Bosco Vida, o Talía y Melpómene

22 Dic

Bosco Vida tiene un mundo interior que es un océano, lleno de  precipicios abisales, peces de colores, olas en su superficie y lugares insondables , y un inquietante horizonte infinito de cielo y mar. Los mundos de Bosco Vida –sus mares del sur- son únicos.

El pasado sábado, en la Cueva del Tesoro, de Rincón de la Victoria, Málaga, Bosco Vida presentó su segundo libro, “Tragicomedia del Culebra y el Merduza”: una obra pop, entre la comedia y el drama, como un mapa dibujado por su autor para la vida y el arte, en la que todo se cuestiona y nada queda en nada.

El libro es una piedra lanzada contra cada uno de nosotros, digamos, donde Bosco se deja la vida en un ejercicio extraordinario de valentía.

El libro es Bosco Vida y Bosco es Vida -también es muerte pero eso lo explicaré en otra ocasión-. Argumento:

A Bosco hay que reivindicarle más, porque es un acumulador de talento, que ríe con indiferencia y elegancia de la seriedad intelectual y llora, como un niño chico, cuando habla de sus tesoros.

A Bosco Vida le aburre la realidad y disfruta de sus sueños, a los que considera la auténtica realidad.

Bosco es un imperfecto prototipo de la nueva bohemia antimoda, un dandi insolente, al que le gusta jugar con las palabras, a través de sus caprichos lingüísticos –la palabra Merduza sería un buen ejemplo-, y otras mixturas literarias que ha recogido a través de su insultante joven vida de estudiante, actor y filósofo.

Bosco dice que quiere morir joven, como James Dean, pero yo no le creo. Bosco es un provocador.

Bosco Vida, como sus libros, es plural, creativo y generoso, expandiéndose divertido entre los que le queremos. Bosco es un príncipe tatuado, que sólo bebe Nestea, y que anima las veladas creativas del Tabou.

Bosco tiene una way of life, que son las formas de un dandy supongo, que, con elegante indiferencia, se enfrenta a las visicitudes de la vida armado de inteligencia y humor.

Bosco tiene, e iré terminando, esa extraña y débil grandeza del creador que sabe proyectar su talento con curiosidad, aunando los deseos de eternidad y el ansia del que se bebe a morro el presente.

Bosco es el Culebra y el Merduza, es una tragicomedia, es la obra que el sábado presentó y mucho más, la perfomance y el monólogo, vida y muerte, la máscara de Talía y Melpómene, y es también una pequeña obra de arte en sí mismo, y se le quiere mucho.

Lean su libro, síganle en FB y twitter, recuerden: “Tragicomedia del Culebra y el Merduza”. He dicho.

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3 respuestas a «Bosco Vida, o Talía y Melpómene»

  1. ¡Bravo, Roberto! Estilo, estilo y estilo.
    El estilo es la impronta de autor, el sello personal. Yo siempre digo que el estilo es la cadencia musical que las palabras tienen al leerlas, una especie de estela en el agua (en la pantalla de 11 pulgadas) que va dejando el movimiento de la lectura; porque cuando leemos participamos de un movimiento contínuo, por muy tumbados y cómodos que creamos estar.
    Bosco Vida debe sentirse radiante de cualquier adjetivo. Tu artículo es un panegírico pop a la amistad. Sin dobleces, sin reservas…”como una piedra lanzada contra cada uno de nosotros…”
    Seguiremos atentos.
    ¡Salud!

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