Una buena Copa y una mala mesa.

23 Ene

El final de la primera vuelta de la Liga ACB ha traído la deseada clasificación para la Copa del Rey del Unicaja, finalmente, tras pasar por más de un apuro con las derrotas ante equipos que sobre el papel tenían que estar en otra situación, como ocurre con MoraBanc Andorra, Montakit Fuenlabrada, Delteco San Sebastián, Iberostar Tenerife o RETAbet Bilbao, al final, la tercera plaza ha estado a una sola victoria, y no ha habido la angustia por la clasificación que en momentos de la temporada podía haberse pensado.
Paralelamente, en la Euroliga, la décima posición del equipo tiene prácticamente a la misma distancia tanto el playoff como el final de la tabla, algo que habla de lo efímero de cualquier razonamiento que pueda hacerse sobre el rendimiento de la escuadra malagueña y de lo toda la provisionalidad que tiene cualquier conclusión que pueda sacarse. Simplemente viendo la tabla de la ACB, pensar que ganar ante un par de rivales de los arriba reseñados (algo que, por otra parte, tampoco creo que pudiera verse como una proeza) hubiera asegurado ser cabeza de serie, da la oportunidad para pensar que, o ha habido cambios, o la evolución en la solidificación de este grupo no ha ido todo lo rápido que la competición exige, sobre si se está en camino correcto, puede ser, la mejoría es evidente.
Junto al desarrollo de la competición pura y dura, la ACB, aún sin presidente, por si se había olvidado, en el inicio de las negociaciones del nuevo convenio con la ABP, se ha encontrado con que el sindicato de jugadores se ha levantado de la mesa casi sin iniciar la negociación, ¿problemas en las negociaciones de la ACB con cualquier estamento? Cada vez que se sientan a una mesa.
Aunque todo está muy tierno aún, se señalan como motivos de fricción la intención de bajar la aportación de la patronal de clubs a la ABP, renegociar el número de extracomunitarios por plantillas (o sea, aumentarlos) y dejar las competiciones federativas como ligas no profesionales, algo que de facto supone cerrar la primera división cuándo el pasado año tras muchas temporadas hubo ascensos desde la LEB.
Me gustaría saber quiénes han votado a favor de esto último, si de verdad se cumple lo del pasado verano, este año dos equipos se van de la ACB, ahora mismo Real Betis y Joventut estarían fuera de la máxima categoría, ¿realmente se cumpliría lo pactado para terminar con una liga de 16 conjuntos y dejarla permanentemente cerrada? Lo de cerrar la competición es algo que cualquier equipo español con una mínima aspiración de jugar en Europa ha criticado siempre cara a la Euroliga, y lo cierto es que dejar a nivel aficionado el baloncesto más allá de la ACB, supone liquidar cualquier deseo de mejora real para cualquier club fuera de los elegidos que estén arriba.
Con lo del tema de los jugadores extranjeros tengo una duda desde siempre, ¿cuántos foráneos son los necesarios?, realmente es ilegal poner cupos en una actividad profesional, pero si los hay, no sé qué importancia tiene el pasaporte de los que no son nacionales. Recuerdo un partido ante Efes Pilsen, en la temporada 2007/2008 en la que los titulares de los medios hacían hincapié en que los visitantes presentaban seis americanos en el plantel. El equipo entrenado por Sergio Scariolo presentó a Carlos Cabezas, Germán Gabriel y Carlos Jiménez, el resto, ninguno era válido para la selección española.
De verdad, no sé qué es peor, no sé si perjudica más un tipo de Illinois, de Belgrado o de Zanzíbar, y creo que da lo mismo, si da igual de dónde vengan se acaba con el negocio para algún agente y el sonrojo de los “pasaportes exprés”, qué tiempos aquellos que los nacionalizados eran gente como Wayne Brabender o Clifford Luyk, que siguen aún viviendo aquí.
Hace tiempo, en nuestra Liga ACB existe la figura del JFL (Jugador de Formación Local), cosa que se inventaron para que los jugadores que estaban formados aquí jugaran como nacionales. En la práctica, ha servido para que las canteras de los equipos se llenaran de jugadores africanos, balcánicos, del este de Europa y que los agentes no sólo coloquen gente en las primeras plantillas, sino que haya “profesionales” con quince o dieciséis años, no voy a enumerar jugadores que han pasado por la cantera del Club Balonceto Málaga, traídos a golpe de talonario y con una mínima o nula aportación al primer equipo (lo único que realmente debería importar, más allá de títulos en categorías inferiores), pero revisando las plantillas ACB, ver que la situación de “nacionales”, la tienen gente como Daniel Clark, Nick Spires, Roland Smits, David Jelinek o Walter Tavares, entre otros hace que te dé qué pensar, aquí en Málaga, ya sabemos, de los cinco cupos, en la realidad sólo hay tres españoles, Alberto Díaz, Dani Díez y Carlos Suárez, pero no nos escandalicemos, siempre estará el Baskonia para mostrar cómo se rentabilizan los fichajes, poniendo a Illimane Diop, Jayson Granger y Tornike Shengelia, o sea, un senegalés, un uruguayo y un georgiano al mismo nivel que Sergio Llull, pero si tienen dudas sobre el cuarto miembro nacional de la plantilla vasca, es Iván Martínez, un vallisoletano que va a cumplir veintiocho años y que jugó la temporada 2010/2011 en el añorado Clínicas Rincón, sobre la utilidad de este jugador un dato: dos minutos en tres partidos. Me da a mí que si no llega a nacer a orillas del Pisuerga, lo mismo no llega estar en ACB, llámenme malpensado.

2 respuestas a «Una buena Copa y una mala mesa.»

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