.
      Qué tremendo.
      Hay que descansar. Porque educamos para el trabajo pero no para el ocio. Hay gente a la que le ha destruido la vida no tener trabajo y otra que ha sido destruida por no saber vivir el ocio y se ha entregado al aburrimiwentio, a la delincuenvia o a la droga.
      Un abrazo.
      MAS

  3. Excelente metáfora. Más clara, imposible.
    Para hacernos reflexionar a todos. A los responsables politicos,a los directivos, a las familias, a los docentes y a los alumnos.
    Buen fin de semana. Y buena semana que entra.

  4. Estimado Miguel Ángel: Por favor, me podría explicitar un poco más, qué sería “una formación inicial rigurosa, consistente, práctica y orientada a la acción. Con una potente simbiosis de teoría y de práctica”. Muchas Gracias.
    Mi respetuoso saludo.

    • Estimado Jorge:
      Lo que me pides es un libro.
      La cuestión de la formación inicial es gran envergadura.
      Hace ya tiempo escribí un artículo sobre este tema titulado así: La formación inicial o el curriculum del nadador.
      HAY UNA ENORME BIBLIOGRAFÍA SOBTE ESTA CUESTIÓN.
      La formación permanente es otro tema de gran calado. Te remito a mi libro ENASEÑAR O EL OFICIO DE APRENDER. ORGANIZACION ESCOLAR Y DESARROLLO PROFESIONAL.
      UN GRAN ABRAZO Y GRACIAS POR TU INTERÉS.

  5. ¡Querido Maestro!
    Importante tema el que analiza hoy en su comentario.
    Para mi la actitud y la vocación son pilares esenciales para ejercer la profesión de educador.Y añadir a esta masa un poquitín de esencia de amor, perseverancia, ilusión, magia y respeto hacia los demás.Mi argumento es que el educador nace y se hace.Es algo que se lleva dentro del corazón y del alma y que se reconoce cuando las circunstancias te pone la profesión en tu camino y luego te la quita.He saboreado el momento como lo más grande gracias el esfuerzo personal que he puesto.
    En mi trayectoria profesional he visto de todo, quien le gustaba la profesión y quien se agarraba a ella para sobrevivir,quién hacia un daño tremendo a los alumnos y quién se desvivía por ellos.
    La clave está en,como nos relacionamos con el entorno aunque este nos sea adverso.
    El amor mueve montañas,y las soluciones van por ese camino.
    Agradecida siempre de la sabiduría de sus palabras y de las cambios que con ellas iniciamos en nuestras vidas.
    Sin más me despido de todos con un cordial y afectuoso saludo.

  6. Querida Loly:
    Puye si, la actitud s lo esencial.
    Con las mismas circunstancias y condiciones hay docentes maravillosos y docentes pésimos.
    Hay que cultivar la actitud.
    Gracias por participar.
    Besos.
    MAS

  7. (Desde mi móvil. Ya me ha gastado una jaimitada)

    Bos días familia do Adarve.

    MA nos dice quién es un mal profesor. Y también quién es un buen profesor.

    Para mí, resumiendo todo mucho, un buen profesor, un buen profesional de su oficio, es, ante todo, una buena persona. Alguien con quien dejarías a tus hijos con absoluta tranquilidad, porque sabes que les importan casi tanto como a ti.

    De momento no he dicho nada. Falta ponernos de acuerdo en definir qué entendemos por buena persona.

    Se lo dejo a MA y a todos vosotros y vosotras.

  8. Estimado Miguel Ángel.

    Gracias por tu artículo. Me gusta la metáfora que haces entre el lanzador de cuchillos con parkinson y el mal docente.

    Cuando pienso en todos los Maestros/as que han compartido labor docente en mi centro con vendas en los ojos y parkinson ante alumnos/as, madres/padres y compañeros/as me resulta increíble que nadie (directores/as, compañeros/as o administración) pudiesen hacer nada.

    El personal de los centros se mantienen al margen. Nadie quiere hacer frente ante malas actuaciones de otros docentes, no quieren “mojarse” no sea que les salpique también a ellos. Y los que deben actuar no lo hacen. Aunque deberíamos actuar todos. Así ves pasar un curso donde un docente atemoriza a los alumnos/as o le falta el respeto a un compañero y
    nada ocurre. Y si hay quejas continuadas de las madres no se las tiene en cuenta.

    Con la administración es incluso peor. Porque ves que un compañero/a ha tenido una actuación dañina con los alumnos/as como pueda se tocamientos a menores y no sólo no lo apartan del cuerpo sino que le dan un destino mejor o les reducen horas de trabajo. En cierto modo lo están premiando por su mala actuación. Y eso es indignante.

    A mí tampoco me gustaría que ningún docente con parkinson y vendas en los ojos jugará a tirar cuchillos en lo referido a la educación de mi hija. Espero tener suerte con los Maestros/as que les toquen. O quizás deba plantearme eso de buscar un buen colegio privado para ella. Y eso no me gusta porque defiendo las instituciones públicas.

    Un saludo muy cordial Miguel Ángel.

    • Estimado Juan Francisco:
      Puede haber docentes con Parkinson en la pública y en la privada. El problema está en que, como dices, no se interviene en esos casos. Unos miran para otro lado y otros (que tienen responsabilidad institucional) no se atreven. Pienso en los inspectopres a inspectoras de educación. ¿Qué hacen en esos casos? Comprendo que es difícil, pero no solo hay que pensar en los lanzadores, hay que pensar en las víctimas. Incluso si se piensa en los lanzadores hay que protegerles del daño que causan.
      Saludos cordiales y gracias por tu comentario.
      MAS

  9. Estimado José Antonio:
    Estoy en parte de acuerdo. Porque ser buena persona es solo una parte. Imaginemos un cirujano que es buena persona, pero ue no sabe operar. Creo que es fundamental la bondad, pero no suficiente. Creo que hacen falta competencias profesionales. Yo no dejaría a mi hija en el quirófano de un hombre bueno pero que no sabe manejar el bisturí.
    Hace falta amor, sí. Y bondad. Pero hace falta también SABER Y SABERR HACER.
    Un abrazo.
    MAS

  10. Estoy de acuerdo con todo lo que dices en el artículo, y hago mías las palabras e Loly, Juan Francisco, Joaquín o Juan Carlos.

    Siguiendo un poco con la línea con la que comencé, decir que para mí, buena persona no es aquél que sólo es todo corazón, que es un santo, que es respetuoso, que es educado en general, en el sentido más antiguo de la palabra.

    Para mí, buena persona es el que quiere ser mejor, en lo personal y en lo profesional, cada día. Y lo quiere por él y por los demás.

    Por supuesto, no prescindo de los demás puntos necesarios. Sé que es imposible empezar a seleccionar para lo que sea, por este ser y querer. Pero empezar por el saber, sobre todo en educacion, lleva también a nada seguro. Ya has puesto el ejemplo de los nazis.

    Para rematar, de momento, ser buena persona es hacer casi siempre lo que hay que hacer. De vuelta digo la frase política sin discusión. Pero ¿ qué hay que hacer? Cumplir. Cumplir la norma, la ley. ¿Siempre?

    Compromiso. Honradez con uno mismo. No mentirnos a nosotros mismos. Si lo hacemos, ¿qué no haremos a los demás.

    Ser buena persona es ser imperfecto, saberlo, y tratar de remediarlo sabiendo que no es cosa de todo o nada. Debemos aspirar a lo mismo que les pedimos o que queremos para nuestros hijos o alumnos.

    Buenas noches pececitos.

  11. Estimado José Antonio:
    Entiendo tu postura. Si ser buena persona incluye (como es lógico, por otra parte) ser un profesional competente, estoy de acuerdo contigo.
    Lo que quise subrayar en mi comentario es que para ser un buen docente no basta tener buena voluntad.
    lO que sí es cierto es que en esta profesión, ser buena penosa es indispensable. No lo es en otras. Un múscico puede ser un excelente profesional siendo un desalmado.
    Hace años, un amigo, me dijo ue su padre era director de orquesta. Se puso un músico mala y hubo que sustituirle. Cuando le dijeron que había un buenísimo pero que era un “bicho malo”, dijo:
    – Traedme un hijo de puta, pero que toque.
    Eso no pasa en educación. Si alguien es una mala persona no puede ser un buen profesor (una buena profesora).
    Estamos de acuerdo.
    Un abrazo.
    MAS

  12. Hola de nuevo. Vuelvo por aquí después de meses de ausencia forzada.
    Creo que no soy la única que piensa que el éxito de un sistema educativo descansa en gran parte en la calidad de sus maestros y profesores. Por eso me gusta especialmente este post. Porque especifica bien las características del mal profesor, pero también anuncia medidas correctoras, medidas para la esperanza.

    Me centro en las dos primeras (Hay que elegir a las mejores personas de un país, hay que plantear una formación inicial rigurosa, consistente, práctica y orientada a la acción) porque a medida que leía venían a mi mente algunas circunstancias que en su momento me llamaron la atención.

    Cuando cursé la carrera me encontraba bastantes compañeros que se pasaban trabajos unos a otros, preguntas de anteriores exámenes, e incluso las soluciones de esas preguntas. Futuros maestros para los que lo más importante era aprobar la asignatura correspondiente. Los había que hacían un cálculo de probabilidades, entregaban uno o dos trabajos (los más fáciles) de los seis recomendados y preparaban solo la mitad de la materia, porque era suficiente para aprobar. Incluso se permitían ciertos comentarios irónicos hacia quienes encontrábamos de interés hasta la letra pequeña. “Hay que ser prácticos, se trata de sacar la carrera. Ya tendrás que dar el callo para las oposiciones.”

    Me imagino que después sacarían las oposiciones con parecidas estrategias. Pero prefiero no imaginarlos dando clase. Sin embargo tendrán suerte, porque como dice Juan Francisco nadie quiere mojarse ante las malas actuaciones.

    Saludos,
    Lucía.

    • Querida Lucía:
      Bienvenida de nuevo. Se te echaba de menos.
      Haces referencia a actitudes que desvelan una enorme falta de compromiso. En la preparación se pueden ver muchas cosas.
      Yo he defendido muchas veces en la Facultad que deberíamos hacer algo para ir más allá de la adquisición de conocimientos. Para esta tarea es importante la actitud.
      Es muy importante que quien se dedique a la educación tenga una voluntad decidida de hacerlo bien.
      Besos y que todo te vaya bien.
      MAS

  13. Importnte reflexión que se centra en la piedra angular de la calidad del sistema: el profesorado.
    La cuestión es peliaguda: ¿cómo intervenir en los casos de las malas actuaciones de quienes tienen que ser un ejemplo?
    Hay mucha cobardía y mucha indiferencia en las autoridades.
    Debe cambiar la situación.
    Saludos a todos y a todas.

  14. ¿Cómo es posible que un profesor incompetente se jubile sin el menor contratiempo?
    Algunos que se encuentran con un profesor desastrroso piensan que el próximo curso ya se habrán librado de él. Y el que venga detrás que arree.
    No hay derecho.
    Un gran abrazo a los amantes de la educación.

  15. El profesorado es el corazón del sistema. No hay calidad de la educación con malos profesores.
    Por eso me parece fantástico el artículo que se pregunta por lo que hay que hacer cuando hay malos docentes.
    NO se puede mirar hacia otra parte. Porque los alumnos y alumnas sufren y quedan marcados.
    Con saludos cordiales.

  16. Me ha impresionado el título del artículo. En realidad lo dice todo respecto al
    peligro que constituyen los malos docentes. Que los hay.
    El problema que plantea el artículo es doble: la fornica´y la selección por una parte y por otra el mal comportamiento y actitud de algunos profesores.
    Las dos son cuestiones importantísimas.
    La primera interpela a todo el sistema y la segunda a quienes están cerca del mal docente.
    No se puede tolerar que haya lanzadores de cuchillos con la enfermedad de Parkinson.
    No hay que quitar al niño de delante. Hay que retirar al lanzador.
    Un cordial saludo.

  17. Un artículo para pensar y para actuar. Políticos, familias, inspectores, directores, profesores y alumnos tienen que decir algo sobre este asunto.
    No puede actuar inpunemente quien hace daño. Y, demás, recibir una remuneración por ello.
    Me estoy refiriendo a todos los niveles del sistema educativo., Porque en todos puede haber lanzadores con la enfermedad de Parkinson.
    La metáfora no puede ser más clara y contundente.
    Gracias al autor y a todos los comentaristas.

  18. No os asusteis, pero es así. Ser buena persona es ir más allá del mero cumplimiento del deber. Ni por dinero, ni por intereses egoístas en cuanto a ascensos o méritos. Hacerlo por compromiso con unos valores, con una profesión, un compromiso con el resto de personas con las que. Os relacionamos.

    Ello no quita que se luche por unos salarios dignos. Pero a una buena persona no es el salario el que le marca su quehacer diario, su entrega. Primero actúa y luego reclama, y no al revés. Esto, en educación y en las profesiones fundamentales de servicio a los demás, se acrecienta, se palpa mucho más la diferente actuación de las “buenas personas”. Son los que Víctor Kopers llama “ole, ole y ole”.

    • Querido José Antonio:
      Estoy de acuerdo con tu enfoque, como te dije. Una buena persona (pongamos un cirujano) no se pone a operar si no sabe.
      Es la pasión, es el deber, es el amor a la tarea lo que importa.
      Y, sí, se puede y se debe reclamar un sueldo digno.
      Un abrazo.
      MAS

    • Estimado José Antonio:
      Hay tres cuestiones que no veo claras para poder contestarte:
      – Lo que dices acerca de José Antonio Marina.
      – Lo del as en la manga.
      – Lo de la venta de servicios.
      Aclárame tus preocupaciones y encontrando te doy mi opinión.
      Saludos. Un abrazo.
      MAS

  19. Puede que lo que voy a escribir a continuación sea más burrada que las que acostumbro a pensar, pero me voy a arriesgar.

    No sé si es antes, el huevo o la gallina. De las que yo me entero, tengo la sensación de que José Antonio Marina ahora aparece más en televisión.

    Dicen que todos tenemos un precio y debe ser cierto. El pago no tiene por qué ser en dinero. (Poder. Prestigio…)

    Te pido una cosa MA. Tú no vendas tus servicios, tu saber, por o para algo o alguien en quién no crees. Puede que lo que les interese sea utilizar lo que tu nombre supone y de lo que digas o propongas, no quede ni la mitad, que no se te reconozca. Vamos. Que no te vendas a la política pura y dura.

    Este día algo escuché hablar sobre negociaciones. No importa en qué campo. Pero decían si se guardaba un as en la manga. ¿Qué significa guardar un as en la manga a la hora de negociar?
    En Educació, ¿guardamos ases en la manga en cuanto a nuestra labor con nuestros alumnos o con sus familias?

    Que paséis un buen día familia del Adarve.

    (Tengo en mente un agradecimiento muy especial que quería haceros a todos y todas, en especial a Miguel Ángel y a su Adarve, pero me sale demasiado personal y no es del todo bueno abrirse demasiado. Así, de una forma escueta, y sin ninguna explicación, agradezco mucho vuestra existencia, vuestra ayuda y vuestras clases. Un placer ser vuestro alumno. Por desgracia, he asistido a unas cuantas en las que no estaba tan a gusto, y, como consecuencia, no me acuerdo de si he aprendido algo bueno en ellas. Aquí es justo todo al revés)

    • Querido José Antonio:
      ¿Qué eso de demasiado personal? Los sentimientos son como las ideas: podemos compartirlos y nos enriquecen. Pero aquí no hay mansos y alumnos. Aquí todos aprendemos de todos. Lo digo muchas veces. TODO LO APRENDEMOS ENTRE TODOS.
      Exprésate con libertad.
      Un abrazo.
      MAS

    • Estimada Ileana:
      He leído tu correo.
      Estaré en el Congreso de Homo Sapiens el1 de octubre próximo.
      Allí nos podremos ver y conversar sobre temas cruciales de la educación.
      Besos.
      MAS

  20. Hola Miguel Ángel.

    Viendo los tres puntos que me pones, y que yo he utilizado, juntitos y uno detrás del otro, parece otra cosa totalmente distinta a la intención con la que yo los he utilizado.

    Hay tres cuestiones que no veo claras para poder contestarte:
    – Lo que dices acerca de José Antonio Marina.
    – Lo del as en la manga.
    – Lo de la venta de servicios.

    El primero y el tercero sí van ligados. El segundo es otra historia.

    Sobre José Antonio marina no digo ni quise decir gran cosa. Un profesional de prestigio al que el gobierno hace un encargo. Él lo acepta. Recibe muchas críticas por aspectos de ese trabajo y comentaba que lo veía por la televisión, no sé si para que se explique, para lavar la imagen, para que sea visible y más conocido. No lo sé.

    El Ministro de Educación me ha encargado la elaboración de un Libro blanco sobre la Profesión Docente. La redacción inicial debe estar terminada a finales de Noviembre, para que intervenga en el debate educativo de la campaña electoral. Un libro blanco es un documento que de un modo riguroso trata un problema y plantea soluciones para ayudar a la toma de decisiones. Puede ser gubernamental o producido por alguna institución. En este sentido, más que un Libro Blanco es una propuesta inicial, para ser debatida, completada, desechada o aceptada. Mis colaboradores y yo pretendemos revisar la mejor documentación disponible sobre el tema, ponerla a disposición de todo el mundo y consultar a personalidades expertas, pero sin pretender dar una visión completa, exhaustiva o consensuada.

    Ligué a JAM y a ti, al trabajo profesional que realizáis autoridades de reconocida valía. Pero la reflexión me surge de la llegada de deportistas olímpicos, solo vemos los de las medallas. Los otros no existen. Vamos a esconderlos porque han fracasado. Todo esto me lleva a pensar sobre la facilidad con la que encumbramos a los cielos, a los ideales, a la perfección, a nuestros ídolos. Y con más facilidad, no solo los olvidamos, sino que los machacamos, y empezamos a hurgar en sus defectos, defectos que siempre tuvieron.

    (Si algo odio bastante, después de la hipocresía, es el peloteo. Espero que esto no lo penséis por ahí. Lo siento como lo voy a poner, si soy capaz). Conociendo cómo la política devora a buenas personas, bien intencionadas, bien preparadas, cómo puede manipular sus trabajos, cómo puede utilizar su imagen para fines distintos a los que esa persona pensaba, pensé que no me gustaría que te pasara a ti. No me gustaría ver a un ídolo caído, pisoteado con la palabra, no importan verdades o mentiras, todo queda.

    Cuando digo vender servicios, hablo de profesionalidad, de vender el saber hacer. No me refiero a venderse como persona. Alguien te contrata un trabajo. El querer hacerlo, aceptarlo o no ya dependerá de lo que cada uno mira o tiene en cuenta.

    Lo del as en la manga me vino porque eso mencionaron sobre las negociaciones del PP y Ciudadanos. Creo que se referían a que los de Rajoy esperaban que tuviese un as en la manga. Negociar y as en la manga. Puede que nos engañen, pero cuando uno se da cuenta, adiós negociación y lo negociado. Me preguntaba si eso no nos pasará a los educadores en general, no sólo a los docentes.

    Me acababa de despertar, Miguel Ángel, ¿qué quieres? Cosas que se me pasan por la cabeza.

    Un fuerte abrazo a todos y todas y a esperar al próximo sábado, por una nueva entrega del MAESTRO.

    • Estimado José Antonio:
      Dos breven apuntes a tus reflexiones:
      1. Hace poco recibí una llamada de alguien muy cercano a JAM para que yo mediase ante miembros del Foro de Sevilla que se habían enfrentado a sus posiciones. El problema es que no es fácil aproximar visiones si no antagónicas sí muy dispares ideológicamente y metodológicamente.
      -Ideológicamente: la visión de Marina es más neoliberal que la del Foro, más cercana a lo privado,más contemporizadora con las clases de religión…
      -Metodológicamente: Marina ha recibido un encargo primero del Ministerio y luego de una Universidad privada y su tarea es más jerárquica que la del Foro. La del Foro ha partido de abajo hacia arriba, tiene más consenso, es más participativa…
      Tengo buena relación, incluso de amistad con JAM y creo que su aportación puede ser muy interesante y muy importante.
      Yo no hubiera aceptado un encargo de un Ministro de Educación de la derecha. Y no la hubiera aceptado a título individual.
      No puede decir nada de las remuneraciones que ha tenido por los encargos porque desconozco ese tema. Pienso, de todos modos, que no habrá sido un encargo gratuito.
      2. La expresión de esconder un as en la manga tiene un componente cercano estrategia tramposa. NO me gusta si responde a la realidad, Prefiero una negociación clara, transparente, limpia y abierta.
      Un gran abrazo.
      Mañana mandaré artículo al periódico como todos los viernes.
      Un abrazo y gracias por leer y participar.
      MAS

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