Las expectativas reales.

6 Jun

Esto de la información hace que en el lapso de una semana, lo que se cuenta, pasa de información a crónica histórica, si en mi columna anterior hablaba de la posibilidad de acabar la temporada para el Unicaja, lo cierto es que el final fue el peor de los imaginados y el que nadie quería.
Lo cierto, es que ya se ha hablado bastante del partido del martes, de las despedidas y de cómo se produjo el fin del curso, ahora toca ver de qué manera se encara el año 2018/2019.
Una constante también en la información está en la aparición de los rumores habituales que se alimentan en primera instancia de la confección de la plantilla, este año, como el entrenador acaba contrato, también se habla de los posibles sustitutos de Joan Plaza, aunque tampoco ha hecho falta en los años anteriores que el barcelonés acabase contrato para que se viera una posible salida y hubiera que elucubrar con nuevos inquilinos para el banquillo cajista.
Ahora se habla de Fotis Katsikaris, de Luis Casimiro, de Joan Peñarroya, de Sergio Scariolo, de Ibón Navarro, incluso hay listas con Velimir Perasovic y Dusko Ivanovic, pero aunque sobre esto no hay nunca una guía para ponerlo, creo que lo primero sería ver el lugar dónde está el Club Baloncesto Málaga y qué objetivos ha de tener y a qué se puede aspirar.
Naturalmente, para nosotros, el Unicaja siempre está el primero, no se admiten discusiones sobre esto, pero lo cierto, es que más allá del deseo y del corazón, este modelo de club está muy alejado de la época dorada que tuvo en el banquillo a Bozidar Maljkovic o Sergio Scariolo. El club está en otra época, pero no ahora, sino desde hace muchos años ya, me sorprende ver que aún muchos miembros de la masa social usan su crítica para atacar y reclamar la vuelta de los días de éxito, como si eso fuera tan fácil. En gran medida desde dentro del mismo club parece que hay un pánico cerval a decir en voz alta que los días de pelea de tú a tú con Real Madrid, FC Barcelona y Baskonia pasaron, a día de hoy, Valencia Básket también está en un plano superior, y no sé si con el acceso a la Euroliga de Herbalife Gran Canaria, los de Las Palmas adelantarán en ambición y en presupuesto a los malagueños.
Entiendo que antes de preocuparse si a Katsikaris le han ofrecido tres años en Indiana Pacers por ser ayudante de Nate McMillan, o si se van escapando las primeras opciones para el banquillo, habría que preguntarse qué modelo y aspiraciones de club se va a vender, cuando a día de hoy, los entrenadores de los dos equipos canarios se muestran inalcanzables para la entidad de Los Guindos.
Que por otra parte se hable de la posibilidad del seleccionador Sergio Scariolo me parece que para nada se ajusta a la realidad actual, por muchas ganas que tenga el italiano de volver a la dinámica de un club en contraposición con lo que es un equipo nacional, por mucha afinidad que tenga con el Unicaja y por muchas ganas que tengamos de su vuelta por el plus de ambición y exigencia que supone su figura en cualquier banquillo, me da la impresión que no es algo que se ajuste a la realidad actual y a la de un futuro cercano.
Ante la más que probable bajada monetaria en el presupuesto por no estar en Euroliga, algo que Valencia Básket no ha hecho en ocasiones anteriores, está claro que las aspiraciones reales van a estar lejos de las de los equipos con Licencia A, y lo peor es que las distancias se van a seguir ampliando, así que toca reconocerse y saber dónde está el sitio a ocupar, y valorar lo que se hace con el cuantioso presupuesto que va a seguir poniendo a disposición del club el propietario.
De la gestión que se haga con el mismo dependerá en gran medida el éxito y hasta dónde se pueda llegar, la llegada de jugadores de primer nivel se pone aún más difícil, estar fuera de la élite continental encarecerá la llegada de ellos o incluso directamente lo imposibilitará, habrá que ser más imaginativos o incluso arriesgar bastante en las apuestas que se realicen, por lo tanto, este escenario, como le gusta mencionar al presidente -nada nuevo por otra parte-, reclama un ejercicio de solidez, sensatez y madurez a todos los niveles, empezando por la cúpula directiva, pero que ha de llegar también a la masa social, ya que, aunque no sepamos qué tipo de equipo se va a tener, ni de qué forma salga a jugar, yo sigo pensando que uno de los principales activos está en la gente que va al pabellón, del estado de la comunión entre la plantilla y el público, dependerá gran parte del éxito.
Así pues, aunque el verano vaya a ser extenso e intenso, me encuentro expectante, para ver de qué manera se completa ese ejercicio que mencionaba, va a ser complicado, pero estoy deseando que salga bien.

2 respuestas a «Las expectativas reales.»

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