Las collejas de (a) Rajoy

5 Dic

El señor presidente del gobierno, que elude los debates políticos (ha rechazado recientemente participar en un debate a cuatro con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias) se prodiga en programas de radio y de televisión. Acudirá pronto al programa de Teresa Campos y al de Bertín Osborne, “En tu casa o en la mía”. Hace unos días estuvo con su hijo Juan en un programa deportivo al que seguidamente haré alusión.

Presencia de los líderes políticos en los medios, sí. Una como obligación, que son los debates y otra como devoción que es el entretenimiento. Pero, en todas ellas, con la ejemplaridad de los dichos y los hechos. Porque la pantalla o la antena se convierten en esos momentos en un aula.

A mí no me parece mal que los políticos se den a conocer en los aspectos más humanos, más íntimos, más cercanos. Siempre y cuando no hurten a la ciudadanía lo que principalmente tiene que saber: qué ideas, qué estrategias, qué programas electorales van a votar. Es decir, no me parece mal que el presidente del Gobierno acepte realizar una entrevista sobre su vida pública y privada. Lo que me parece mal es que se niegue al debate político, porque esa es una obligación.

No sé si esa presencia dará votos o no. Ni me importa. Lo que digo, aunque me esté repitiendo, es que la obligación de un político es debatir sus programas con claridad, transparencia y objetividad, contrastando sus propuestas con las de otros candidatos. El gobernante tiene unas responsabilidades ineludibles y urgentes. No puede estar todo el día en la televisión. Pero no puede eliminar, en tiempo electoral, la propuesta y el contraste de sus ideas.

Creo que debería haber menos mítines y más debates. Estos deberían ser obligados y, si se puede, frecuentes. Debería exigirse, además, una altura mínima, humana y política, en los mismos. Los electores deben votar con conocimiento de causa y, una manera de hacerlo, es saber qué es lo que piensan y lo que piensan hacer quienes desean gobernar, que para eso se presentan. El debate facilita el diálogo, la argumentación, el contraste, la réplica, las preguntas. En los mítines quien suele salir reforzado es el candidato, al son de la música, el agitar de las banderas y los gritos del convencido auditorio. Los discursos de los mítines son meras proclamas, que pretenden enardecer el sentimiento de los asistentes (y del líder) y no dar solidez a los argumentos del voto.

Voy a otro asunto. El pasado miércoles, día 25 de noviembre, el presidente del gobierno acudió a un programa de radio en la cadena COPE para comentar el partido de la Champions entre el Shakhtar Donetks y el Real Madrid que se jugaba en Ucrania. El programa se retransmitía desde Madrid, en la sede de la cadena. Acudió Don Mariano con su hijo Juan, de 10 años. La hora de la transmisión del partido, como es habitual en esa competicion, era las 20.45. Es decir que la presencia del niño durante la retransmisión obligaba a un regreso tardío al domicilio familiar un día laborable. Primera cuestión. Ya sé que se tratará, probablemente, de una excepción. Pero lo cierto, es que esa excepción se exhibe ante todo el país y se puede convertir en una propuesta de acción. No es ese un buen proceder.

Durante la retransmisión, el periodista Paco González, director del programa “Tiempo de juego”, aprovechando la presencia del pequeño Juan, le preguntó por su opinión sobre los comentarios del FIFA 2015, donde Paco González hace comentarios junto a otro conocido periodista, Manolo Lama.

– ¿Qué te parecen los comentarios del FIFA?

El niño, de forma espontánea, se acerca al micrófono y dice:

– Me parecen bastante mejorables…, por no decir que son una basura.

El presidente hace un gesto de asombro abriendo mucho la boca y, volviéndose al niño, le propina dos suaves collejas. Las collejas de Mariano se han hecho famosas. Tildar esa actuación de maltrato fisco es una exageración descabellada. Porque las collejas se dan con una sonrisa y un abierto sentido humorístico. Es un acto reflejo del presidente que no se puede calificar de violento. Sin embargo, yo me muestro muy contario a esa espontaneidad de la corrección teniendo en cuenta quién lo realiza y dónde tiene lugar. Una reconvención hablada hubiera sido más edificante.

No me gustan las collejas. No me gustan esos comentarios que afirman que un cachete dado a tiempo es muy eficaz. Nunca son eficaces los golpes, aunque sean leves.

Pero, sobre todo, me quiero referir a la condena de la espontaneidad. Si el niño dice la verdad, si dice lo que piensa, ¿por qué la reconvención? ¿Qué le está tratando de decir su padre con las collejas?

– Hijo, no seas sincero, no digas lo que piensas si es negativo. No digas la verdad.

He criticado varias veces en el blog esta forma de proceder. Esta invitación a dar la opinión, pero a reprenderla cuando no es del agrado de quien la solicita o del que la escucha, como en este caso.

Y ahora voy a lo que realmente quería decir en este artículo. La ejemplaridad de la que tienen que hacer gala los responsables políticos. Y especialmente cuando actúan en público. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo. Esta actuación del presidente se ha criticado justamente. No hay, sin embargo, que exagerar. No hay que extralimitar los juicios de reprobación sobre el presidente. Porque lo que estaríamos haciendo es dándole a él unas collejas psicológicas que no se corresponden con la importancia de la acción.

Su actuación no fue buena, pero no es como para mandarle a la hoguera. Lo que sí permite la exégesis de su acción es reflexionar sobre la forma de reconvenir a los hijos. No hay que hacerlo cuando no se lo han merecido. Como es el caso. El niño ha respondido con sinceridad a una pregunta. ¿Qué ha hecho mal?

No estoy diciendo que no haya que corregir. No estoy diciendo que los padres y las madres no tengan que decirle a los hijos que tienen que hacer las cosas de una forma correcta y respetuosa. No es este un texto que cuestione o pretenda minar la autoridad educativa. Porque es necesaria la corrección, la imposición de límites. Es obligado ayudar a discernir qué es bueno y qué es malo. No √ale todo. Pero esto es cierto para los hijos e hijas y para los padres y las madres.

Si lo que ha dicho el niño no es correcto (si ha merecido la recriminación) es porque no se le advirtió previamente, como muchas veces se hace de forma subrepticia:

– Ten cuidado con lo que dices. Tienes que dar una respuesta que sea del agrado de quien pregunta, aunque sea insincera, hipócrita, artificial, falsa.

De lo contario le has metido al niño en una trampa. Le has preguntado por lo que piensa pero, en realidad, no lo puede decir sinceramente.

Concluyo. Presencia de los líderes políticos en los medios, sí. Una como obligación, que son los debates y otra como devoción que es el entretenimiento. Pero, en todas ellas, con la ejemplaridad de los dichos y los hechos. Porque la pantalla o la antena se convierten en esos momentos en un aula.

45 respuestas a «Las collejas de (a) Rajoy»

  1. Creo, Miguel Ángel, haberlo comentado en alguna otra ocasión en tu blog; de todos modos, no viene mal repetirlo, puesto que hablamos de niños de edades parecidas.

    Recuerdo que cuando mi hijo Abel tenía unos diez años le propusieron para que formara parte de un jurado en su colegio que seleccionaría los mejores trabajos que se habían realizado de un determinado tema.

    “¿Cuál elijo, papá?”, fue la pregunta que me realizó antes del día en el que se encontraría con los otros miembros para pronunciarse acerca de esos trabajos.
    “Tú debes elegir aquellos que, sinceramente, consideres los mejores, independientemente de quiénes sean sus autores”, le respondí, dándole confianza en su propia opinión.

    Resulta que los que él apoyó no se correspondían con los de su clase. Resultado: los compañeros del aula dejaron de hablarle y de jugar con él “porque no había votado por los suyos”.

    Los días posteriores estaba muy agobiado, viendo que el haberse guiado por sus propios criterios le había traído como consecuencia el rechazo de quienes se suponía que “debería de votar”, tal como hicieron el resto de los escolares que habían formado parte de ese jurado.

    “¿Qué hacer para resolver este problema de marginación?”, me pregunté, puesto que Abel ya había aprendido que ser sincero en más de una ocasión trae consecuencias no deseadas.

    Puesto que eran tiempos en los que existía la EGB, mi hijo tenía una magnífica profesora que siempre recordaré con cariño. Hablé con ella del tema y me dijo que no me preocupara que lo trataría en clase.

    Efectivamente: Mariana, que era así como se llamaba, lo abordó en el aula, indicando que hay que ser siempre sinceros y justos, y no guiarse por las relaciones de amistad o de intereses para favorecer a los que se consideran “de los míos”.

    Este pequeño detalle es un ejemplo del modo de proceder que le inculcamos en casa, de modo que ahora que ya es mayor y tiene su propia vida, de lo que más me enorgullezco es de su enorme sinceridad, de modo que el diálogo entre nosotros es franco y, en ocasiones, lo más parecido a dos camaradas que se cuentan sus avatares.

    • Querido Aureliano:
      Excelentes, como siempre, tus dos comentarios.
      Efectivamente, como dices, hay dos focos en el artículo de hoy: uno, el de las actitudes pedagógicas con los hijos (el caso que tú comentas respecto a tu hijo Abel es magnífico) y el de la presencia de los candidatos en el debate electoral.
      Ayer tuve la oportunidad de ver el debate de los tres candidatos más la vicepresidenta. Fue evidente que la ausencia de Rajoy marcó el debate en todas las cuestiones. Porque era a él a quien teníamos que haber escuchado.
      Totalmente de acuerdo con la crítica al proceso que llevó a la promulgación de la LOMCE, como ley que no tuvo NI UN SOLO VOTO favorable de todo el arco parlamentario, exceptuado el partido que la promovía. Ni un solo voto. Se dice bien, a la hora de hablar de consensos y de pactos.
      Un abrazo y gracias por participar en el blog.
      MAS

  2. Hay muy pocas cosas a las que les tenga una fuerte animadversión, entre otros motivos porque el estado de disgusto muy continuado es sabido que provoca enfermedades. Entre las cosas que me disgustan están el PP y Rajoy, por ese orden. No me gusta nada el Presidente del Gobierno, no por su carácter, sino por lo nefasto de su gobierno y por embustero. Ahora bien, el amago de colleja que este señor le da a su hijo me parece lo más cándido que le he visto hacer a este vende humo.
    Un cordial saludo.

  3. Dado, Miguel Ángel, que hablas de dos temas en tu última entrega y que te he respondido a uno de ellos (las “collejas” de Rajoy a su hijo como aprendizaje temprano de la apariencia que hay que mantener en sociedad), quiero también comentarte algo del segundo: los debates electorales.

    Considero un gran avance que se institucionalicen o afiancen los debates en los distintos medios de comunicación, sean públicos o privados, puesto que supone un salto cualitativo en la información y la participación ciudadana en los procesos democráticos, y de los que las elecciones son una parte significativa de los mismos.

    Pero deben ampliarse a la toma de decisiones de gran relevancia y afectan a la población. Esto quiere decir, por ejemplo, que los referendos también tendrían que verse como algo positivo y necesario; y no como una especie de cuestionamiento de la estabilidad y el orden de un país, que, aproximadamente, es como se entienden en la actualidad.

    De igual modo, espero que el debate y la consulta participativa a partir de lo que ahora acontece se extiendan a otras cuestiones sociales relevantes y que no sean solo en el ámbito de las elecciones.

    Considerando lo indicado, ¿tendría sentido la decisión ‘manu militari’ que tomó aquel ministro de triste recuerdo llamado José Ignacio Wert al llevar adelante la LOMCE sin el más mínimo debate y con el desacuerdo abierto de todos los partidos de la oposición y de la mayor parte de la ciudadanía?

    ¿Y qué decir del que lo sustituyó, el señor Íñigo Méndez de Vigo, que encarga a José Antonio Marina, unilateralmente, una especie de libro blanco antes de estas elecciones para lavar la cara a una Ley educativa que es necesario erradicarla y crear algo verdaderamente estable y consensuado en el que se vean implicados los que participan en los procesos educativos?

    En fin, espero que estos debates que se están produciendo, tal como apunto, sean un verdadero salto cualitativo en nuestra sociedad, que tan necesitada está de la ampliación y profundización democrática.

  4. No me gustan las collejas. Ni suaves ni fuertes. Porque el problema de la intensisdad solo lo valora el que las da.
    ¨Tampoco me gusta que el Presidente se ausentye los debates y vaya a propgramas de entr5etenimiento.
    Hay que exigir ejemplaridad a la clase politica. EN LIO GRANDE Y EN LO PEQUEÑO.

  5. De acuerrdo con que hay que corregir a los niños. Pero solo cuando se lo merecen.
    He visto las imçagenes y, aunque parecen una broma, no me han gustado.
    No son cuewstiones menores, como dice un comentarista.Creo que hubiera sido mejor dejar al niño contestar libremente.
    Ya se que no se trata de una accion grave, pero hay una parte de la reconvencion que no me gusta.

  6. No soy de ningun partido. A mis años esceptica total. Pero compruebo que cuando se siente animadversión hacia alguien cualquier gesto insignificante como a veces hacemos de broma a un amigo nuestro se convierte en motivo de critica exacerbada, y sin queterla nombrar se nombra hasta la hoguera. De broma claro como la colleja.

  7. Creo que el artículo se muestra ponderado respecto al comportamiento del presidente. El autor no es partidario de dar collejas físicas, pero entiende que tampoco esta situación merece muchas collejas psicológicas, ya que el reproche es suave y simpático.
    Sí plante el artículo el tema d ella reconvención de los hijos y de los alumnos. Hay que corregir, como se defiende en el texto, pero hay que hacerlo con respeto y dejando márgenes para la libertad.
    He leído en algún artículo que el niño no puede pensar que por ser el hijo del presidente puede decir lo quiera, pero puede decir libremente lo que quiera (sin insultar, claro) como cualquier otro niño. No tiene por qué poder decir más, pero tampoco tiene por qué decir menos.

  8. Respecto al tema de los mítines, yo creo que son un gasto de energías y de dinero inútil.
    Me apuno a la idea de hacer obligatorios los debates.
    Claro que los políticos tendrían que aprender a debatir. A veces se ve cómo sueltan su discurso una y otra vez SIN ESCUCHAR al oponente.
    Eso no es debatir. Eso es hacer discursos a dos bandas.

  9. Estimada Encarna:
    La reflexión que he hecho no es fruto de de la animadversión. Me llamaron de un periódico para pedirme opinión sobre las coletas. No había visto la escena. Luego la vi y opiné. Ya ves que no condeno a Rajoy a la hoguera. Sí, menciono la hoguera, pero no para mandarle a ella, ya que la intervención es de tono menor. Solamente me he servido de la anécdota para plantear algunas ideas sobre la corrección d los hijos.
    Estoy contigo en que tiendes a ver negativo el comportamiento de quien no te cae bien, pero creo que he matizado y relativizado suficientemente la condena del personaje. Por eso habla de mitigar las collejas psicológicas a Rajoy.
    Saludos y gracias por leer y por escribir.
    MAS

  10. Entre otras cosas se habla de sinceridad, de decir la verdad. Yo he educado a mis hijos en decir la verdad, su verdad, y a eso llamamos sinceridad. La vida y la experiencia me van enseñando otras cosas. Mi hijo, por su sinceridad, ha recibido en su vida laboral unos cuantos garrotazos. No se puede ser sincero en la vida laboral frente a los abusos o malos procederes de los jefes. El precio de esa sinceridad ya sabemos cual es…A esa sinceridad se le llama imprudencia, necedad. Cada lector juzgue.
    Estamos en periodo electoral. Lo primero que no me gusta es como empieza: la pega de carteles. ¿Para qué sirve eso? Para votar por la cara bonita y retocada de los candidatos? De los debates, que veo la mayoría, mi conclusión es muy pobre. Lo que me interesa son los programas y los que están argumentados y son viables.
    Del PP, con mis respetos a sus votantes, me gustaría, siendo sincero, que desapareciera por mentiroso, corrupto y más cosas. ¿No es una hipocresía quien ha estado desaparecido durante una tremenda legislatura lo veamos ahora por plazas, bares, programas populares, deportivos y no acuda al debate político?
    Mañana veré el debate. Me pregunto: ¿de qué sirve tanto el debate como los programas si después no se cumple? Por eso me gusta lo que dice Podemos: si a los tres años no hemos cumplido el programa, a la calle. Buen principio y extraordinario se se cumple. Eso sería un auténtico cambio.
    Saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Sé de tu honestidad y de los buenos principios que has inculcado a tus hijos.
      De esa fuente de la ética que es la familia beben quienes se educan en el ámbito familiar con aguas no contaminadas. NO me extraña que tu hijo haya tenido problemas con sus jefes. Decir la verdad suele ser complicado. Hay lugares en los que los aduladores prosperan y los críticos son perseguidos o condenados al ostracismo.
      Anuncias que ibas a ver el debate. Ya nos dirás qué te parecido. Coincido contigo en que el problema está en que no se suele cumplir lo que se promete en las campañas electoras. Me parece bien la propuesta dela moción de confianza una vez que avanza la legislatura. Es un avance democrático. Y ayudará a que se prometa lo que se puede cumplir y a cumplir lo prometido.
      Un gran abrazo.
      MAS

  11. No nos extraña que un niño pueda decir la verdad, sobre todo, si su papá Presidente está delante. Los niños de presidentes y de señores de alta alcurnia se creen también que el cortijo es suyo. Es cuestión de sentirse arropados y no sabemos si engreídos asimismo.
    Todos los niños suelen ser, más que veraces, espontáneos. Y muchos en nuestra niñez lo hemos sido, sabiendo que no solo nos darían una colleja suave, sino un castigo de no te menees.
    Sin embargo el conductismo hacía aguas con más de uno y nos caía encima todo un diluvio: desde el castigo autoritario, al rechazo de los compañeros, a la soledad del corredor de fondo.
    La espontaneidad es la lógica más básica que nos ha podido dar el carácter, a pesar de la represión del medio sobre nuestro temperamento. Nuestro carácter se curte ante la adversidad y la arbitrariedad.
    Ante la arbietrariedad, ya sea política, deportiva, judicial, social, económica y hasta bélica, nuestro carácter no tiene que retrotraerse ni amilanarse. Ya lo hemos dicho muchas veces, porque los que tienen la mayoría solo tienen la mayoría, y no son respetables sus leyes, si se hacen dando collejas a diestro y siniestro. La colleja en sí no es nada, pero nos muestra una matriz de autoritarismo que da el golpe a la espontaneidad, que no hay que confundir con la falta de preparación de quienes solo responden de manera automática y con nefasta obediencia sobre los demás que son los perjudicados.
    De la infinidad de “joyas” mentales y verbales de los diputados y otros políticos de la derecha no hablamos, porque también hablan por sí solas, aunque al común les parezcan unas gracias como los espectáculos televisivos que se lo permiten todo.
    Gracias, Miguel Ángel, por ayudarnos a sacar temas que nos ayudan a seguir siendo espontáneos a pesar de las collejas.

    • Estimado Josem:
      Siempre atinados tus comentarios. Ricos y matizados.
      Permíteme reproducir una frase de tu texto que me ha parecido excelente: “La colleja en sí no es nada, pero nos muestra una matriz de autoritarismo que da el golpe a la espontaneidad, que no hay que confundir con la falta de preparación de quienes solo responden de manera automática y con nefasta obediencia sobre los demás que son los perjudicados”.
      Ahí está la clave, a mi juicio. En la matriz del autoritarismo. En es forma de reprender que hace solo válido el pensamiento de quien manda.
      Un abrazo y muchas gracias.
      MAS

  12. Querido Maestro!
    Para empezar este comentario quiero decir que en el momento que presencié las collejas que le da su padre a ese niño,instintivamente un enorme sensación de malestar me invadió por dentro.No es de recibo que alguien presidente o no se comporte de esa manera tan inoportuna y tan poco ejemplarizante.Es lo que estamos viviendo en este país,conseguir las cosas por la tremenda!
    Ahora me toca reflexionar sobre lo que ven mis ojos y siente mi corazón y el día de las votaciones lo haré a quien mas argumentos positivos haya logrado en cada exposición o debate.El de Rajoy en la sexta me pareció,frio,ausente,y muy lejos de la realidad a pie de calle.
    Seguiré hoy el encuentro entre los principales lideres,haber que me trasmiten!
    Gracias por sus agradables comentarios que me ayudan a ser más crítica si cabe.
    Los afectos tienen que estar por encima de todo y no me parece afectuoso pegar unas collejas a un niño!
    Sin más me despido con un cordial saludo a usted y a todos.

    • Querida Loly:
      Siempre hay un trasfondo de lucidez y de ética en tus comentarios.
      Esa preocupación por reflexionar de manera exigente sobre las cosas para hacerlas mejor.
      Me gusta también que siempre hagas referencia a cómo el comentario o la reflexión te ayuda a ti en tu vida personal. No lees o piensas solo para ver lo que los demás tienen que hacer sino para ver lo que puedes hacer mejor tú misma. Ejemplar.
      Un beso y gracias.
      MAS

  13. Acabo de ver el debate d los cuatro candidatos a la presidencia. Bueno, de tres de ellos más la vicepresidente. ¿Cómo no echar de menos a Rajoy? Explicar la ausencia diciendo que el PP es un equipo y que cualquiera puede ir al debate es una estupidez, a mi juicio. Porque se trata de ver a los candidatos, no al equipo.
    Por eso comparto la posición del MAS respecto a la obligatoriedad de acudir a los debates electorales.
    Es una información que se necesita para tomar decisiones ponderadas y fundamentadas para ir a votar.
    Ya sé que los debates no lo aclaran todo, ya sé que el tiempo es encestado y muy limitado, pero menos es nada.
    Rajoy faltó a la cita.

  14. Yo también vi el debate de ayer.
    Efectivamente, eché de menos al presidente del gobierno, que no estaba en ningún acto de gobierno o de ejercicio del cargo. Estaba descansando en Doñana, al parecer. Los contrincantes se metieron con la ausencia y la criticaron duramente. Con lógica y con justicia.
    La vicepresidente no es la candidata del PP.
    Las excusas no son creíbles. Tenía que haber estado.
    Era un deber con los electores y electoras del país.
    Claro que al ir se dicen cosas y al no ir también.

  15. Las collejas hay que dárselas a Rajoy por no acudir al debate. Ese sí es un gran motivo de recriminación. Era una obligación democrática contrastar las ideas y las propuestas DE LOS CANDIDATOS:
    Nadie se habrá creído la excusa del equipo, como dice Ana María Méndez en un comentario anterior.
    Cuántas collejas perdidas.

  16. El artículo está lleno de sugerencias. Hay muchos puntos que comentar, pero me voy a centrar en uno. El papel de los padres en la corrección de los comportamientos de los hijos.
    – No vale todo. Hay que corregir, orientar, sugerir…
    – Hay que corregir de manera coherente…
    – No es bueno que unas veces las cosas estén bien y otras las mismas están mal…
    – Hace falta una consistencia normativa…
    – Los criterios tienen que estar justificados y ser defendibles…
    En el caso de Rajoy hay una corrección en forma de colega porque no le gusta que el niño haga una crítica dura de un periodista. Eso es lo que no me gusta. Ya sé que lo hace de forma suave e, incluso, humorística, pero no la veo correcta.
    Saludos.

  17. Querido Muiguel Ángel: me has pedido que diera mi opinión sobre el debate. En cierto modo te la voy a dar a través de mi hermano. Mi hermano está en Burgos. Su tendencia ha sido del PP, desde hace un tiempo me decia que votaría a Ciudadanos y, un día después de debate lo llamo y lo comentamos y me dijo: votaré a Podemos. La razón fundamental porque si voto a Ciudadanos es como dar mi voto a los Populares a los que no quiero ver por tanta corrupción.
    A mí los que más me convencen por su hacer y sus propuestas son los de Podemos. Mi realidad es que siempre me convencen más las propuestas de las izquierdas que las de derechas.
    Muchas más cosas podría decir, pero vale…
    Que conste que yo respeto todas las opciones políticas y acepto buenamente lo que determine la mayoría.
    Un abrazo.

  18. Hola MA y a todos sus seguidores.
    He seguido el debate, o lo que fuese, a cuatro. Ya se han hecho muchos comentarios tanto de periodistas como de poitólogos, estilístas, especialistas en comunicación no verbal,…, y gente de la calle como yo, espero que futuros votantes, porque nos guste o no, los que hay son los que nos van a gobernar,ha decidir sobre cosas para nosotros y nosotras más importantes de lo que pensamos.
    La tele es la tele y lo que se lleva es el reality. En un principio no sabía si era un estreno de algo, entrega de premios, combate de boxeo o encierro en una casa con famosos. Luego más de lo mismo.
    Para mí la política en estos momentos es aclarar, justificar y de alguna forma seria, tratar de llevar a cabo el programa, lo dicho. De alguna forma no podemos permitirnos ser engañados una vez más. Que lo firmen ante notario. A mí no me dicen nada los gritos en un mitín, los aspavientos, los aplausos de la aficción. Yo lo quiero por escrito. sino cómo saber lo que votamos; ¿por una corbata?¿por una coleta?
    Me gustó el recordar por parte de Pablo Iglesias, el recordar que no se debe votar por lo que pase en la última semana; la política debe ser más seria que el fútbol; debemos no olvidar lo acontecido en los últimos cuatro años y valorarlo; lógicamente , cada uno lo hará según le haya ido en la feria.
    Sólo podemos formarnos una opinión según la información de la que disponemos y la forma en la que ésta nos llega, y cómo somos y la procesamos. Hay gente que se guardó todos los besos de cuatro años para este último mes.
    Como decía Anguita, programa, programa y programa. Aunque creo que el mayor interés de los SUFRIDOS Y ENTREGADOS POLÍTICOS es ganar, ganar y volver a ganar. Luego ya veremos lo que hago o me dejan hacer.
    Hoy a las dos tengo una entrevista con una Orientadora Laboral de la Consellería de Traballo e Benestar. A ver qué pasa.
    Unha cousa é a política e outra a realidade sobre a que di que va a trabajar. Una cosa estrabajar por transformar lo que hay e ir llevándolo hacia donde decida la mayoría y otra es la necesidad de comer todos los días.
    Como termina una periodista que escucho en la radio despus de hacer una crítica-reflexión, dice HAY ALGUIEN AHÍ.

  19. Para mí está claro que las collejas no son un modo de corregir, sean del tipo que sean.
    Y, en este punto, hay que ser tajantes.
    Y, cuando se hace en público un acto de corrección como este y por una persona que tiene relevancia pública, con mayor razón.
    Esos que dicen que un cachetazo no tiene importancia, a mi juicio, se equivocan.
    Nada de reprensión física. Para eso está la palabra.
    Ya sé que también puede haber violencia en la palabra, pero no es lo mismo.
    El respeto a las personas es fundamental. Los niños no pueden devolver las collejas.
    Y vemos cómo con los mayores no se actúa de la misma manera. Cuando tenemos que algo no está bien a un adulto, no le damos una coleta..
    Saludos
    MAS

  20. Buenos días,

    Coincido con Encarna

    Si es que la cabra siempre va al monte. Y pregunto, puestos a juzgar comportamientos, ¿qué es más maligno?, la colleja en sí junto con su contexto; o este artículo que en su esencia viene a convertir una carantoña/arrumaco en poco menos que agresión, máxime cuando está escrito por alguien que se supone que sabe de emociones.

    Por favor, no confundamos las churras con las merinas.

    https://www.youtube.com/watch?v=Xhc4AhvlMOE

    Saludos.

    • Quintiliano:
      Siempre he visto acidez en sus palabras respecto a los artículos. Siempre.
      Ni en un solo caso le ha parecido a usted bien NADA. Ahí sí parece coincidir usted con Encarna.
      Lo que dice Encarna de la hoguera es precisamente lo contrario de lo que yo digo: digo literalmente que NO hay que mandar por eso a la hoguera al Presidente. Se menciona la hoguera para decir que NO se la merece por eso.
      Creo que el artículo no es una descalificación sin matices del comportamiento del Presidente. Es respetuoso con su intención y no le condena sin más ni por el contenido ni por la forma. Se reflexiona sobre el tema, sencillamente.
      Por eso la preposición entre paréntesis que figura en el título, que viene a decir que esas collejas psicológicas al Presidente tienen que ser bondadosas, que no tienen que ser desmedidas.
      A mí no me parece mal todo lo que hace Rajoy. Hace cosas buenas y cosas malas, como todos los humanos. Quise utilizar el hecho para reflexionar sobre algunos aspectos de la educación de los hijos.
      Y porque me importan las emociones, he dicho lo que he dicho.
      De todos modos, gracias por participar.
      MAS

  21. No, señor Quintiliano. No.
    A no a ser que la cabra sea el autor del comentario.
    Yo veo en el artículo mucha ponderación. Y se analiza el gesto desde una perspectiva razonable. Por eso el autor dice que no pueden administrarse collejas severas a Rajoy. ¿O no lo ha leído?
    El análisis es respetuoso y ponderado. Las collejas son casi la excusa para plantear ideas sobre la corrección de los hijos.
    Por otra parte, hay muchas más ideas en el artículo.
    ¿No las ha leído?
    Saludos.

  22. Sra. María del Mar Solera, leo muy despacio. No le quepa dudas. Y añado, e insisto, lo que cuenta es la esencia del mensaje. La esencia de este se evidencia. Opino y me reafirmo.

    Sr. Guerra,

    Ud. dice:

    “””Siempre he visto acidez en sus palabras respecto a los artículos. Siempre.”””

    Evidentemente, así es. Y añado una pregunta. ¿No sabe Ud. enseñar pedagogía sin denigrar a nadie?. Siempre que intervengo es porque así lo hace, siempre. Estoy seguro que Ud. podría hablar durante miles de páginas sobre la negatividad de la corrección física sin nombrar y tergiversar el comportamiento de nadie. Hágalo, si quiere, le será de más renta pedagógica.

    Saludos.

  23. Señor Quintiliano:
    Utilice mejor las palabras. Con más rigor. Una cosa es criticar, analizar, valorar y otra DENIGRAR.
    En estos artículos yo no enseño pedagogía. Opino sobre hechos y personas, Siempre con respeto.
    Usted sí me está denigrando a mí.
    Hay muchos textos en los que elogio el comportamiento de las personas, las acciones positivas, lo que considero imitable.
    A mí me parece estupenda la crítica que me hacen algunos comentaristas. ¡Cómo no! La crítica nos ayuda a entender.
    Y algunos de sus comentarios también me han ayudado a pensar.
    Otros no.
    Reitero mi gratitud por leerme. Y por discrepar. Pero no me parece bien la descalificación.
    Saludos.
    MAS

  24. Hay muchas ideas en el artículo, señor Quintiliano, para que usted reduzca la tesis a una sola.
    Y yo estoy con MAS. ¿Dónde se denigra a alguien? ¿Por qué es denigrar? ¿Ha visto el significado de esa palabra?
    Sencillamente hay comentarios que puede compartir o no.
    Y si no los comparte tiene que argumentar y no descalificar.
    Efectivamente, yo también he visto su acidez siempre que aparece en este blog.
    Aporta usted poco, señor Quintiliano. Por cierto, ¿quién es usted ¿Quién se esconde detrás de ese clásico?
    Conviene desenmascararse. Dar la cara.
    Es mejor que esconderse.

  25. Sr. Matías,

    El argumento, cuando los hechos son tan evidentes, sobran, entiendo. Pues descalifican la inteligencia del lector.

    Aún así, y aunque manido ya el asunto, por alusiones me veo obligado a contestarle, seré breve:

    1.- Rae, denigrar: Deslustrar, ofender la opinión o fama de alguien, agraviar, ultrajar.

    2.- Se denigra al Sr. Rajoy en este artículo, porque la esencia del mensaje, el titular, el resumen, la imagen que queda al lector, le agravan o deslustran, ya que dan la sensación de que esta persona agrede físicamente a su hijo.
    Pero lo hace, precisamente, por la premeditación calculada del autor. Máxime, siendo experto éste, en las emociones que produce el mensaje. Los cinco primeros párrafos del artículo nos van metiendo en ambiente, con opiniones subjetivas del escribidor, sobre la incompetencia profesional del político. Ahí, ni entro ni salgo, se trata de personaje público, que le den caña, más caña.
    Pero cuidado, a partir de este quinto o sexto párrafo, el Sr. Guerra, añade unas pocas palabras quitando hierro al asunto de las collejas para de seguido hacer toda una argumentación que ataca, no al proceder político, sino al proceder personalísimo (maltrato físico a su hijo). O sea, toma como referencia un hecho falso -la existencia de collejas- para de seguido, atacar el vil comportamiento del maltrato físico en público de un personaje público.
    Mensaje que queda al lector: “Rajoy es un maltratador”. Demostrado. Haga la prueba, lea a Daniel Goleman.
    O lea al propio autor, Sr. Guerra, en su último artículo, que entre otros párrafos, dice:
    “”””Se me viene a la mente la expresión española “menudo montaje” para explicar que alguien está dando una explicación o actuando de una manera que pretende conseguir un efecto determinado en el destinatario. En efecto, una acepción de la palabra montaje es “situación preparada para hacer verdadero lo que es falso”. Y así se dice, por ejemplo, que el asesino intentó demostrar que todas las pruebas eran un montaje de la policía. Manejan la percepción
    Y hay gente que se dedica a hacer montajes para que los demás pensemos y reaccionemos de una determinada manera. Con la intención de conseguir un fin concreto: que el receptor acabe pensando algo o que acabe haciendo algo. Sucede con la publicidad. Nos presentan montajes destinados a la compra. Así sucede con la política en tiempos electorales: nos ofrecen montajes tendentes a captar el voto. Así sucede con los proselitistas: elaboran montajes para captar seguidores. Así sucede con las relaciones. Nos hacemos montajes para conseguir determinadas reacciones de los otros.

    Baste ver las portadas de los periódicos de un día cualquiera o los telediarios que ofrecen una visión de la actualidad. La realidad que pretenden contar ha sido la misma para todos. Pero cada periódico o cadena ofrece en portada un titular que contiene un sesgo subjetivo, a veces, descarado. Nos ofrecen a los lectores y espectadores una realidad pasada por el filtro de su connotación, de su ideología o de su interés. Nos hacen un montaje que es al que nosotros accedemos para ver y juzgar la realidad.

    Hay otro nivel de manipulación previo, que es la selección de los contenidos. ¿Por qué estos y no otros? De modo que la manipulación puede venir por el modo en que se cuenta la realidad y también, por la selección de aquello que se decide contar.

    Lo que pretendo decir con estas líneas es que no hay que dejarse engañar. Es preciso saber discernir, sabe analizar con rigor. Hay que ser capaces de descubrir las trampas. Tenemos que estar muy despiertos. A veces nos engañamos solos, consciente o inconscientemente, ya lo sé. Muchas veces somos engañados por quienes manejan la información. Una de las causas es la ingenuidad, la credulidad. Otra es la falta de formación, la falta de herramientas elaboradas para hacer el análisis.””””

    3.- Respecto de quien soy, digamos que me gustaría ser conocido como defensor de los derechos humanos. A qué más. Tal vez de oficio magistrado, fiscal, o tal vez despanzurraterrones en el Valle del Rio Guadalhorce. ¿Qué más da?. El decir quien soy puede perjudicar a la institución de que formo parte.

    Sí decirle que soy reencarnación de personajes sin nombre, pues mis primeros recuerdos de vida los tengo de cuando me degollaron en Monte Arruit, en el Rif, en el desastre de Annual. También tengo recuerdos de la Batalla del Ebro en la guerra civil. Se ve que las penurias de la guerra me infringieron cierta intransigencia ante el quebrantamiento de los derechos fundamentales de las personas. Mi último nacimiento es de mediados del siglo XX.

    Perdone Ud. Sr. Matías, mi exhibicionismo, intentaré que no vuelva a ocurrir.

    Ah, algo más, dice ser Ud. partidario de MAS; pues yo creo que es más enriquecedor tener personalidad propia.

    Saludos.

  26. Buenos días,

    No entra mi mensaje, lo intentaré por trozos, a ver:

    Sr. Matías,

    El argumento, cuando los hechos son tan evidentes, sobran, entiendo. Pues descalifican la inteligencia del lector.

    Aún así, y aunque manido ya el asunto, por alusiones me veo obligado a contestarle, seré breve:

    1.- Rae, denigrar: Deslustrar, ofender la opinión o fama de alguien, agraviar, ultrajar.

    2.- Se denigra al Sr. Rajoy en este artículo, porque la esencia del mensaje, el titular, el resumen, la imagen que queda al lector, le agravan o deslustran, ya que dan la sensación de que esta persona agrede físicamente a su hijo.

    Pero lo hace, precisamente, por la premeditación calculada del autor. Máxime, siendo experto éste, en las emociones que produce el mensaje. Los cinco primeros párrafos del artículo nos van metiendo en ambiente, con opiniones subjetivas del escribidor, sobre la incompetencia profesional del político. Ahí, ni entro ni salgo, se trata de personaje público, que le den caña, más caña.

  27. Pero cuidado, a partir de este quinto o sexto párrafo, el Sr. Guerra, añade unas pocas palabras quitando hierro al asunto de las collejas para de seguido hacer toda una argumentación que ataca, no al proceder político, sino al proceder personalísimo (maltrato físico a su hijo). O sea, toma como referencia un hecho falso -la existencia de collejas- para de seguido, atacar el vil comportamiento del maltrato físico en público de un personaje público.

    Mensaje que queda al lector: “Rajoy es un maltratador”. Demostrado. Haga la prueba, lea a Daniel Goleman.

    O lea al propio autor, Sr. Guerra, en su último artículo, que entre otros párrafos, dice:
    “”””Se me viene a la mente la expresión española “menudo montaje” para explicar que alguien está dando una explicación o actuando de una manera que pretende conseguir un efecto determinado en el destinatario. En efecto, una acepción de la palabra montaje es “situación preparada para hacer verdadero lo que es falso”. Y así se dice, por ejemplo, que el asesino intentó demostrar que todas las pruebas eran un montaje de la policía. Manejan la percepción

    Y hay gente que se dedica a hacer montajes para que los demás pensemos y reaccionemos de una determinada manera. Con la intención de conseguir un fin concreto: que el receptor acabe pensando algo o que acabe haciendo algo. Sucede con la publicidad. Nos presentan montajes destinados a la compra. Así sucede con la política en tiempos electorales: nos ofrecen montajes tendentes a captar el voto. Así sucede con los proselitistas: elaboran montajes para captar seguidores. Así sucede con las relaciones. Nos hacemos montajes para conseguir determinadas reacciones de los otros.

    Baste ver las portadas de los periódicos de un día cualquiera o los telediarios que ofrecen una visión de la actualidad. La realidad que pretenden contar ha sido la misma para todos. Pero cada periódico o cadena ofrece en portada un titular que contiene un sesgo subjetivo, a veces, descarado. Nos ofrecen a los lectores y espectadores una realidad pasada por el filtro de su connotación, de su ideología o de su interés. Nos hacen un montaje que es al que nosotros accedemos para ver y juzgar la realidad.

    Hay otro nivel de manipulación previo, que es la selección de los contenidos. ¿Por qué estos y no otros? De modo que la manipulación puede venir por el modo en que se cuenta la realidad y también, por la selección de aquello que se decide contar.

    Lo que pretendo decir con estas líneas es que no hay que dejarse engañar. Es preciso saber discernir, sabe analizar con rigor. Hay que ser capaces de descubrir las trampas. Tenemos que estar muy despiertos. A veces nos engañamos solos, consciente o inconscientemente, ya lo sé. Muchas veces somos engañados por quienes manejan la información. Una de las causas es la ingenuidad, la credulidad. Otra es la falta de formación, la falta de herramientas elaboradas para hacer el análisis.””””

  28. ero cuidado, a partir de este quinto o sexto párrafo, el Sr. Guerra, añade unas pocas palabras quitando hierro al asunto de las collejas para de seguido hacer toda una argumentación que ataca, no al proceder político, sino al proceder personalísimo (maltrato físico a su hijo). O sea, toma como referencia un hecho falso -la existencia de collejas- para de seguido, atacar el vil comportamiento del maltrato físico en público de un personaje público.

    Mensaje que queda al lector: “Rajoy es un maltratador”. Demostrado. Haga la prueba, lea a Daniel Goleman.

    O lea al propio autor, Sr. Guerra, en su último artículo, que entre otros párrafos, dice:

    “”””Se me viene a la mente la expresión española “menudo montaje” para explicar que alguien está dando una explicación o actuando de una manera que pretende conseguir un efecto determinado en el destinatario. En efecto, una acepción de la palabra montaje es “situación preparada para hacer verdadero lo que es falso”. Y así se dice, por ejemplo, que el asesino intentó demostrar que todas las pruebas eran un montaje de la policía. Manejan la percepción

  29. Pero cuidado, a partir de este quinto o sexto párrafo, el Sr. Guerra, añade unas pocas palabras quitando hierro al asunto de las collejas para de seguido hacer toda una argumentación que ataca, no al proceder político, sino al proceder personalísimo (maltrato físico a su hijo). O sea, toma como referencia un hecho falso -la existencia de collejas- para de seguido, atacar el vil comportamiento del maltrato físico en público de un personaje público.

  30. Mensaje que queda al lector: “Rajoy es un maltratador”. Demostrado. Haga la prueba, lea a Daniel Goleman.

    O lea al propio autor, Sr. Guerra, en su último artículo, que entre otros párrafos, dice:

  31. “”””Se me viene a la mente la expresión española “menudo montaje” para explicar que alguien está dando una explicación o actuando de una manera que pretende conseguir un efecto determinado en el destinatario. En efecto, una acepción de la palabra montaje es “situación preparada para hacer verdadero lo que es falso”. Y así se dice, por ejemplo, que el asesino intentó demostrar que todas las pruebas eran un montaje de la policía. Manejan la percepción

  32. Y hay gente que se dedica a hacer montajes para que los demás pensemos y reaccionemos de una determinada manera. Con la intención de conseguir un fin concreto: que el receptor acabe pensando algo o que acabe haciendo algo. Sucede con la publicidad. Nos presentan montajes destinados a la compra. Así sucede con la política en tiempos electorales: nos ofrecen montajes tendentes a captar el voto. Así sucede con los proselitistas: elaboran montajes para captar seguidores. Así sucede con las relaciones. Nos hacemos montajes para conseguir determinadas reacciones de los otros.

  33. Baste ver las portadas de los periódicos de un día cualquiera o los telediarios que ofrecen una visión de la actualidad. La realidad que pretenden contar ha sido la misma para todos. Pero cada periódico o cadena ofrece en portada un titular que contiene un sesgo subjetivo, a veces, descarado. Nos ofrecen a los lectores y espectadores una realidad pasada por el filtro de su connotación, de su ideología o de su interés. Nos hacen un montaje que es al que nosotros accedemos para ver y juzgar la realidad.

  34. Hay otro nivel de manipulación previo, que es la selección de los contenidos. ¿Por qué estos y no otros? De modo que la manipulación puede venir por el modo en que se cuenta la realidad y también, por la selección de aquello que se decide contar.

    Lo que pretendo decir con estas líneas es que no hay que dejarse engañar. Es preciso saber discernir, sabe analizar con rigor. Hay que ser capaces de descubrir las trampas. Tenemos que estar muy despiertos. A veces nos engañamos solos, consciente o inconscientemente, ya lo sé. Muchas veces somos engañados por quienes manejan la información. Una de las causas es la ingenuidad, la credulidad. Otra es la falta de formación, la falta de herramientas elaboradas para hacer el análisis.””””

  35. 3.- Respecto de quien soy, digamos que me gustaría ser conocido como defensor de los derechos humanos. A qué más. Tal vez de oficio magistrado, fiscal, o tal vez despanzurraterrones en el Valle del Rio Guadalhorce. ¿Qué más da?. El decir quien soy puede perjudicar a la institución de que formo parte.

  36. Sí decirle que soy reencarnación de personajes sin nombre, pues mis primeros recuerdos de vida los tengo de cuando me degollaron en Monte Arruit, en el Rif, en el desastre de Annual. También tengo recuerdos de la Batalla del Ebro en la guerra civil. Se ve que las penurias de la guerra me infringieron cierta intransigencia ante el quebrantamiento de los derechos fundamentales de las personas. Mi último nacimiento es de mediados del siglo XX.

  37. Perdone Ud. Sr. Matías, mi exhibicionismo, intentaré que no vuelva a ocurrir.

    Ah, algo más, dice ser Ud. partidario de MAS; pues yo creo que es más enriquecedor tener personalidad propia.

    Saludos.

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