Razones para el optimismo

14 Dic
Un aplauso, un helado de pistacho, un beso, un mensaje privado en Facebook
Un aplauso, un helado de pistacho, un beso, un mensaje privado en Facebook

Un aplauso, un helado de pistacho, un beso, un mensaje privado en Facebook, un titular en la prensa internacional, ese lapicero de IKEA que encontraste en tu bolsillo y que te recuerda a ella, la línea de meta, el próximo libro, los nuevos sueños… Hay razones para ser optimista.

A pesar de todo, ahora que acaba el año, que empiezan nuevas guerras, que continúan las injusticias, sí, hay razones para seguir creando, creyendo, creciendo… La esperanza de vida aumenta 2,5 años cada década. Por primera vez aprendemos que hay vida antes de la muerte y que cualquier tiempo pasado fue pasado y fue peor. Todas las mañanas hago un programa de radio, me digo, y es lo que más me gusta: ¿no es un motivo genial para ser optimista?

Soñar con un cuento que leíste y en ese sueño, tú, leyendo un cuento que es otro sueño de otro cuento que jamás leerás; una nueva oportunidad, otro minuto 93 que nos devuelva la vida, la esperanza, que reordene la justicia universal y poética y, al final, un gol de tu equipo -Gooooooollll…-; un político capaz de dar su vida por todos los ciudadanos del mundo mientras termina de leer las Obras Completas de Borges. ¿Por qué no? Hay razones para ser optimista.

En las últimas décadas se ha hecho un gran descubrimiento: el aprendizaje social y emocional. Sí, se puede. Por primera vez en la historia de la evolución empezamos a conocer y gestionar las emociones. Eso nos hace mejores, más sociables, más positivos…, y sabemos que es tan importante aprender como desaprender.

Ser optimista en la vida es realmente importante. Son muchas las investigaciones que indican que las personas optimistas tienen mayor probabilidad de alcanzar éxitos. Las personas optimistas tienen la capacidad de poder ver el lado bueno de las cosas por muy negativas que puedan parecer en un primer momento.

Otra razón para el optimismo: las redes sociales. Las redes sociales son lo que nos hace distintos del resto de animales. El origen de la interconexión actual está en la Ruta de la Seda y del Incienso, en el Camino de Santiago.  Gracias a la revolución digital ahora la comunicación puede ser instantánea universal, poética, fantástica…

Como dice Rojas Marcos, “para ser feliz hay que querer serlo, la felicidad como el deporte hay que trabajársela”. Los optimistas acaban siendo personas que gozan de mejor humor, son más perseverantes y, generalmente, más exitosos que los no optimistas. La NASA, antes de mandar a sus hombres al espacio, mide los niveles de optimismo de los fututos astronautas.

Algo por lo que debemos comenzar es valorando las pequeñas cosas de nuestro día a día, porque cuando volvamos la vista atrás, cuando no nos quede tiempo, puede que nos demos cuenta de que esas pequeñas cosas eran grandes cosas. El éxito, como la felicidad, como la propia vida, no es un fin en sí mismo, es un recorrido, un camino.

Sonreír. Cantar en la ducha. Poner la música alta y gritar. Besar, abrazar, darse la vuelta y dormir. Respirar profundo, echar a correr y zambullirse en el mar. Servir la mesa y colocar todo al revés. Correr descalzo por la arena. Pensar, repensar, pensar distinto. Bucear en un arrecife sudafricano. Faltar a clase, faltar al trabajo. Tengo un millón de motivos para ser optimista,, ¿y tú?

Hoy es un gran día, hay razones para el optimismo, hay mucho por hacer. Vamos, al lío.

 

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