Una convivencia normal.

27 Feb

Tradicionalmente, el calendario del baloncesto profesional tenía el parón de febrero reservado para las copas nacionales y el All Star en la NBA, habida cuenta que la innovación está en el ADN de nuestro deporte, las famosas “ventanas FIBA” han procurado otro parón más en las competiciones nacionales, no así en la Euroliga, que comprime sus partidos para darle portazo a la primera fase al llegar el mes de abril, la consecuencia, no sólo hay cambio de jugadores, sino que hay más espacio para que vayan apareciendo los primeros rumores.
Novedoso también ha sido la declaración de intenciones del entrenador Joan Plaza, tras la cita de Gran Canaria, y antes que el equipo nacional resuelva los compromisos de Bielorrusia y Montenegro, Porque en los últimos años, cualquier referencia a la continuidad o no del entrenador catalán en Málaga, ha tenido tras de sí una elevada cantidad de rumorología, de listas de posibles destinos para que entrenase y todos los motivos del mundo para que la relación Unicaja-Joan Plaza no se extendiera.
Todo esto hasta ahora, tras adelantar en la clasificación de inquilinos del banquillo cajista a ese monstruo llamado Sergio Scariolo, y sorprendiendo a propios y extraños en la situación de entrenador más longevo, declara que quiere seguir, que estaría encantado de recibir la oferta de renovación y que el club ya es consciente de sus intenciones. A ver, raro por el momento de la temporada y por todo lo que queda de competición, pero para variar, la forma de poner en un compromiso a la dirección del Club Baloncesto Málaga, es anticiparse verbalizando el deseo de continuidad, algo a lo que no nos tiene acostumbrados.
Tradicionalmente siempre he sido muy proclive a la continuidad de los entrenadores en Málaga, la razón es muy simple: significa que los resultados son los adecuados, ahora entiendo que hay que mirar más allá, que hay que determinar muchos aspectos sobre una relación club-entrenador para darle la verdadera dimensión que merece la sociedad y tener claro qué tipo de proyecto y cuál es la idea que hay que desarrollar, sobre todo porque, a mi modo de ver, para que el error de permitir que el entrenador sea algo más que quien adiestre la plantilla y la cara visible del club no se manifieste permanentemente en modo bucle en la existencia del Unicaja, no sólo hay que tener claro que el banquillo es una de las piezas maestras en la estructura, sino que su posición es la más frágil, por eso ahora, que Joan Plaza ha iniciado el turno reclamando su continuidad en Málaga, toca determinar claramente qué se pretende.
Partiendo de la base que para nada es asumible lo que cobra Plaza en el actual nivel del Unicaja, de un lado puede verse como conveniente la continuidad del mismo siempre y cuando todas las partes tengan claro que el equipo puede estar nuevamente entre los mejores o volver al purgatorio que supone la Eurocup con todo lo malo que representa. Por otro lado, la idea de amortización del periplo del entrenador también es válida, no parece que tenga respaldo absoluto del consejo de administración y sólo el título europeo de la pasada temporada evitó que acabara su etapa en Málaga, como además el criterio que se sigue desde la cúpula para girar el pulgar arriba o abajo es algo que no tengo claro, no parece que supeditar su apoyo sólo a los resultados sea buena receta.
Hay que tener en cuenta que la exigencia que se vuelca tradicionalmente en el entrenador debe extenderse a los dirigentes para que el club mejore en muchos aspectos que no son responsabilidad del banquillo, si es necesario afinar en los fichajes, habrá que anticiparse a otros equipos, porque, pese a disponer de un presupuesto importante y de un patrocinador que envidiarían en media Europa con toda seguridad, las alegrías monetarias que disfrutan los competidores a los que queremos que se enfrente el club, requiere algo más que ir a pelear euro a euro a la hora de seducir a un jugador. Si se va presumiendo de estar entre los que dictan las normas en la ACB, señalándose entre los beligerantes y los díscolos cara al resto de los equipos españoles, hay que trasladar esa pelea a la Euroliga, porque ahí es dónde realmente se dirime la contienda importante, no sé de qué forma, pero la real valía de quien dirige este club se va a ver con Bertomeu y compañía, peleando por adecuar las normas de las licencias en favor del Unicaja, cosa que por otra parte ya hicieron en su día los otros tres equipos ACB que tienen la Licencia A que lamentablemente se dejó escapar.
Eso es para mí lo que importa, decidir si se queda Plaza o no también, pero la propuesta del entrenador me termina sonando como esa conversación entre una pareja que se inicia con el famoso “tenemos que hablar”, que uno sabe que muy pocas veces termina bien, eso sí, por si hay renovación, y ya que en su momento se ha recurrido a demostraciones imaginativas para la comunicación en las anteriores, propongo que aparezca Lluna, la perra de Joan y Marga llevando una suscripción anual en papel de La Opinión de Málaga a su casa, como es costumbre en mi persona, por esta colaboración, tampoco voy a cobrar, por ser para vosotros, gratis.

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